125 historias de heraldo de aragón

Los movimientos obreros

Las reivindicaciones obreras han tenido en la industria su principal foco de actividad. El cierre de la planta turolense es la última muestra.

La construcción en los años 30
La construcción en los años 30
HA

La figura del albañil de la construcción ganó significacón en el tejido social, a medida que Zaragoza expandió sus barrios residenciales. Se sentaron así las bases del movimiento obrero. 

Lo contaba HERALDO en la sección 'Reportajes del momento': "El albañil Mariano Guillén, desde su experiencia de tres décadas, habla sobre la revolución del cemento, el hormigón y el hierro en la lista de materiales, y reivindica los valores y capacidades del oficio: "De ninguna manera cualquiera puede ser peón de albañil. Es preciso algo más que manejar el pico y la pala. En primer lugar hay que tener conocimientos rutinarios, claro está, de albañilería, adquiridos con la práctica". Hace, del mismo modo, una distinción entre categorías, el peón de pico y pala y el peón de albañil, y resalta la construcción de los andamios como la tarea más difícil de abordar, junto a la de amasar el yeso. Su sueldo, según admite, es de nueve pesetas y cuarenta céntimos, casi cinco veces más que 30 años antes: Las necesidades, ahora, son mucho mayores, porque hemos aprendido a vivir mejor y tenemos aspiraciones de las que antes carecíamos".

Protestas de los trabajadores de la Central Térmica de Andorra
Protestas de los trabajadores de la Central Térmica de Andorra
Jorge Escudero

Si la vida sobre los andamios y entre las paletas de albañiles a comienzos del siglo XX contribuyeron a prender la conciencia obrera en Aragón, el desarrollismo de los años 60 y 70 trasladó las preocupaciones y reivindicaciones de los trabajadores a la industria. Cabría decir que la actividad sindical en la comunidad ha tenido dos focos de referencia en la historia reciente: la planta de General Motors (ahora Opel-PSA) de Figueruelas y las cuencas mineras turolenses, con la central térmica de Andorra como último gran epicentro de la acción de los trabajadores.

El cierre de la planta de Endesa en la localidad tras 39 años de funcionamiento amenaza la estabilidad laboral de la comarca, y sindicatos, colectivos sociales y plataformas de ciudadanos han demandado durante los últimos tres años, desde que se determinó su clausura definitiva, soluciones y alternativas para las más de 300 familias afectadas directamente y para muchas otras más dependientes de lo que ha sido el motor económico de la zona.

Ya la reconversión industrial de finales de los 90 sentenció las minas de Andorra, operativas desde los años 50, hiriendo a una comarca a la que los agentes sociales nunca acertaron a corregirle el rumbo. Manifestaciones, encierros, protestas y la defensa del empleo han marcado la vida de los últimos años de la Central Térmica de Andorra y de sus trabajadores.

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