El barrio chino de Zaragoza que nunca existió

En los años 30 del siglo pasado, siendo la Segunda República, se le conocía como el 'Barrio Chino' de Zaragoza, pero nunca fue tal.

Información de HERALDO del 25 de marzo de 1934
Información de HERALDO del 25 de marzo de 1934
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En Nueva York, Barcelona, San Francisco, Toronto, Vancouver, París, Melbourne.... Relatan sabrosas crónicas sociales del HERALDO que Zaragoza, para algunos de sus visitantes más despistados, también dispuso de su propio barrio chino, allá en los años treinta del siglo pasado, cuando se vivían los convulsos episodios y tiempos de la Segunda República española. 

Así se hizo eco HERALDO el 25 de marzo 1934. "Habíamos terminado de cenar y el café humeaba todavía en las tacita (...) .A mis amigos -un matrimonio por amor- que se hallaba de paso en Zaragoza, no les seducía la idea de pasar la velada en un cine. Y fue ella, la que haciendo un mohín delicioso, propuso: Me gustaría conocer lo más típico de la ciudad. Pero no me refiero a este tipismo que se traduce en las piedras centenarias de un muro o en los hierros retorcido de una reja. Ya conocemos mi marido y yo, por haberlo visto otras veces, el encanto de un claro de luna en el Arco del Deán, por ejemplo. Y la resonancia de nuestros pasos en las #noches por esas calles lóbregas del Boterón (...). Todo eso ya lo hemos admirado como se merece. Me gustaría esta noche ver otra cosa. Los bajos fondos zaragozanos, si es que existen. Me han hablado de que aquí, igual que en Barcelona, tienen también ustedes un ‘Barrio Chino’. Nuestro gesto de asombro, al oír estas palabras, #se diluyó bien pronto en una sonrisa. ¿’Barrio Chino’? Por Dios, señora, a usted le han #engañado como a una china. Como a una hija del Celeste Imperio. Lo que en Zaragoza llama la gente el ‘Barrio Chino’ no tiene nada de particular. Un par de callecitas estrechas con unos cuantos bares que están abiertos hasta la madrugada, y pare usted de contar.

Eran mandados los forasteros que preguntaban por el barrio chino de Zaragoza a la calle Verónica y sus alrededores, donde, en verdad, nada o casi nada difería de los usos y costumbres propios del lugar. Allí, simplemente, se podía trasnochar un poco más de lo corriente. Nada más. Por supuesto, no cabía comparativa con ninguno de los diversos y sonados barrios chinos que pueden encontrarse a lo largo y ancho del mundo, espacios singulares insertados en la vida social y económica de grandes urbes, que, sin embargo, pertenecen a otras culturas y costumbres. 

La ‘chinatown’ de Zaragoza no era tal. Fue acaso una ensoñación. O una socarronería aragonesa más. O una gentil indicación al visitante para que pudiera disfrutar de cierta vida noctámbula algo más allá de la convención. Por aquí no llegaron las rutas de los comerciantes que vendían en Europa seda, algodón o té. Eso quedó para algunas grandes ciudades portuarias, como Liverpool, donde se asentó el primer barrio chino europeo.

Los 125 reportajes del libro '125 Historias de HERALDO DE ARAGÓN'.

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