coronavirus

Rastreadores militares en Aragón: "La motivación es muy alta, queremos terminar con esta pandemia"

Un total de 88 militares se encargan de informar de los test negativos realizando 1.500 llamadas diarias.

En un ala del Hospital Militar de Zaragoza, una puerta en la que se lee 'Unidad de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Defensa' da acceso a un largo pasillo distribuido en diferentes salas en las que, desde inicios de octubre, trabajan como rastreadores para frenar la covid 88 militares de la Brigada Aragón I, del Regimiento de Caballería España y del Ejército del Aire de la Base Aérea de Zaragoza. Los escudos de dichas unidades, junto al de la División Castillejos, 'decoran' las estancias desde las que cada día se realizan 1.500 llamadas telefónicas informando a los ciudadanos de Aragón de los resultados negativos de las pruebas PCR a las que se han sometido, aliviando así la carga de trabajo en Atención Primaria.

Todos los militares aragoneses que participan en la denominada 'Operación Baluarte' (Defensa ha puesto a disposición de las comunidades autónomas que lo soliciten un total de 2.000 efectivos para labores de rastreo de posibles contagios) se presentaron de forma voluntaria y la mayoría ya se enfrentó a la lucha contra la pandemia durante el estado de alarma dentro de la 'Operación Balmis' del Ministerio. Se ha seleccionado al personal con perfil sanitario, conocimientos  de ofimática y habilidades comunicativas y además han recibido formación tanto de Defensa como del Gobierno aragonés. Hasta ahora, comunican los negativos de las áreas de salud de Huesca, Teruel, Zaragoza II y Zaragoza III, aunque están preparados para asumir nuevas tareas que la DGA les asigne.

El teniente Miguel Blasco, destinado en el Regimiento de Artillería de Campaña nº20 de la Brigada Aragón I, es jefe de una de las cuatro secciones de rastreadores militares. Ha cambiado sus tareas en una batería de misiles antiaéreos por organizar el trabajo de un grupo de 20 personas (que son las que realizan las llamadas). Un cambio brusco que asume con una "gran responsabilidad" y que le permite estar cerca del ciudadano transmitiéndole "confianza y tranquilidad".

Confidencialidad

Este jueves, el teniente Blasco ya estaba antes de las 8.00 en su puesto de trabajo revisando y cribando el listado de las llamadas para dividirlas en grupos y asignarlas a cada uno de los militares del RACA 20. "Cada rastreador hace del orden de unas 40 llamadas en su turno. No tienen acceso a la historia clínica del paciente, solo a sus datos de teléfono. Además, siempre hay un oficial del cuerpo militar de sanidad. Cada llamada dura unos diez minutos; suponen muchas horas que quitamos al personal sanitario del sistema de salud aragonés que se puede dedicar a otras tareas", señala. 

"Cada rastreador hace unas 40 llamadas en su turno. Suponen muchas horas que quitamos al personal sanitario del sistema de salud aragonés, que se puede dedicar a otras tareas" 

Todas las llamadas se realizan con el mismo guión: un buenos días o tardes, el nombre del militar que la realiza, la unidad del Ejército a la que pertenece y esta frase: 'En colaboración con el departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón la llamada es para comunicarle que el resultado de la PCR ha sido negativo'. "Luego les preguntamos si han sido negativo porque se ha hecho la pcr por tener síntomas o por contacto con algún positivo. En el caso de síntomas, nuestro deber es preguntarle cómo se encuentra y si ha sido por contacto con positivo le decimos que tienen que guardar una cuarentena de 10 días", explica la cabo Selenia del Rocío Cárdenas, de la Brigada Aragón I y a las órdenes del teniente Blasco. "Es una gran responsabilidad para nosotros", añade.

Además de asignar los listados de llamadas y controlar que se hacen correctamente, el teniente Blasco está para resolver cualquier duda que pueda surgir y solventar posibles problemas técnicos. "Al final del turno también recopilo y analizo todas las llamadas y se las devolvemos a la DGA con el resultado. Si nos las han cogido, si no, si ya sabían el resultado... Por ejemplo, hemos dectectado que a lo mejor en algún centro de salud están llamando para dar los resultados de las PCR. Les hemos comunicado que estamos doblando el trabajo para que dejen de hacerlo. Asimismo, si hay alguien que necesita que el centro de salud se ponga en contacto con él o con ella también lo apuntamos para que la DGA lo comunique a esos centros", resalta.

Colaboración ciudadana

Hasta ahora, la respuesta de la ciudadanía está siendo muy buena. "Se muestran agradecidos por comunicarles el resultado y colaboran con lo que les decimos. Siempre hay algún caso anecdótico, si se puede decir así, de gente que tenía que estar en cuarentena porque le han hecho una PCR y nos dice que está trabajando. Son muy pocos casos. Esa información pasa al sistema de salud y lo notificamos", afirma.

El teniente Blasco hace un balance "positivo" de su nueva misión y reconoce que cuando sale de trabajar del Hospital Militar tiene "un plus de concienciación" tras ver la cantidad de pruebas que se hacen cada día en la Comunidad para frenar el coronavirus. "La motivación es muy alta. Se viene muy concienciado a trabajar porque queremos terminar con esta pandemia. Al militar lo que más le mueve es el servicio a España y a la sociedad, y qué mejor servicio que contribuir a reducir la covid, una de las mayores crisis que hemos tenido en los últimos años", asegura.

Este viernes, el teniente Blasco se incorpora a su regimiento para realizar las tareas de mantenimiento e instrucción que se le encomienden ese día. Los 88 militares de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica en Aragón -el jefe de la unidad pertenece a la División Castillejos, él es quien supervisa el trabajo de los rastreadores y coordina con el Ejecutivo autonómico la asignación de las tareas- trabajan en días alternos en turnos de seis horas, de 8.00 a 20.00 de lunes a viernes y de 8.00 a 14.00 sábados y domingos. 

En cada una de las cinco salas de rastreadores hay cuatro militares con sus respectivas mascarillas y guardando las pertinentes distancias físicas. Al terminar sus turnos, el silencio vuelve a ese ala del hospital. Pero por poco tiempo, a las 8.00 de nuevo se reanuda la vorágine de llamadas. "Buenos días, el resultado de la PCR ha sido negativo".

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