Tercer Milenio

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Humor, música y ciencia se dan la mano en la Sala Mozart de Zaragoza

‘El show de los monólogos científicos’ sirve de antesala de la celebración de la Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras que tendrá lugar el próximo mes de noviembre.

¿Puede la ciencia ser divertida? ¿Podemos reírnos a carcajadas hablando sobre matemáticas, física, química o geología? Desde luego, de la mano de un grupo de investigadores monologuistas como los RISArchers de la Universidad de Zaragoza, está claro que esta compleja labor es mucho más sencilla. Al menos, así lo han demostrado este viernes sobre el escenario de la sala Mozart del Auditorio de la capital con el espectáculo ‘El show de los monólogos científicos’, un evento que sirve de antesala de la celebración de la Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras, programada para el próximo 27 de noviembre en varios espacios de la capital aragonesa.

En su día a día, este grupo de investigadores se esfuerza por trasladar a la sociedad los resultados de sus estudios, para que puedan poner en valor el conocimiento adquirido a lo largo de los años utilizando el humor y la curiosidad del público como herramientas fundamentales con las que abordar todo tipo de temas, desde computación, materia oscura o rectas paralelas, entre otros.

Los espectadores -tanto aquellos que se han acercado hasta el auditorio como quienes han decidido seguir el acto por streaming desde distintas ciudades españolas- han disfrutado de ocho monólogos, de entre 4 y 5 minutos de duración, con temáticas de lo más variadas.

La velada era conducida por la actriz Encarni Corrales (Teatro Indigesto), y contaba con las originales intervenciones musicales del dúo formado por el músico David Angulo y la actriz Marisol Aznar (Oregón TV), quienes han compartido con el público una serie de adaptaciones de artistas conocidos por todos como Camela -sobre la importancia del I+D-, el cantante italiano Eros Ramazzotti -sobre los neutrones-, o Luz Casal -basado en el  número Pi-, entre otroas: “Pienso en pi y me emociono, que importante es el número pi. Cuando quieras medir una esfera, pues la mides con el número pi”.

La velada comenzaba de la mano de Concha Aldea, catedrática de Electrónica de la Facultad de Ciencias que protagonizaba el monólogo ‘El blanco no es un color’. Entre broma y broma sobre algunas confusiones conyugales a la hora de combinar según qué prendas, la que fuera finalista del certamen Famelab en el año 2017 explicaba la definición de la síntesis aditiva de color o el funcionamiento de los píxeles en cualquier pantalla de televisión.

Participantes de ‘El show de los monólogos científicos’
Participantes de ‘El show de los monólogos científicos’
C. Ivars

Seguía el show con Víctor Manero, matemático de la Universidad de Zaragoza quien, con su monólogo ‘Apostar o no apostar’ sumergía al atento público en un concepto habitual en los juegos de azar, la denominada esperanza matemática de un suceso aleatorio. O, lo que es lo mismo, un número que, en caso de ser mayor de cero, nos hace creer que el juego es positivo para nosotros. “España es el país de la UE con la mayor tasa de ludópatas y el perfil ha pasado de varones de 45 a jóvenes menores de 30 enganchados a casinos online y apuestas deportivas”, criticaba, entre broma y broma. Porque, como destacaba, “la ciencia también aporta conocimiento y herramientas muy útiles” para nuestro día a día.

Bajo el título ‘Cuando la química se enamoró de los ODS’ llegaba el turno de Elísabet Pires, profesora titular Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias e investigadora del ISQCH, quien se adentraba en los 17 objetivos de desarrollo sostenible establecidos por la ONU en el año 2015 explicando las aportaciones que esta especialidad hace por conseguirlos. “Buenas noches soy Elísabet y soy química… pero sostenible. Tanto que me llaman la Greta de la química”, explicaba. La fabricación de biodiesel, la economía circular, el reciclaje eran tan solo algunos de los temas que trataba en este monólogo.

Los minerales también tenían un espacio en la velada de la mano de la catedrática de Cristalografía y Mineralogía Blanca Balauz con su monólogo ‘La importancia de la familia’. Tras ella, llegaba el turno de Luis Vicente Casaló con ‘No eres Brad Pitt, pero no estás tan mal’. En este caso, el profesor titular en el Departamento de Marketing de la Facultad de Empresa y Gestión Pública de Huesca conseguía meterse al público en el bolsillo con su número sobre las teorías del equilibrio competitivo de John Nash y de Confirmación de Expectativas, en este caso de Richard Oliver. “Aunque os resulte difícil viendo mi cuerpo serrano, mi tasa de éxito con las mujeres ha sido de siempre bastante baja y no era por no intentarlo”, aseguraba.

Así, Casaló explicaba cómo algunas teorías marketinianas pueden tener una interesante aplicación en situaciones cotidianas como la búsqueda de una pareja estable: “Está demostrado que el grado de satisfacción de una persona depende del cumplimiento de las expectativas previas. Es decir, que no hay que hacer falsas promesas porque vas a generar unas expectativas muy altas y luego no las vas a poder cumplir”.

‘La falacia del fiscal’ era el título elegido por la profesora titular de Matemática Aplicada, Chelo Ferreira, para su monólogo sobre la justificación de hechos improbables a través del razonamiento estadístico -también conocido como ‘La falacia del fiscal’ debido a las trágicas consecuencias que puede tener en ciertos contextos como en la resolución de un juicio-. Por su parte Mamen Horno, profesora titular de la UZ miembro del departamento de Lingüística General e Hispánica, protagonizaba el sketch ‘Palabras en el cerebro’ sobre la importancia del lenguaje y las palabras.

Finalmente, Fernando Bartolomé, físico e investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, era el encargado de poner el broche de oro con su ‘Einstein equivocado’. Un sketch sobre algunos de los mayores errores de la historia en el ámbito de la ciencia, aunque algunos de ellos fueran la semilla de grandes descubrimientos posteriores.

Otro de los momentos más divertidos de la velada lo protagonizaban una serie de escenas en las que no ha faltado la crítica a la realidad que viven muchos científicos que se ven obligados a irse de España en busca de una oportunidad laboral. Uno de los números trataba sobre la desgracia de una familia “de letras de toda la vida” cuyo hijo había salido “de ciencias puras”. “Mi marido es poeta y yo profesora de latín. Qué le vamos a hacer, es nuestro hijo y lo tenemos que aceptar”, explicaba esta madre en apuros.

Monologuistas y representantes de las instituciones, en la Sala Mozart del Auditorio
Monologuistas y representantes de las instituciones, en la Sala Mozart del Auditorio
C. Ivars

Una velada de humor en 370 ciudades a la vez

A la cita han acudido José Antonio Mayoral, rector en funciones de la Universidad de Zaragoza; Sara Fernández, vicealcaldesa y consejera municipal de Cultura y Proyección Exterior del Ayuntamiento de Zaragoza; y Maru Díaz, consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón.

En cuanto a la Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras, se celebrará el próximo 27 de noviembre en más de 370 ciudades del mundo de manera simultánea. Una cita que, en Zaragoza, organiza la Unidad de Cultura Científica de Unizar en colaboración con el Área de Vicealcaldía, Cultura y Proyección Exterior del Ayuntamiento de Zaragoza, el cual se enmarca dentro del proyecto europeo S-Team que la Comisión Europea (CE) ha concedido al consorcio formado por las universidades del G-9, que integra a los campus de Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Islas Baleares, Oviedo, País Vasco, Pública de Navarra y Zaragoza, con la colaboración de la Universidad de La Rioja.

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