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De vender vestidos para eventos a ropa deportiva: "Este es el peor momento de Maguichu en 45 años"

Las hermanas Mari Carmen, Guiller y Chus Lozano se reinventan para seguir adelante con el negocio familiar en Ejea de los Caballeros.

Guiller Lozano en Maguichu, la tienda familiar de ropa que regenta junto a sus hermanas en Ejea de los Caballeros.
Guiller Lozano en Maguichu, la tienda familiar de ropa que regenta junto a sus hermanas en Ejea de los Caballeros.
Heraldo.es

Hace 45 años, Carmen Pardo compró un pequeño local del pasaje Aragón de Ejea de los Caballeros para abrir su propio negocio, una modesta tienda de perfumería, mercería y ropa de hogar. Al poco tiempo y dado el éxito del establecimiento, situado en la que por aquel entonces era la principal zona comercial de la localidad zaragozana, se aventuró en la adquisición del local de enfrente, incorporando la corsetería a su oferta.

Estos son los orígenes de Maguichu, un negocio familiar que actualmente regentan las tres hijas de Carmen en una ubicación distinta. Hace unos 20 años decidieron salir del pasaje porque habían perdido mucha visibilidad. Actualmente, el negocio está dividido en dos espacios, uno en la avenida de Cosculluela, dedicado a lencería bajo el nombre de Glamour. El otro, en la calle del Doctor Fleming, se centra en ropa y sigue siendo Maguichu.

El nombre no es nada azaroso sino que responde al acrónimo de Mari Carmen, Guiller y Chus Lozano, las tres hijas de Carmen. De experiencia en el sector andan sobradas, ya que se incorporaron a trabajar en la tienda desde bien pronto, a los 14 ó 16 años. Pero hay cosas, como una pandemia mundial, para las que nunca se está preparado.

“Este es el peor momento que estamos pasando en todos los años de nuestro trabajo”, reconoce Guiller. Y eso que el negocio ya atravesó la crisis económica de 2008 pero, como dice, “entonces se veía por dónde iban las cosas”. “Ahora hay mucha incertidumbre y uno no sabe para dónde tirar”, añade.

Lo que sí tienen muy claro las hermanas Lozano es que no pueden quedarse de brazos cruzados mientras, aunque no al ritmo que les gustaría, la vida sigue. Para salvar este importante bache que atraviesa el sector comercial (más complicado, si cabe, en el medio rural) Maguichu ha adaptado su oferta a lo que el cliente demanda en esta nueva etapa.

Si antes sus productos estrella eran los vestidos para eventos como bodas, bautizos y comuniones, y la ropa de vestir, ahora, la sudadera y el pantalón cómodo tipo chándal han pasado a los primeros puestos de ventas. Así que, en este caso más que nunca, había que renovarse o morir.

“Hasta ahora, en la tienda predominaban las prendas de nivel medio-alto, de marcas nacionales de buena calidad a precios razonables. Pero después del primer confinamiento, empezamos a traer productos low cost para llegar a más público”, explica Guiller sobre la adaptación de su oferta. Un cambio, no obstante, que no deja de lado su línea de negocio principal, con prendas originales y de calidad que les permiten diferenciarse de la competencia.

Una primavera sin eventos y unas navidades muy caseras

Cuando allá por el mes de febrero en Maguichu los vestidos de fiesta ya lucían en el escaparate y el almacén estaba repleto de este tipo de prendas, la crisis sanitaria estalló, cancelando los eventos y tirando por tierra todas las previsiones de venta de la temporada de primavera-verano.

La primera tarea de la reapertura tras el primer confinamiento fue remodelar los escaparates y enseñar prendas a precios competitivos y con gancho para, como dice Guiller, conseguir que el cliente entrara en la tienda. Y es que, si en una situación normal, entraban 50 personas al día, ahora no llegan a diez.

Con este arranque de temporada, las perspectivas no eran demasiado buenas pero gracias a la adaptación de la oferta y al colchón económico de tantos años de actividad, el negocio de las hermanas Lozano se mantiene pese a las dificultades. “El verano fue bastante bien pero ya estamos otra vez de bajón”, reconoce Guiller, quien destaca como momento más complicado en esta última etapa las semanas durante las que Ejea de los Caballeros se cerró perimetralmente por el aumento de contagios. “El pueblo estaba desierto porque los vecinos de los municipios más pequeños de alrededor no podían venir”, explica.

Ahora, con cada nuevo anuncio gubernamental, Ejea se vuelve a paralizar y la campaña de Navidad se presenta complicada. “Al no haber cenas de empresa, ni Nochevieja, ni otras reuniones sociales estos meses lo vamos a notar”, lamenta Guiller, quien reconoce que ya está pensando con cierta esperanza en la primavera del año que viene.

En cualquier caso, tiene claro que una tienda, pase lo que pase, tiene que tener producto y, aunque ahora los pedidos que hace no son tan voluminosos como antes porque calcular lo que se va a vender es más complicado que nunca, van renovando sus prendas poco a poco.

Esto supone, por otro lado, que los gastos del negocio se incrementen ya que, a mayor número de pedidos, más gastos de envío. Una inversión que también ha tenido que aumentarse en todo lo relacionado con la desinfección de la tienda y de las prendas, así como en la adaptación de sus sistemas informáticos para poder teletrabajar.

Presencia online pero no a cualquier precio

Si la presencia en internet y redes sociales ya era importante antes del coronavirus, ahora la venta online se ha vuelto más imprescindible que nunca. Maguichu vende a través de Facebook e Instagram desde hace años pero, por el momento, no han dado el salto a tener su propio ecommerce. “Sabemos que tenemos que estar ahí pero no queremos hacerlo de cualquier manera ni a cualquier precio”, dice Guiller. Y es que enviar producto desde Ejea no es barato, además de la dificultad que supone tener rentabilidad con la guerra de precios que es internet.

Mientras tanto, siempre con un ojo puesto en un posible nuevo confinamiento, las hermanas Lozano ya miran al futuro y, aunque con menos ilusión de la habitual, en sus planes no entra quedarse en la estacada.

En su camino cuentan con ciertas ayudas económicas, como el Bonoejea, una iniciativa recientemente lanzada por el Ayuntamiento para contribuir al consumo en el comercio local. Maguichu y Glamour forman parte de los alrededor de 80 establecimientos adheridos a la campaña, en los que los vecinos de Ejea pueden beneficiarse de descuentos de 10 euros por bono en sus compras de al menos 30 euros.  

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