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"Me violó tres veces e intentó matarme. No fue consentido, ni nos conocíamos"
El fiscal pide siete años al acusado de una agresión sexual cometida en la ribera del Ebro,
donde fue detenido.
"Me violó la noche del 1 al 2 de marzo (de 2019) e intentó matarme. No fue consentido ni lo conocía antes", declaró ayer una mujer en un juicio por agresión sexual celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza. De esta manera contravino la versión del acusado, Osuman J., de 35 años, quien manifestó que esos hechos ocurridos en la ribera del Ebro, en el parque situado en el paseo de Echegaray y Caballero, fueron consentidos por ella.
La víctima explicó que lo había conocido cerca del hotel NH, situado junto a la línea del tranvía, mientras tomaban bebidas, y que luego fueron hablando hacia la ribera hasta que el acusado "se puso un condón" y le obligó "a que follara con él" poniéndole los brazos en cruz. "Me violó tres veces e intentó matarme", manifestó la mujer, que dijo que la llegada de la Policía Nacional le salvó la vida.
El acusado, natural de Gambia y ahora en prisión provisional, negó a las preguntas del magistrado José Ruiz Ramo que forzara a la mujer. Aseguró que la relación sexual se produjo porque estaban "de fiesta", fue "consentida" y "habían bebido". Agregó que ellos se conocían y que ella le había ido a buscar antes de ir hacia la ribera.
Se quedó con el móvil de ella
Uno de los detalles que pueden inclinar la decisión del tribunal es que el acusado se quedó con el móvil de la víctima y lo escondió en sus calzoncillos. Un testigo que paseaba con un perro por la zona observó a dos personas que mantenían relaciones sexuales cerca de la carretera y avisó a la Policía Nacional para denunciarlo "como un acto incívico".
La versión de la víctima fue que el acusado le había quitado el móvil y al reclamárselo, él la amenazó: "Si dejas que te eche un polvo, te doy el teléfono". Según declaró, se produjeron tres penetraciones con preservativo. Además, dijo que le insistió en que le hiciera una felación.
Los dos agentes del 091 que acudieron al lugar explicaron que al llegar vieron a la mujer llorando. El hombre, de nacionalidad gambiana, negó tener el teléfono de ella, pero luego descubrieron que en realidad lo había escondido en su ropa interior. Además, ayer manifestaron que él se mostró "alterado" cuando se personaron en esa zona de la ribera y ella les contó que acababa de ser violada en tres ocasiones.
Asimismo, los agentes hallaron un condón lleno de tierra, lo recogieron y lo enviaron a un laboratorio de Policía en Madrid (dos técnicos declararon por videoconferencia). Allí, tras analizar el ADN, llegaron a la conclusión de que había restos de la víctima.
Diez años sin ver a la víctima
El fiscal Fernando García Vicente, exJusticia de Aragón, solicitó para el acusado una pena de siete años de prisión por la agresión sexual, con la accesoria del ejercicio de derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, al aplicar el artículo 56 del Código Penal. Asimismo, el representante del Ministerio público reclamó que se le imponga al procesado la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima en cualquier sitio donde se encuentre durante un período de diez años.
El presidente del tribunal, José Ruiz Ramo, permitió a la víctima quedarse en la sala, pero sin que pudiera intervenir. Ella manifestó que quería conocer al testigo que llamó a la Policía porque le quería dar las gracias al haberla salvado. Al final no le dijo nada porque el testigo avisó al considerar los hechos como un acto incívico y no por la presunta violación.
