Sanidad admite que no puede reducir la lista de espera por la segunda ola de la pandemia

Aparca su plan de choque por el número de pacientes, sus largos ingresos y la reserva de ucis.  Indica que la demora estructural para una operación supera los 10.000 pacientes.

La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, esta mañana en las Cortes.
La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, este viernes en las Cortes.
EP

La consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha admitido este viernes que no puede reducir la lista de espera, como anunció hace dos meses, como consecuencia de la segunda ola de la pandemia, que ha disparado la presión asistencial. Repollés ha lamentado que ha tenido que aparcar el plan de choque ante el número de pacientes ingresados con coronavirus, sus largas estancias en el hospital y la necesidad de reservar plazas en las uci para atender un hipotético agravamiento. "Hice el anuncio y como pueden entender por la situación epidemiológica no hemos podido aplicarlo", ha añadido.

En su primera comparecencia ante la comisión de Sanidad de las Cortes, a petición propia y del PP para explicar sus líneas de actuación, ha defendido que uno de los pilares para lograr un sistema público de calidad es garantizar una atención a tiempo y una gestión eficaz de las listas de espera de consultas e intervenciones quirúrgicas. Para ello, redactaron hace dos meses un borrador para "abordar y gestionar" la situación que ahora deberán ajustar.

El vuelco asistencial ha obligado al Salud a suspender consultas y pruebas programadas de las intervenciones no urgentes, lo que ha disparado el número de pacientes que esperan más de medio año para pasar por el quirófano. De hecho, el número se llegó a triplicar en mayo, hasta alcanzar los 9.642 afectados, por lo que la consejera advirtió a principios de verano de que ni recurriendo a peonadas por las tardes en los hospitales públicos ni a los conciertos se logrará normalizar las listas de espera antes de 2022.

Obligación de adaptarse

Repollés no ha andado con ambages y ha subrayado que, como todo lo que pensaban poner en marcha y tener a pleno funcionamiento en estas fechas, deberán modificarlo y adaptarlo a la nueva situación.

La titular de Sanidad ha evidenciado que el impacto en la actividad programada es sustancial, dado que la demora estructural supera los 10.000 pacientes. No obstante, ha apostillado que el número total de pacientes en lista de espera es algo inferior al del año anterior.

Los últimos datos hechos públicos por el Salud corresponden al pasado mes de julio, en el que se volvió a incrementar el número de pacientes que llevaban esperando más de medio año para ser intervenidos. Tras el récord de mayo, con 9.642 afectados, se logró reducir a 8.423 en junio, pero de nuevo se incrementó un mes después hasta alcanzar los 8.571. Y los sanitarios dan por hecho que el balance aún habrá empeorado más al cierre de agosto como consecuencia del rebrote de coronavirus, que complicó la situación en los centros sanitarios.

La diputada del PP Ana Marín también le ha preguntado por las derivaciones de operaciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas, a lo que ha respondido que a 1.163 pacientes se les intervino en los centros privados hasta el mes de agosto. Además, se externalizaron 13.610 resonancias magnéticas a la sanidad privada.

Marín ha echado en cara a la DGA que critique la sanidad privada y recurra a ella cuando la necesite, aunque la consejera de Sanidad ha subrayado que ese no es su discurso ni pretende enfrentar ambos sistemas. Así, ha defendido la coexistencia de la red pública y privada, pero sobre la base de asegurar "una potente atención sanitaria pública y equitativa".

En las dos horas que ha dedicado a comparecer y responder a la batería de preguntas de la oposición ha aludido al "contexto de incertidumbre y de crisis permanente" que vive el Salud por el impacto de la pandemia, lo que les está obligando a tomar las decisiones "día a día" para adaptarse a las circunstancias. "No tengo ni idea de lo que va a pasar la semana que viene", ha argumentado.

La parlamentaria popular, como el resto de la oposición, ha reconocido las dificultades de gestionar la sanidad en esta crisis, pero ha urgido a Repollés a actuar porque los aragoneses requieren atención. "No podemos estar parados", ha remarcado.

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