Aragón es extraordinario

El castillo de los Luna y Mesones de Isuela

Situada sobre un altozano, que domina el pueblo, esta fortificación es una de las mejor conservadas de Aragón; puede visitarse los fines de semana durante todo el año

Francisco Javier Gran, en la parte alta del castillo de Mesones, cuenta particularidades de la magna construcción.
Francisco Javier Gran, en la parte alta del castillo de Mesones, cuenta particularidades de la magna construcción.
Laura Uranga

La gran cantidad de pueblos de Aragón con castillo llama la atención a cualquiera. En un elevado tanto por ciento, esos castillos son meramente paños aislados que funcionan como vestigio de ‘lo que un día fue’, apelándose a la imaginación del observador para dibujar contorno, dimensiones, accesos y detalles. En Mesones de Isuela no haca falta imaginar formas ni tamaños; ahí está el castillo de los Luna, en todo lo alto, intacto después de seis siglos y medio, esperando ufano al siguiente visitante. Fuera del verano se puede visitar los sábados y domingos.

Francisco Javier Gran es guía turístico de la comarca del Aranda. Breano, suele estar en su localidad natal como base, sobre todo en el Museo del Calzado, pero también cubre tareas en otros puntos de interés de la comarca. Una de sus asistencias rápidas favoritas es este castillo gótico de Mesones, emblema social e histórico de la localidad, que ya asombra al más pintado desde el acceso por la A-2302. Dentro del pueblo hay que hacer un pequeño zigzagueo en ascenso para acercarse lo más posible a la rampa final; en un punto hay que dejar los vehículos y ejercitar las piernas para los últimos 200 metros de camino empedrado que conducen a la puerta principal

"Este castillo es defensivo –explica Francisco Javier– y de estilo Felipe Augusto; se construye tras la guerra de los Pedros para poder defender a Aragón en el caso de que Castilla volviese a la carga en un futuro cercano. Con la guerra civil castellana no hubo ataques ulteriores a Aragón, pero los castillos aragoneses de la zona –que databan de los primeros siglos de dominación musulmana– se reacondicionaron y fortificaron por si cambiaba el viento y había que contener ofensivas".

Encargo real

Don Lope recibió la encomienda de levantarlo desde la monarquía, y lo hizo con piedra blanca, algo raro en la zona; la trajo de lejos, por cierto. "El castillo –explica Francisco– se construye desde 1370 a 1382, año de la muerte de don Lope; fue un proceso increíblemente rápido para la época y para el grosor de los muros, que es de hasta de tres metros en algunos puntos. En tipología es muy similar al de Sádaba; se ha mantenido prácticamente intacto en más de seis siglos, lo que evidencia una calidad de construcción tremenda. Está claro que se trata de un castillo muy bien pensado". Hoy hay nidos de pájaros en muchos de los arcos a la vista.

La visita guiada supone un recorrido completo por las salas de los niveles inferior y superior, y acaba en la ermita "para que la gente descanse. Nunca hay que volver atrás en el paseo; se ven cosas curiosas como el símbolo de murciélago, que hace referencia a la leyenda medieval del rey murciélago, que iba a conquistar todo el Islam. Jaime el Conquistador lo puso en el escudo de Valencia. En el inicio del un arco hay un símbolo de un hombre vestido de militar y otro religioso; don Lope fue arzobispo y capitán general de los ejércitos del rey".

Ningún heredero de Don Lope siguió usando el castillo a su muerte, y ya no hubo guerra con Castilla. ¿Qué ocurre?Pues que nunca hubo una batalla a sus puertas, ni asedios, ni nada. "Ahí se hubiera puesto a prueba, y seguro que hubiese resistido", apunta Francisco Javier. La fortificación es hoy municipal.

La fruta es la reina de los cultivos locales: también hay oliva

El pueblo mantiene los servicios básicos, sufre por las penurias comunes del éxodo rural (población envejecida, falta de alternativas para fijar población) pero puede presumir de tierra fértil. Mesones de Isuela es zona frutera; la cereza es típica de toda la zona, pero también hay manzana, pera, uva... en el terreno del fruto seco, la almendra reina sobre el resto, aunque cada vez se cultiva más pistacho. 

Sin embargo, y con excepciones muy puntuales, la mayor parte de estos cultivos son para autoconsumo, parcelas pequeñas. La oliva local se comercializa a través de la cooperativa de La Almunia; la vid es sobre todo materia prima para bodegas riojanas, y tiene por tanto una salida comercial directa desde los campos de Mesones, que también produce vino, aunque mucho menos que antes, según manifiestan varios productores locales. Un pero: falta alguna referencia hostelera extra en la localidad. 

