Covid-19

Al menos 107 mayores han fallecido en los centros covid durante la pandemia

Uno de los tres dispositivos que siguen activos en la Comunidad, Casetas, acoge ahora a los residentes positivos y entre los tres suman cinco muertos en esta oleada.

Desinfección en Burbáguena.
Desinfección en la residencia de Burbáguena.
Bomberos de la DPT

Al menos 107 de los mayores trasladados a los centros covid abiertos por la DGA en Zaragoza, Huesca y Teruel a finales de marzo han fallecido en estas instalaciones desde el inicio de la pandemia. La mayoría lo hicieron durante la primera oleada. Esta es una situación que reflejó el Justicia de Aragón en un informe, tras consultar con más de 70 residencias de toda la Comunidad. 

Estos espacios acogen actualmente a 76 personas. Solo en el de Casetas, con 53, hay residentes infectados por coronavirus, pero Gea de Albarracín (12) y Yéqueda (11) atienden únicamente a negativos. Es una de las razones que explican que en la primera oleada acapararan 102 defunciones y, desde julio, cinco. También hay que tener en cuenta que la mortalidad en los centros covid en los meses más duros fue del 19,5%, mientras en los geriátricos se situó en el 37,1%.

El secretario general técnico del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales de la DGA, José Antonio Jiménez, subrayó cómo estos dispositivos se han ido adaptando a las necesidades que han surgido en esta etapa tras la "implosión" en julio de la residencia de Burbáguena con un gran número de casos positivos. "De acuerdo con Sanidad se vio que en estas circunstancias lo mejor era trasladar a los negativos para protegerlos del virus y al mismo tiempo rebajar la carga de trabajo en las residencias afectadas", explicó. Eso sí, teniendo presente que el protocolo es "más estricto" con estos usuarios, que deben guardar cuarentena, no pueden compartir baño y los profesionales que los atienden tienen que usar medios de protección diferentes para cada uno de ellos

En esta nueva dinámica, el centro de Casetas sigue contando con personal médico, como al principio hubo en todos estos dispositivos, mientras los de Gea y Yéqueda están coordinados con el centro de salud de referencia o el 061.

El número de plazas existentes en Casetas, un total de 128 de las que 78 están activas, se estima que son "suficientes" para atender la demanda que se pueda generar. En los momentos más duros se alcanzó este nivel de ocupación. Están "en alerta todos los días", aseguró Jiménez, y con capacidad para "reaccionar" y poner en marcha "algún otro centro residencial que no está ocupado".

Las residencias preocupan

La falta de información a las familias fue una de las denuncias que el Justicia de Aragón recogió en su informe. En todos los dispositivos covid hubo un funcionario o una persona responsable de la atención directa a los allegados. Jiménez reconoció que hubo quejas, pero también "agradecimientos" .

El virus sigue castigando con fuerza a las personas mayores, sobre todo en las residencias. Aragón registra brotes en 52 de ellas, con 864 usuarios y 263 trabajadores positivos en coronavirus. En 12 centros solo hay afectados mayores, en 13 solo empleados y en 27, tanto residentes como personal. El 72,5% de los casos se concentran en diez residencias.

Este nuevo periodo se está afrontando con la experiencia adquirida. "Los protocolos están muy claros y los planes de contingencia también. Cada centro cuenta con un estocaje de material de protección para dos meses y el Departamento dispone de él", afirmó la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto. 

No obstante, alertó de que nunca se puede decir que "una residencia es segura", e insistió en un llamamiento a los trabajadores "para que excedan en la precaución", ya que en estos momentos los brotes tienen su origen en la transmisión comunitaria. "Lo decimos con toda la valoración de su esfuerzo y sin culpabilizar a nadie, solo podemos tener agradecimiento al esfuerzo que han hecho", recalcó. Un rápido resumen de la situación: "Preparados para lo peor y deseando lo mejor".

El coordinador en Aragón de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, Gustavo García, explicó que en la primera ola el covid cogió a todos desprevenidos, "incluso había trabajadores que iban a trabajar con fiebre, con su mejor voluntad. No había medidas de contención, ni EPI, con un sistema sanitario desbordado". El informe del Justicia "es muy claro respecto a lo que pasó" y "sin culpabilizar a nadie". 

Esta segunda etapa "es muy diferente" porque "se ha aprendido bastante": "La mayoría de residentes han establecido protocolos de actuación frente al covid". Sin embargo, según reconoció García, "es casi imposible evitar que el virus entre en una residencia", sobre todo en una situación de transmisión comunitaria: "No se puede hacer un test a cada trabajador cada vez que llega a su puesto". Y añadió: "El coronavirus está teniendo bastante menos incidencia en las residencias, y también en la mortalidad". Al mismo tiempo, destacó que se observa que se están produciendo casos en residencias "que no tuvieron contagios en la primera oleada". García subrayó que "no se puede criminalizar a una residencia porque entre el virus, porque es cuando más apoyo necesita".

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