covid-19

Las monjas clarisas de Tauste donan una herencia de 30.000 euros a la residencia de mayores

Las religiosas se contagiaron de coronavirus y ahora quieren que el dinero sirva para ayudar al geriátrico también afectado.

Las religiosas del Monasterio de Santa Clara asomadas a las ventanas, en una imagen de archivo
Las religiosas del Monasterio de Santa Clara asomadas a las ventanas, en una imagen de archivo
Noeli Barceló

La residencia Virgen de Sancho Abarca de Tauste recibirá más de 30.000 euros gracias a la generosidad de las monjas del Monasterio de Santa Clara. Las religiosas son las herederas de una finca agrícola que una vecina decidió legarles en su testamento y han decidido que el mejor destino del dinero que obtenga por su venta es este geriátrico de la localidad, que ha sufrido un duro golpe por la covid en esta oleada.

"Hemos visto que había necesidad en la residencia y hemos decidido donar todo el dinero que se saque con la venta de las tierras y mantener nuestra vida de pobreza", dice Sor María Cruz, la recientemente elegida como madre superiora de la congregación que integran seis hermanas.

Hace ahora dos años que falleció Aurora Longás Larrodé. Era soltera y no tenía hijos y había decidido nombrar a las Clarisas como herederas de una pequeña finca agrícola de seis hectáreas ubicada en el término de Valdeperané en el Monte de Tauste. Las tierras están ahora en proceso de venta, a la espera de que queden liberadas definitivamente de los compromisos adquiridos con el arrendatario de las mismas.

No es la primera donación que reciben las monjas aunque sí es la más importante. "Algunas personas se han acordado de nosotras junto con la parroquia y hemos recibido pequeñas cantidades", señala la superiora. "Ahora hemos tenido la oportunidad de compartir y pensamos que si habían sido generosos con nosotras también queremos serlo nosotras con otras necesidades", en alusión al impacto que la segunda oleada del covid-19 ha tenido entre los mayores de los dos centros de la residencia Virgen de Sancho Abarca.

También se contagiaron

Las propias religiosas resultaron contagiadas después de la visita de una de ellas a un hospital tras sufrir una caída, aunque afortunadamente todas ellas se recuperan favorablemente. "Nosotras ya hemos recibido todas el alta aunque no el sacerdote que continúa estando grave. También la hermana que estaba fuera vino la semana pasada del hospital. Ahora hemos sentido todo lo que la gente nos quiere. Mucha gente de Tauste nos ha llamado, pero hemos recibido llamadas hasta de los Estados Unidos y desde muchos lugares de España".

El patronato que dirige la Fundación Pérez de Gotor, responsable de la residencia Sancho Abarca de Tauste, deberá determinar el objetivo de la donación económica. El dinero no puede llegar en mejor momento después de los gastos que ha supuesto el contagio.

"Hemos tenido fallecidos, y muchísimos gastos. Hemos hecho frente a las bajas de personal. Será el patronato el que decida a qué tipo de inversión va destinado, ya que hay muchas cosas que hacen falta. Habrá que decidir si se dedica a gasto corriente o a pagar parte de hipoteca", explicó la directora del centro, Pilar Celiméndiz. Hay que recordar que entre sus casi 200 mayores y 120 trabajadores, más de la mitad de los residentes y una buena parte de la plantilla se contagiaron en la segunda oleada.

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