Covid-19
Mueren 191 aragoneses en la última semana, el peor registro de la pandemia, con los sanitarios "al límite"
Repollés admite que el sistema sigue "muy tensionado", pero no anuncia nuevas medidas.

Aragón ha alcanzado su mayor pico de muertes por coronavirus en una semana tras registrar 191 decesos en los últimos siete días. Nunca antes, ni siquiera en los peores compases de la primera ola, se habían notificado tantos decesos en tan poco tiempo. Este triste récord llega en un momento especialmente complicado para la Comunidad, con los sanitarios al límite y 122 pacientes en cuidados intensivos.
La propia consejera de Sanidad, Sira Repollés, recalcó ayer que la situación "sigue siendo muy preocupante" y que, por más que se abran nuevas ucis, los recursos humanos "son finitos". Los sanitarios, advirtió, están teniendo que duplicar su trabajo para poder atender el creciente volumen de ingresos, y las previsiones no invitan al optimismo, ya que, según el director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, para empezar a ver una disminución en el número de muertes habrá que esperar unas "dos o tres semanas".
La pandemia se ha cobrado hasta el momento 1.969 vidas en Aragón (1.474 en Zaragoza, 254 en Huesca, 229 en Teruel y 12 de procedencia por determinar). Solo en las dos últimas semanas, la Comunidad ha notificado 322 decesos, con más de un centenar cada siete días, a un ritmo superior al del fatídico mes de abril.
La explicación, según Falo, está en que hay transmisión "social e intrafamiliar". "¿Dónde se contagian nuestros mayores? Dos de cada tres, en su entorno familiar y social. No somos burbujas. Lo intentamos, pero no lo logramos, está claro", apuntó.
Subrayó, en este sentido, que "no hay otra manera" de controlar las cadenas de transmisión que sumar la responsabilidad social y colectiva al "intenso esfuerzo" del sistema sanitario.
Aunque Sanidad no contempla el colapso hospitalario ni tener que trasladar pacientes a otras comunidades, la consejera quiso hacer un nuevo llamamiento a la responsabilidad para evitar que el sistema "se tensione más". "Los sanitarios son personas que también se cansan, se deprimen, enferman, tienen familias y miedos y tienen que atender todo lo que llega en condiciones de absoluta abnegación y calidad", aseveró.
La DGA descarta por ahora endurecer las restricciones como sí han hecho regiones como Castilla y León. Repollés confirmó que las medidas del nivel 3 agravado, que obliga a cerrar toda la actividad no esencial a las 20.00, se mantendrán "tal cual" en los próximos días, sin que se prevean cambios de calado en lo que resta de mes.
Pese a que el volumen de casos apunta a una tendencia descendente, con 725 positivos en las últimas 24 horas, la incidencia por cada 100.000 habitantes a 14 días sigue estando por encima de los 914, uno de los registros más altos de toda España. También ha bajado la tasa de positividad, que ayer se situó en el 14,5%, según datos de la Consejería de Sanidad.
En las últimas horas, no obstante, se ha notificado un nuevo ingreso en uci. La mayor presión la siguen soportando el Clínico, donde se recuperan 35 pacientes; el Servet, que se mantiene con 33, y el hospital de Barbastro, que suma uno más hasta alcanzar los once. La ocupación por pacientes covid rebasa ya el 55%, aunque, por el momento, hay 52 camas con respirador disponibles.
Repollés anunció, a este respecto, que en el Obispo Polanco de Teruel se han habilitado tres camas de la Unidad de Reanimación como ucis. Son plazas que no se utilizarán las 24 horas, sino que se reservarán para determinados pacientes operados y harán que no se tengan que suspender las intervenciones de urgencia.
El problema está en que el número de ingresos no cae lo suficientemente rápido. Especialmente en las ucis, donde cada paciente puede pasar una media de 21 o 30 días. "Lo primero que veremos mejorar serán las camas de planta. Lo siguiente serán las unidades de intensivos y, en último término, la mortalidad", dijo Falo.