tribunales 

El fiscal acusa a un anciano de abusar de una niña de los 6 a los 13 años

La víctima no denunció a su abuelastro hasta cumplir los 19 años. El octogenario dice que «se ha montado una película». 

El acusado de agresión sexual, de 80 años, ayer en el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado de agresión sexual, de 80 años, ayer en el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

La sección primera de la Audiencia de Zaragoza juzgó ayer a Zoilo S. A., un hombre de 80 años para el que la Fiscalía pide una condena de once por los supuestos abusos sexuales continuados a los que sometió a una menor que era nieta de su mujer. La víctima no se atrevió a denunció lo sucedido hasta que cumplió los 19, pero entonces dijo que su abuelastro había abusado de ella entre los 6 y los 13 años.

Como recordó la acusación pública, los hechos se produjeron en el domicilio de los abuelos, en el barrio de La Almozara de Zaragoza. Al parecer, fue allí donde se instaló la madre de la niña con sus tres hijas cuando llegaron desde Argentina. Todas ellas declararon en el juicio detrás de un biombo.

«Eso es mentira», proclamó el acusado. «Es una película que se han montado las niñas, que con cinco años ya veían películas porno –añadió–. Yo nunca le hice tocamientos, ni masturbaciones ni intenté ninguna penetración. Las niñas siempre iban juntas con su madre y la chica no se quedaba sola».

Zoilo S. A. dejó entrever que la denuncia pudo ser consecuencia de su ruptura con la nieta de la niña. Porque parece que esta última llegó a verlo en la calle con su nueva pareja.

Por su parte, la víctima confesó entre lágrimas que el procesado le hacía tocamientos en el pecho, el culo y la vagina de manera «diaria»; le obligaba a masturbarlo e incluso intentó penetrarla vaginalmente. Sin embargo, parece que la llegada de la madre y la abuela al domicilio hizo que el acusado se detuviera.

La chica reconoció que no contó nada hasta tener 13 años, cuando su abuela y el acusado se separaron. «Ella no se lo creyó y entonces yo me callé», explicó la denunciante. Al final, cuando estudiaba segundo de Bachillerato, la joven se lo contó a un profesor del Programa de Integración Escolar (PIE) del instituto Ramón y Cajal, quien recordó ayer en el juicio cómo le reveló lo sucedido. El siguiente paso fue informar a una psicóloga, que sigue asistiendo tanto a la víctima como a su familia. Y l contar los hechos en comisaría, la Policía procedió a la detención del sospechoso.

La madre de la joven explicó que mientras iba a trabajar, las dos niñas menores «se quedaban siempre con Zoilo en casa». Reconoció que ella «estaba para proteger a las niñas» y no lo hizo como debía. La mujer agregó que el marido de su madre era «violento». Por su parte, las hermanas de la denunciante corroboraron que Zoilo tenía un carácter «fuerte». La mayor no se acordaba de la agresión sexual y la menor dijo que lo supo cuando se lo explicó su madre.

Una de las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón señaló ayer en el juicio que la chica sufre estrés postraumático y un trastorno de personalidad que pudo ser causado por los abusos sexuales, sin negar que pudo haber algo de exageración. Su compañera, psicóloga y sexóloga, dijo que la víctima necesitará tratamiento psicológico durante mucho tiempo.

La acusación particular, que ejerce la abogada Noelia Liroz, eleva la petición de cárcel a 15 años y propone una indemnización de 50.000 euros. La defensa niega los hechos y pide la absolución.

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