Clases en el patio, enfermera propia y ‘streaming’ en los colegios privados de Zaragoza

Dos centros, el Lycée Molière y el Liceo Europa de Zaragoza, son los primeros en volver hoy a las aulas. El curso arranca con la lógica preocupación por la seguridad.

Clases en el patio para los más pequeños bajo un velamen de lonas o a la sombra de las moreras, lecciones en ‘streaming’ entre dos aulas dentro del propio centro a partir de 3º de la ESO y hasta bibliotecas transformadas en un comedor y en una sala de enfermería.

Son algunas de las medidas que van a estrenar este jueves los alumnos que vuelven a clase en el Lycée français Molière y el Liceo Europa, dos colegios privados de Zaragoza que se convierten en la avanzadilla de un atípico regreso a clase en el que la seguridad prima sobre las materias por el coronavirus y se necesita un mapa para seguir a pies juntillas las señales de entrada y salida y de circulación por los pasillos.

"Junto a las explicaciones sobre el plan de contingencia y las contestaciones a algunas dudas, hemos remitido a los padres un plano con toda la sectorización que hemos puesto en marcha, tanto en los edificios como en los patios", explica el director del Molière, Noël Jégou. Aquí se sigue el calendario francés y este jueves de sus más de 1.100 alumnos comienzan el curso hasta ‘Quatrième’ (correspondiente al 2º de ESO en el sistema educativo español), mientras el resto de secundaria lo hará mañana y bachillerato el próximo lunes.

La biblioteca de infantil se ha convertido en una enfermería para la que se ha contratado a una sanitaria que en caso de sospecha de contagio se encargará del alumno y de mantenerlo aislado hasta que la familia se haga cargo, será la persona de contacto con los centros de salud del niño y del centro y supervisará el rastreo de los contactos, además de supervisar el buen funcionamiento de los protocolos para estudiantes y personal.

Comienza el curso y uno de los primeros colegios en hacerlo es este colegio plurilingüe. Su director, Nöel Jegou, nos explica las medidas que han tomado para que el coronavirus no entre en sus instalaciones.

Jégou reconoce que supone un "coste importante" pero "necesario". Calcula que llevan invertidos más de 40.000 euros en todo tipo de medidas. Entre ellas, las mamparas individuales que tienen todos los pupitres de secundaria, las alrededor de 1.500 pantallas faciales que están a disposición de los profesores y alumnos que quieran (aunque lo obligatorio es la mascarilla a partir de los 6 años), las decenas de dispensadores de gel hidroalcohólico y una señalética colorista que se extiende hasta los muros que dan a la calle y en los que cada dos metros se recuerda a los padres que tienen que guardar en los accesos la distancia de seguridad de dos metros. La plantilla ha aumentado en unas 25 personas, entre auxiliares de educación infantil, vigilantes y los monitores que atenderán a los chavales en las aulas después de comer hasta las 16.45 (el mismo horario que en el Liceo Europa) mientras hacen sus tareas o estudian.

Comida en embalajes tipo avión

Otra de las bibliotecas es un comedor y la de dos plantas que se inauguró hace dos años acogerá sendas aulas de bachillerato. La comida se servirá en las clases en los grupos burbuja, desde infantil hasta 1º de la ESO. "La llevarán en bandejas individuales con el primer y segundo plato, el postre y el agua. Todo se prepara en nuestras cocinas y el embalaje será tipo avión, con material reciclaje de uso único", detalla el director. El resto de estudiantes comerán en tres turnos y hasta hay algunas mesas preparadas por si alguno se anima a almorzar al aire libre mientras el tiempo lo permita.

Los laboratorios han dejado paso a aulas con mamparas. Para las clases de secundaria y bachillerato se han creado cinco sectores, cada uno con sus baños e incluso separados con mamparas en los pasillos para que no se crucen. Jégou destaca que han tenido que tirar de "imaginación" para cumplir con la semipresencialidad que Educación establece a partir de 3º de la ESOy, al mismo tiempo, atender las peticiones de los progenitores que preferían que los chavales siguieran trabajando en las instalaciones y no en casa. Para ello, ha creado la fórmula de semipresencialidad ‘in situ’. Se ha rebajado el ratio a 20 alumnos desdoblando los grupos y mientras uno sigue la clase en vivo en un aula, el otro lo hará en otra cercana siguiéndola en ‘streaming’, pudiendo interactuar con el docente y bajo la mirada atenta de otro educador. Las aulas están equipadas con cámaras.

Los más pequeños, al aire libre

Alrededor de la mitad de los 650 alumnos del Liceo Europa también regresan hoy a las aulas después de medio año en unas jornadas voluntarias que servirán de toma de contacto con la nueva rutina escolar. Más allá de mascarillas, hidrogeles y protocolos de entradas y salidas escalonadas, llaman la atención los espacios al aire libre dispuestos en el patio bajo un velamen de lonas para niños de 1 a 4 años y el porche de madera al estilo Fort Apache para los de 3º de infantil. En 1º y 2º de primaria las mesas que eran para cuatro alumnos son ahora para dos y tienen una mampara de metacrilato de separación.

El gerente, Ricardo Zapater, recalca que la enseñanza ‘online’ se garantiza para todo el que no pueda asistir.

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