ENCUESTA A+M PARA HERALDO

Un 86% de los aragoneses cree que los protocolos para la vuelta al cole llegan tarde

El 38% de los encuestados tendría dificultad para conciliar vida laboral y familiar en caso de rebrote. La mayoría confía en que las autoridades responderían bien a "posibles contingencias".

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Salvo escasas excepciones, la mayoría de profesores y estudiantes aragoneses comenzarán a partir de mañana el curso escolar con ganas de volver a las aulas, pero también con una gran incertidumbre por el alto índice de contagios y el actual escenario de rebrotes de coronavirus. Casi el 60% de los aragoneses respalda la apertura presencial del curso escolar, pero también más de la mitad (el 56,8%) afirma estar preocupado por las condiciones en las que se volverán a abrir sus puertas los centros educativos.

Además, un 86,3% de los consultas cree que el protocolo para la vuelta al colegio ha llegado tarde y en torno a un 18% considera que la calidad de la enseñanza se resentirá el curso entrante. Esta son algunas de las conclusiones de una encuesta sobre la pandemia y la vuelta al colegio realizada para HERALDO por la empresa demoscópica A+M. Entre los días del 31 de agosto y 2 de septiembre, se consultó la opinión de casi un millar de aragoneses para pulsar cuáles son sus inquietudes respecto a las garantías sanitarias del curso 2020-2021, los protocolos impulsados por el departamento de Educación o las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar.

Mientras los chavales ya preparan sus mochilas y son conscientes de que tendrán que volver a madrugar, en los centros educativos continúan afinando las medidas de prevención para retomar la actividad habitual después de un final de curso que tuvo que ser obligadamente telemático. Hasta un 5% de las familias aún no sabían esta semana si llevarían o no a sus hijos al colegio y aseguraban que esperarían a las últimas instrucciones –el viernes Educación brindó nuevas explicaciones sobre el protocolo sanitario– para tomar una decisión.

Resulta llamativo que para los encuestados es más conocido el plan de contingencia de cada uno de los centros escolares (el 70,1% dice estar familiarizado con él) que el diseñado por el Gobierno de Aragón (64,8%). No obstante, hay cerca de un 30% que dice desconocer cualquiera de estas medidas, que hacen referencia al uso de las mascarillas o al respeto de las distancias mínimas. Asimismo, la mitad de los preguntados que afirman conocer los protocolos dicen que no tienen claras las medidas en referencia, por ejemplo, a cómo se gestionarán los comedores (este año toca tener sitio fijo), qué pasará con las extraescolares o cómo funcionarán los ‘grupos burbuja’. El pasado viernes, sin ir más lejos, la consejera Sira Repollés aclaró que cuando un niño se contagie, se harán pruebas PCR a todos los compañeros en el propio centro educativo.

Las medidas que han ido trascendiendo y que se han difundido entre padres y profesores resultan «poco o nada» tranquilizadoras para el 31,9% de los encuestados, mientras que un 67,4% afirma que les parecen eficaces o resolutivas. Una ajustada mayoría (un 56,8%) las considera «bastante apropiadas», pero también hay en torno a un 30% de quienes atendieron la llamada de HERALDO que las juzgan «insuficientes».

Los niños de 0 a 3 años han sido, este viernes, los primeros en volver a las aulas madrileñas
Los niños de 0 a 3 años han sido, este viernes, los primeros en volver a las aulas madrileñas

Respecto a lo que sí hay poca confianza es a que este curso se pueda llevar a cabo una actividad semejante a la de años anteriores y en la que las restricciones por el virus apenas tengan efecto. De hecho, un 18,1% de los encuestados cree que, por más que se fortalezcan las plantillas, la calidad de la enseñanza será peor que en años anteriores y un 40,7% se limita a decir que será «distinta».

Este asunto continuará generando cierta controversia en los próximos días, tal y como demuestra que hace apenas 48 horas 30 ampas zaragozanas exigieran más recursos para una «vuelta al colegio segura» y calificaran el aumento del 2,5% del profesorado de «meramente testimonial». Las inversiones para afrontar el curso con garantías, la conveniencia de bajar las ratios de alumnos o la implementación del personal no docente (monitores de comedor, limpiadores o, en el caso de la educación especial, enfermeros y fisioterapeutas) son algunas de las cuestiones a debate.

Mucho convencimiento

Como nota positiva, es significativo que la inmensa mayoría de alumnos (un 91,1%) ha manifestado su deseo de querer asistir presencialmente al colegio, tras las tristes despedidas telemáticas del pasado junio: los chavales parecen ávidos de ocupar sus pupitres y corretear por el patio, aunque sea a distancia.

Harina de otro costal es la situación que se les avecina a muchas familias con la imposición de la jornada continua: el 37,8% de los consultados afirman que no tienen un plan para conciliar su vida laboral y familiar, sobre todo, si se produjera un brote en el centro educativo y los chavales tuvieran que estudiar en casa (cuando haya un positivo en un grupo estable de convivencia, la clase se cerrará durante 14 días). Además, la entrada escalonada del curso también trastoca «mucho o bastante» las rutinas y costumbres de un 40,9% de las familias, mientras que –a más largo plazo– ese mismo 40% cree que este extraño curso afectará de algún modo su plan habitual de trabajo.

También es cierto que los departamentos de Educación y Sanidad pueden sentir cierto alivio y entender que la sociedad reconoce sus esfuerzos en las últimas semanas porque a la pregunta de «¿Cree que las autoridades responderán adecuadamente a las contingencias que pueden darse?» hasta un 89,5% de los participantes contesta «sí». En este sentido, la DGA informó recientemente de que 15 equipos, formados por maestros y trabajadores sociales, coordinarán los posibles casos covid que se produzcan en las aulas.

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