covid-19

Teclados, teléfonos, pomos… "Limpiamos sitios en los que antes apenas nos deteníamos"

La pandemia ha cambiado la limpieza de oficinas, aunque los trabajos no se hayan incrementado lo deseable y las condiciones de las empleadas no hayan mejorado.

Isabel Ruiz, trabajadora de Organización Aragonesa de Mantenimientos, limpiando una oficina.
Isabel Ruiz, trabajadora de Organización Aragonesa de Mantenimientos, limpiando una oficina.
Francisco Jiménez

La prioridad, antes de la pandemia, era que el suelo estuviera brillante y el mobiliario reluciera. Ahora todo eso ha pasado a un segundo nivel de importancia, y los esfuerzos de las empresas especializadas en limpieza de oficinas se centran en superficies que hasta ahora pasaban desapercibidas, como los pomos de las puertas, los interruptores de la luz, las pantallas de ordenador, los teléfonos, etc. El objetivo no es que brillen, sino que estén desinfectados y hagan de estos centros de trabajo un lugar seguro.

“Nuestro trabajo ahora mismo es importante para la salud de la gente”, advierte Pilar Cuevas, gerente de Organización Aragonesa de Mantenimientos, empresa con unos 600 clientes en Zaragoza. Según explica, para el día a día “se han desechado los productos más estéticos por otros que son desinfectantes y bactericidas”. Los abrillantadores y productos con silicona, de hecho, están poco recomendados porque pueden “fijar los virus”, en vez de eliminarlos.

Aunque el porcentaje de empresas que han creado equipos especiales de limpieza es pequeño, sí que hay otras que piden más horas de trabajo para profundizar en la desinfección. Una empresa del sector, con filiales dentro y fuera de la Comunidad, señala que la demanda de servicios de limpieza se ha incrementado “entre un 35% y un 45%”. Otras fuentes no son tan optimistas, y critican que las medidas de limpieza para prevenir el coronavirus no están siendo todo lo intensas que deberían. 

De hecho, en algunos casos ese aumento del interés por la limpieza de centros de trabajo no se traduce en una mejora de los encargos a estas empresas. Para empezar, porque hay negocios que han cerrado y otros en los que se ha implantado el teletrabajo, por lo que no se limpian. También están los que mantienen su actividad, pero con problemas económicos que les obligan a recortar gastos. “Quieren que se limpie más con presupuestos más reducidos, por lo que algunos son imposibles de cumplir”, señala José Ramón Raposo, de Limpiezas Bedía. Él calcula que la facturación se ha reducido con la pandemia “entre un 15% y un 18%”.

Desde el sector apuntan que muchas empresas no han aumentado la limpieza. Algunas, incluso, la han reducido. Mientras tanto, las trabajadoras (el 95% de las empleadas son mujeres) siguen acusando una fuerte parcialidad de la contratación: en la limpieza de edificios y oficinas trabajan unas 10.000 personas solo en la provincia de Zaragoza, pero pocas hay que tengan contratos a tiempo completo. "Hay algunas que trabajan 20 horas a la semana a través de cuatro empresas diferentes", señala Mariano Álvarez, secretario de acción sindical de Construcción y Servicios en CC. OO. Aragón. En los pocos casos que cuentan con una jornada completa, el salario puede estar en los 15.000 o 17.000 euros anuales.

Reyes García, limpiadora y delegada sectorial de UGT, dice que "no ha habido contrataciones". "Estamos la misma gente, y antes ya era bajo el número de por sí... Además, ahora las labores son más lentas, hay que volver a pasar cada tiempo por los sitios que has limpiado" e, insiste, todo eso "con la misma gente".

Limpieza de puestos de trabajo de un positivo

“Ahora todo el mundo quiere que todo se limpie mejor, ha aumentado el tiempo de trabajo porque se hace de manera más profunda”, explica Isabel Ruiz, empleada de limpieza. Según cuenta, su manera de trabajar “ha cambiado” en los últimos meses, ya que se tiene que emplear “en sitios donde antes apenas nos deteníamos”.

Según relata, su protección ante la covid la conforman “la mascarilla y los guantes”, además de un espray individual para aplicarse en las manos. “No tengo miedo a contagiarme en las oficinas a las que voy, es lo que hay que hacer y ya está. Te tienes que acostumbrar, no queda otra”, señala.

Aunque no son los servicios más demandados, en ocasiones a estas empresas les toca limpiar oficinas en las que ha trabajado una persona que ha dado positivo. Entonces, se desinfecta “incluso con ozono” y con una protección especial para las limpiadoras, dice Pilar Cuevas, de Organización Aragonesa de Mantenimientos.

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