ENTREVISTA

Jacobo Muñoz: "La pandemia ha hecho saltar por los aires muchos proyectos de vida"

Doctor en Sociología con mención europea (UCM), desde 2012, Jacobo Muñoz Comet (Zaragoza, 1983) es profesor de Estructura social en el Departamento de Sociología de la UNED (Madrid) y se ha especializado en inmigración y mercado laboral, tema sobre el que ha publicado varios estudios. En 2020, fue galardonado con el Premio UNED-Santander de Investigación, Transferencia y Difusión.

El sociólogo zaragozano Jacobo Muñoz es experto en inmigración y empleo en España
El sociólogo zaragozano Jacobo Muñoz es experto en inmigración y empleo en España
José Miguel Marco

Investiga la desigualdad social y laboral de la población inmigrante en España. Supongo que el impacto de la crisis económica provocada por la pandemia está siendo brutal en este sector de la población…

Efectivamente. Con esta crisis va a aumentar la desigualdad laboral entre la población inmigrante y la autóctona, como ya ocurrió en la crisis de 2008. Pero con alguna diferencia: ahora, la población inmigrante está más consolidada, cuenta con más recursos financieros y mayores redes sociales, que le deberían permitir resistir, protegerse mejor, ante la destrucción de empleo que se avecina.

Explíquese...

Muchos inmigrantes llegaron a España a temprana edad –no son pioneros, como en 2008–, hablan bien el español y tienen sus estudios finalizados aquí, pero, aun así, no van a poder evitar este primer impacto. Pienso en sectores como la hostelería o en las mujeres inmigrantes que se dedican a los cuidados personales, al servicio doméstico... son empleos que no permiten el teletrabajo, y ya se están viendo perjudicados. La crisis de 2008 afectó más a los hombres, sobre todo en la construcción, pero en esta los sectores feminizados lo van a pasar peor.

Parece como si la covid-19 hubiera destapado las lamentables condiciones en las que trabajan y viven los temporeros. Pero lo sabíamos todos, ¿no?

Esta situación conecta con la gestión de los flujos migratorios, que en España –en todo el sur de Europa– ha tenido un control muy limitado, y con la economía sumergida, en la que el eslabón más débil es el que más sufre. Pero preferimos mirar hacia otro lado. No nos cabe en la cabeza que, en un país como el nuestro, haya una población que viva y trabaje en unas condiciones tan precarias. Hasta ahora, realmente, no es un tema del que se haya hablado abiertamente, y parece que no interesa incluirlo en las agendas políticas ni mediáticas. Han pasado pocas semanas, y ya lo hemos olvidado.

Dígame, ¿qué somos más, racistas o clasistas?

Nos estratifica más la clase social    de procedencia que el país de origen. Si vienes de China pero tu clase social es alta, no vas a tener ningún problema. España, en comparación con otros países europeos –Francia o Alemania–, es más tolerante con la inmigración. Durante la crisis de 2008, en los barómetros del CIS la cuestión de la población inmigrante no figuraba entre las preocupaciones de los españoles.

Vivir con tantas restricciones (estado de alarma, toque de queda...) pasa factura. ¿Tiene algo que ver con la violencia desatada en algunos puntos del país?

Estas protestas violentas pueden ser más el reflejo de otros problemas enquistados en la sociedad antes de la covid. Lo que ocurre es que la gente está cansada de la desorganización y no tiene muy claro que todos esos esfuerzos que estamos haciendo funcionen.

Se habla mucho de los jóvenes...

La pandemia ha hecho saltar por los aires el proyecto de vida de muchos jóvenes, que estaban a punto de tomar decisiones muy importantes (terminar sus estudios, formar una familia...). ¿Qué va a ser de su futuro?

¿Y qué me dice del terrorismo yihadista en la vecina Francia?

Que, en países occidentales, chavales inmigrantes con muchos apoyos acaben eligiendo una opción tan dura como el terrorismo esconde problemas de integración social, que deberían importar a la sociedad de ese país.

Curioso, cuanta más solidaridad necesitamos, más confrontación y exclusión generamos...

Las sociedades de países con gran desigualdad económica y social    son más débiles como colectivo:la desigualdad impide remar a todos en la misma dirección. Y, al contrario, a menor desigualdad, mayor consenso a nivel político y de calle. Aunque, en España, esa dificultad que tienen los políticos    para llegar a acuerdos en momentos complicados es frustrante.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión