Aragón es la región en la que más ha mejorado la calidad de vida en los últimos años. Esa es la principal conclusión del informe Indicadores de calidad de vida, publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ya que la Comunidad ha pasado de ocupar la quinta posición en 2008 a la segunda, diez años después, tan solo superada por Navarra.

Un incremento de la calidad de vida de los aragoneses motivado “sobre todo por las mejoras relacionadas con el entorno y el medioambiente, la educación, el ocio y las relaciones sociales y la salud”, señala Gregorio Giménez, profesor de la Universidad de Zaragoza, en el Informe sobre la calidad de vida, desarrollado con los datos del INE y publicado por el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA).

La mayor esperanza de vida en la comunidad aragonesa (ha aumentado de los 81,8 años en 2008, hasta los 83,5 años en 2018), por encima de la media nacional (83,2 años); o el hecho de que se fume menos (en 2008 un 24,8% de la población fumaba diariamente, ahora un 24,1%), se haga más ejercicio físico (el 19,3% lo hacía en 2008, 21,2% en 2018) y que el porcentaje de población con sobrepeso haya bajado (un 53,5% en 2008 y un 52,5% en 2018); unido al aumento del porcentaje de población adulta con un nivel educativo superior, como anota Giménez, están detrás de esta mejora en la calidad de vida.

“Una consecuencia de la crisis financiera de 2008-2013 ha sido la mayor concienciación acerca de la importancia que tiene la formación para acceder al mercado de trabajo, especialmente entre los más jóvenes, colectivo particularmente afectado por la tasa de paro”, señala el mismo. Esto ha provocado que “el abandono temprano de la educación y formación en la población de 18 a 24 años se reduzca en Aragón del 25,8% en 2008 al 15,8% en 2018” o que se observe “un incremento en formación de aquellas personas que ya están dentro del mercado laboral”.

Asimismo, este informe también recoge la satisfacción o la percepción que tienen los aragoneses, preguntados en la Encuesta de Condiciones de Vida, elaborada por el INE, con aspectos relacionados con la vida. Unos datos que demuestran, como especifica Giménez, que “un 86,1% de los aragoneses siente una alta satisfacción general con la vida” e incluso “un 84,8% asegura que siempre o casi siempre se siente feliz”.

Impacto de la crisis en el trabajo

Sin embargo, “la crisis 2008-2013 afectó de forma significativa al mercado laboral aragonés, especialmente a mujeres y jóvenes”, señala este profesor de la Universidad de Zaragoza, y el indicador del Trabajo empeora sus números con respecto a 2008. “Mientras que en 2008, en Aragón, el 55,6% de la población en edad laboral tenía un empleo remunerado, en 2018 este se quedaba al 52,4%”, se detalla en el informe. “La tasa de paro en Aragón ha pasado del 7,3% en 2008 al 10,6% en 2018 y el porcentaje de trabajadores que manifestaba estar empleado involuntariamente a tiempo parcial aumentó del 24,9% en 2008 al 45,5% en 2018”.

Y es que “tanto la crisis financiera de 2008-2013 como la reciente pandemia de la covid-19 han puesto en evidencia la fragilidad de la sociedad del bienestar”, asegura Giménez. De hecho, este informe publicado por el CESA ya advierte de “las repercusiones que la situación económica, social y laboral generada tras la pandemia puedan tener sobre la calidad de vida de los aragoneses, ya que la epidemia ha golpeado con especial crudeza a España y, en particular, a Aragón, puesto que la región experimentó un intenso rebrote en el número de casos positivos durante los meses de verano, una vez terminado el estado de alarma”. “A la inmensa tragedia que la pandemia ha supuesto en vidas humanas, hay que añadir –advierte el mismo– las consecuencias en términos de bienestar, puesto que la covid-19 ha afectado muy negativamente a la salud, la economía, la educación y las relaciones sociales”.  

Como se puede observar en el primer gráfico adjunto, Andalucía es la comunidad que peor puntuación obtiene en 2018 en el cómputo global de todos los parámetros, por lo que se trata de la autonomía con peor calidad de vida, mientras que hace una década era Galicia la que se situaba en la peor puntuación.