innovación

Residuos agrarios para envolver alimentos

Varias empresas y entidades se han unido para producir bioenvases a partir de subproductos del arroz, los cereales o las verduras ultracongeladas.

La cáscara del arroz será uno de los residuos utilizados en el proyecto Agrocirc.
La cáscara del arroz será uno de los residuos utilizados en el proyecto Agrocirc.
Arrocera del Pirineo

El 40% del plástico que se utiliza en España está destinado al uso de envases. De ellos, el 80% terminan en vertederos, incinerados o arrojados en el medioambiente, ya sea en el mar, los ríos, o los montes, suponiendo un gran peligro tanto por la contaminación como por el impacto en las especies animales que los consumen accidentalmente.

Para tratar de solucionar o al menos de reducir este problema, un grupo de empresas, cooperativas y entidades de investigación aragonesas han constituido un grupo de cooperación y han puesto en marcha el proyecto Agrocirc.

Esta iniciativa tiene como objetivo general el desarrollo de diferentes tipos de envases biodegradables a partir de la revalorización de subproductos de origen agroindustrial. "Queremos potenciar la economía circular, por ejemplo, en nuestro caso, poder obtener un envase hecho con residuos de arroz en el que poner nuestro propio arroz", explica Susana Hernández, directora de Arrocera del Pirineo, cooperativa que coordina este proyecto. Pero, además, este proyecto tiene otro objetivo: "buscamos dar un valor añadido a los subproductos, que ahora no valen nada", añade.

Los principales subproductos que se van a recolectar son cascarilla de arroz, procedente de Arrocera del Pirineo; paja de cereales tales como trigo, cebada, maíz y patata, aportados por Cereales Teruel; por su parte, la Cooperativa Virgen de la Oliva aportará paja de forrajes y otros productos como nuez, puerro o tomate y la empresa SAAR, empresa del grupo Samca, situada en Ejea de los Caballeros, destinará subproductos de verduras ultracongeladas.

Como todos los grupos de cooperación, Agrocirc incluye además a dos centros tecnológicos. Son el Parque Tecnológico del Aula Dei (PCTAD) y el Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) que analizarán el potencial de todos estos subproductos como bioenvases y fertilizantes, así como la vida útil de los mismos, respectivamente.

Así, este proyecto reúne a todos los ámbitos del sector: productores, transformadores, empresas e investigadores.

Del residuo al envase

Oscar Longares, responsable de Desarrollo de Negocio de Feltwood, empresa transformadora, explica que el proceso de transformación consiste básicamente en la separación de la celulosa y del agua del residuo. "Estos procesos nos dan unas celulosas muy diferentes a las de los árboles con unas características propias y que podemos adaptar a los diferentes usos", explica. Una de estas características es la capacidad de modular algunos parámetros como la flexibilidad o la dureza del producto final. "Aunque para esto no será el caso, podemos obtener materiales hasta tres veces más duros que la madera más dura del mundo", incide Longares.

Aunque se trata de diversos residuos, Longares detalla que el proceso es "generalmente" el mismo para todos, aunque "en algunos casos puede variar algún paso o algún tiempo". Todo ello para obtener envases reciclables a través de procesos que no requieren químicos y compostables, ya que son materia orgánica en su totalidad.

Toda la cadena

Una de las principales características de esta iniciativa es que va a beneficiar a todos los miembros de la cadena agroalimentaria, desde los agricultores, que experimentarán una revalorización de los subproductos de su trabajo, obteniendo un beneficio extra en su explotación.

Por su parte, las empresas transformadoras pueden revalorizar unos subproductos que hasta ahora tenían muy poca salida o muy poco valor y también supondrá un beneficio claro para el consumidor final, la sociedad y el medioambiente. Con la potenciación de la economía circular, se permitirá fijar población rural, la disminución del uso de plásticos y la reducción de la huella de carbono y mejora del impacto ambiental.

El plan de trabajo de Agrocirc abarcará un periodo de cuatro años y se subdividirá en cuatro actividades principales: análisis y desarrollo de los subproductos, fabricación de materiales biodegradables, caracterización de las soluciones creadas, y finalmente validación del proyecto y los envases. Además, durante la duración de este proyecto, se llevarán a cabo actividades de divulgación que permitan mostrar los avances y resultados obtenidos del mismo.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 150.000 euros. De ellos, 120.000 serán financiados al 80% por fondos Feader de la Unión Europea, y el 20% restante por el Gobierno de Aragón a través de Plan de Desarrollo Rural (PDR). La cantidad restante será aportada por los miembros del grupo de cooperación.

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