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Las salas de baile en Zaragoza

HERALDO realizaba en 1932 un recorrido por los locales de moda de baile: desde los fieles del 'schotis' a la música cubana. En la actualidad, Zaragoza presume de salas que son referencia, aunque el coronavirus ha apagado la música.

El reportaje de HERALDO pasea al lector por los locales de moda de una Zaragoza de 1932 en la que, según la juventud, se bailaba "como nunca se había bailado"
El reportaje de HERALDO pasea al lector por los locales de moda de una Zaragoza de 1932 en la que, según la juventud, se bailaba "como nunca se había bailado"
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"En zaragoza, cada día puede decirse que se abre un nuevo salón de baile", contaba HERALDO en 1932. para demostrarlo hacía un recorrido por los locales de moda, desde los fieles al ‘schotis’ a la música cubana. "El restaurante Ruiseñores, o música para todo un barrio. Orquestinas que siempre son de lo más atrayente en su género. Pero este año, además de las dos pistas de baile que todos los concurrentes han conocido, habrá otra pista especial. Otra pista adosada a una pérgola que se está construyendo en la fachada posterior del edificio. Será el lugar reservado a la ‘élite’ de la concurrencia"

Los ‘negros’ del Goya. "Simpáticos muchachos esos ‘morenos’ que forman la agrupación musical Relámpago y que interpretan a las mil maravillas esa música exótica y frívola de los que saben hacer filigranas con el trenzado de los pies"

"Basta acercarse a ese parque de atracciones denominado Iris Park. Una banda de música militar, una orquestina y una gramola sirven el repertorio de bailables a la concurrencia. Hay cuerda para rato... Los salones populares, el de la calle Gavín. Fieles a la tradición del ‘schotis’ a izquierdas y el tango pespunteado"

Las entrenadoras. "El dueño del salón ha contratado a unas jovencitas que dominan todos los secretos del baile y que por diez céntimos no hacen remilgos al galán, sepa o no sepa éste dar vueltas. ‘La Guerra Europea’. Ni al mismísimo demonio se le ocurre bautizar un baile con nombre semejante".

Concierto de La Unión, en 2013, en la Sala Oasis
Concierto de La Unión, en 2013, en la Sala Oasis
Asier Alcorta/Archivo Heraldo

Cuando HERALDO publicó en 1932 su ruta de ‘Los lugares zaragozanos más destacados en el deporte de la danza’, la hoy Sala Oasis ya había dado sus primeros pasos como cabaret en 1924 con el nombre de Royal Concert. Tras cerrar un tiempo después de la Guerra Civil, reabrió en 1943 como Sala Oasis, nombre con el que la bautizó un crítico de este periódico. Es "un clásico" con "un pasado glorioso" en el apartado de la música en directo, señala Chema Fernández promotor musical y uno de los padres de la 'movida' de los 80 en la capital aragonesa. El histórico local ha pasado malas rachas y ha sabido reinventarse en el complicado mundo del ocio nocturno.

Otra parada obligada si la pandemia no hubiera trastocado esta ruta es La Casa del Loco, heredera de la antigua sala de baile Malvaloca, que en 1997 se marcó la misión de mantener vivos los estilos de rock. "Su apuesta siempre se ha entendido de una forma muy abierta, desde el indie hasta el heavy metal, artistas latinos, electrónica... un poco de todo", asegura Fernández.

El reducto de los bailes de salón, sin renunciar a lo latino y lo que más suena, hay que buscarlo en El Baile 1986. González también hace una parada en Época Dorada, "el único lugar con música de los 60 para moverse con los temas de Los Brincos y Los Bravos", ideal para un ‘remember’. Si lo que se busca es puramente latino hay que dirigirse, entre otros locales, a la Sala 976, y el público juvenil opta por espacios como la discoteca Hide Club.

Si se echa la vista atrás, González evoca lugares como el KVM, "un fenómeno muy especial, que cogió la llama de la ‘movida’ de los 80 y logró una modernidad para todos los públicos". Un referente de la última oleada es la Sala López, "una alternativa real" desde hace 13 años.

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