El impresionante artesonado mudéjar de la techumbre de Nuestra Señora de los Ángeles
El impresionante artesonado mudéjar de la techumbre de Nuestra Señora de los Ángeles
Laura Uranga

La capilla de Nuestra Señora de los Ángeles: ¡vaya techumbre!

La maravilla de las maravillas en el castillo de Mesones es el artesonado mudéjar en madera policromada que luce sobre el altar de la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles (1379), parte por tanto del Patrimonio de la Humanidad, como todo el mudéjar aragonés. Además de su sorprendente factura, tiene muchas leyendas curiosas como la procesión de ángeles haciendole ‘corrillo’ al muerto para que vaya directo al cielo. La ermita es barroca, y en el retablo hay una Virgen de los Ángeles. «Esta virgen –apunta el guía Francisco Javier Gran– está a medio camino entre el románico, con detalles como que la virgen y el niño no se miran entre ellos, y el gótico, porque hay sonrisas en algunas imágenes, algo inusual en la etapa románica».

La talla corresponde al siglo XV, y da un punto solemne al entorno. También hay en la capilla una estancia cubierta con bóveda de crucería que debió tener función de cripta, y que presenta el blasón del arzobispado.

En el artesonado hay pequeños elementos de un montón de estilos diferentes. Ángeles, estrellitas, símbolos... se puede dar rienda suelta a la imaginación a la hora de adivinar qué quería transmitir el artista al realizarla. La capilla, como el propio castillo, se visita estos días en formato reducido. "En el castillo nunca hay grupos de más de 20 personas, aunque legalmente el aforo actual permitiría 35", explica el guía turístico de la comarca. "Los espacios dan para mantener la distancia social, incluso con varios grupos que coincidan en el tiempo".

El Aranda posee un buen número de alicientes para el interés museístico o el descubrimiento de grades estructuras. Están el Museo del Calzado en Brea, el Centro Celtíbero en Aranda de Moncayo, el Convento Domínico en Gotor, el Centro de interpretación de la Naturaleza y Castillo de Jarque de Moncayo y, por supuesto, el Castillo del Papa Luna en Illueca.

Erik el Belga

La única construcción posterior del castillo fue la ermita, que se amplió debido a la relevancia de su capilla, que necesitaba de más espacio. La última restauración del techo data del año    2000, y además de reparar algunas piezas que amenazaban con caerse, también hubo que hacer reposición de tablas robadas por el tristemente famoso Erik el Belga. Nuestra Señora de los Ángeles es una figura muy querida y venerada por todos los mesoneros, y aquél expolio generó una respuesta de afecto y solidaridad en toda la zona. La capilla tiene una estructura muy parecida a la de la parroquieta de San Miguel en La Seo de Zaragoza.

El pueblo completa su patrimonio religioso con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, levantada en el siglo XVI, dotada con retablos de singular interés artístico. Además, Mesones tiene dos ermitas, ambas barrocas y construidas en el siglo XVII: las de San Vicente Ferrer, más conocida, y la de San Roque. Un pueblo bien dotado de arquitectura relevante que viva satisfecho bajo la atenta mirada de su castillo, y guarda además escondrijos en su intrincado barrio verde para perderse a gusto.

En imágenes:

En vídeo

Vïdeo de Mesones de Isuela en 'Aragón es extraordinario'

Mesones de Isuela

Comarca. Aranda.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay xx kilómetros por la A-2 hasta Morata de Jalón y la A-2302 en dirección a Mesones.

Signum Naturalis. La firma aceitera y artesana que dirige Iván Saldaña tiene sus raíces en Sabiñán, y tradición dulcera: también trabajan la cereza y hacen pasteles. La almazara familiar está en Mesones de Isuela, justo a la entrada del pueblo por la A-2302 desde Morata; también comercializan olivas negrales.

La torre. Se adosa a los pies de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora y es mudéjar; fue construida durante el segundo tercio del siglo XVI. Desde el siglo XIII, Mesones tenía era una población de mayoría mudéjar, situación de la que no quedan muchos vestigios a día de hoy.

Rutas. Desde Mesones de Isuela no salen muchas rutas senderistas o de BTT, pero hay una muy singular para los amantes de la bici: Mesones de Isuela-Nigüella-Sierra de Nava Alta, de 47 kilómetros de recorrido y con dificultad variable.

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