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Moneva, con solo cinco tarjetas sanitarias: "La gente prefiere que le atiendan en Zaragoza que en Moyuela"

En Moneva solo cinco de su centenar de empadronados tienen allí su tarjeta sanitaria. El médico ya no pasa por el pueblo, y la atención en las localidades cercanas es limitada.

En Moneva el bar es el centro del pueblo. Allí se juntan los pocos vecinos que quedan tras el verano y algún trabajador de la zona que se empeña arreglando alguna casa. El padrón municipal dice que en este pueblo de la provincia de Zaragoza, que linda con la de Teruel, tiene unos 100 habitantes. Fijos son menos de la mitad, apenas medio centenar. Y de estos últimos, solo cinco tienen la tarjeta sanitaria en Moneva.

Jesús Lerín explica que el médico "no sube al pueblo", y que la atención en los consultorios que les corresponden (Moyuela, Azuara o Belchite, dependiendo de la hora que sea) es limitada: "Una vez me corté un dedo y fui a Azuara. Me dijeron que no fuera allí nunca en esos casos, que me fuera directo a Zaragoza, porque allí tenía que esperar a que llegara la ambulancia y me llevara a la capital, con lo que tardaba más tiempo".

"La gente prefiere ir a Zaragoza a que le atiendan, antes que a Moyuela o Azuara, así que el que puede se saca la tarjeta sanitaria allí", explica el alcalde, Luis Martín. Una buena parte de los vecinos de Moneva tiene piso en la capital, aunque ahora, ya jubilados, residan en el pueblo. Muchos se fueron hace décadas a trabajar, cuando el campo dejó de ser rentable para todos. Curiosamente, muchos (unos 80 vecinos) se hicieron taxistas.

Uno de ellos fue Pascual Paracuellos. "La gente se empezó a meter a taxista, le fue bien y nos fuimos unos cuantos más", rememora. Ahora pasa más tiempo en Moneva que en Zaragoza. Lo hace junto a su mujer, Francisca Guallar, quien dice que algunos veranos han hecho el traslado temporal de la tarjeta sanitaria para ser atendidos mejor en el pueblo. Últimamente no lo han tramitado y se han quedado con la tarjeta en Zaragoza. "La verdad es que deberíamos hacerlo todos, porque así igual vendría el médico al pueblo", admite.

Antonio Romero, trabajador del Ayuntamiento, es de los pocos que tiene la tarjeta sanitaria en Moneva. Explica que si le pasa algo tiene que ir a Moyuela (a 10 kilómetros), pero que si no entra en su limitado horario del consultorio ya tiene que ir a Azuara (a 28 kilómetros). Dice que la atención "es buena" en la zona, pero si la cosa es más seria o hay que hacer pruebas, hay que marchar a Zaragoza (a 80 kilómetros).

Domingo, el aguacil del pueblo, se encarga de llevar al médico con un vehículo del Ayuntamiento a quien lo necesite. Dice que la gente "prefiere ir a Zaragoza", porque en muchos casos los consultorios médicos de la zona "no están preparados" para algunas cosas. Dado el escaso número de tarjetas sanitarias que hay, le toca hacer "pocos viajes" a lo largo del mes.

Mientras tanto, la vida sigue en Moneva, donde el medio centenar de vecinos que quedan se reparten entre el campo (cereal o almendros) o la vida más ociosa de la jubilación. "Aquí se está muy tranquilo, y más ahora, con la pandemia", dice Domingo. Lo saben quienes emigraron a la ciudad, que tienden a volver al pueblo a poco que pueden.

"En cuanto organizamos una andada, una comida o cualquier cosa un fin de semana, se ponen aquí 150 o 200 personas fácilmente", dice el alcalde, que se muestra "esperanzado" con que el pueblo aguante, a pesar de la pérdida de población que ha sufrido en las últimas décadas: "No verás un tejado en mal estado; eso quiere decir que la gente cuida las casas para poder volver".

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