Sector primario

Faltan técnicos en el campo

Hay una carencia importante de vocaciones de jóvenes que quieran ser veterinarios de campo e ingenieros técnicos agrícolas y agrónomos.

Un grupo de alumnos de la Facultad de Veterinaria participa en la trashumancia llevando, junto a los pastores, a los rebaños desde Guadalaviar a Vilches.
Un grupo de alumnos de la Facultad de Veterinaria participa en la trashumancia llevando, junto a los pastores, a los rebaños desde Guadalaviar a Vilches.
Juan J. Ramos

"El sector agrario es muy importante en España porque somos un país de gran tradición en este campo. Tanto a nivel de producción como de exportación agroalimentaria somos un referente, con un gran potencial. Pero, es fundamental cumplir con las exigencias actuales, que se centran en la calidad del producto, la seguridad alimentaria y el respeto medioambiental en la producción. Y estos factores exigen más que nunca la presencia de técnicos preparados para que el sector no se hunda", apunta Ángel Jiménez, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco. Un colegio donde anualmente reciben más ofertas de trabajo que titulados que puedan cubrirlas, algo que también ocurre en el caso de los colegios oficiales de veterinaria, lo que viene a demostrar una falta evidente de vocaciones en el sector de la ingeniería técnica agrícola, agrónoma y la veterinaria centrada en el campo.

Todos los expertos coinciden en que la mayor profesionalización del sector agrario y ganadero hace que el asesoramiento técnico sea cada vez más necesario. Y ahí juegan un papel muy destacado estos profesionales. Pero, a pesar de estos alentadores datos, en el caso de la Escuela Politécnica Superior de Huesca (EPS), el único centro educativo de Aragón donde se imparte el grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural y el máster en Ingeniería Agronómica, así como el doble grado consecutivo de Ciencia y Tecnología de los Alimentos-Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, el número de alumnos matriculados por curso sigue siendo bajo. 

"Son estudios que cuentan con amplias salidas profesionales. Entre otras, se incluye la asistencia técnica en explotaciones agrícolas, ganaderas, industrias agroalimentarias y regadíos, el campo de la consultoría de ingeniería agraria, la redacción de proyectos y direcciones de obra, o trabajos relacionados con el medio rural, como ordenación del territorio, topografía y cartografía. También pueden desarrollar labores de evaluación del impacto ambiental sin olvidar el acceso al cuerpo de ingenieros agrícolas de las administraciones públicas", explica Mariano Vidal, coordinador del grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural de la EPS.

Y algo similar ocurre en el caso de los veterinarios de campo, a pesar de que Aragón es todo un referente en el sector de la ganadería porcina y ovina.

Si bien es cierto que Veterinaria es una carrera muy demandada en el campus aragonés, porque solo hay trece facultades en España, diez públicas y tres privadas, los alumnos que llegan a las aulas, casi nunca lo hacen pensando en desarrollar su trabajo dentro del sector ovino, equino, vacuno o porcino.

Una situación que, según los profesores del centro, va cambiando a medida que avanzan en sus estudios y descubren posibilidades de formación como las que ofrece el Servicio de Pequeños Rumiantes (Scrum), que les permite estar en contacto con este tipo de animales desde cursos muy tempranos. "La realidad es que no hay tantos estudiantes interesados en estos perfiles profesionales (veterinaria de campo), ya que la gran mayoría de los egresados que se dedican a la práctica clínica lo hacen en el ámbito de pequeños animales», explica Rosa Bolea, vicedecana de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.

Vocación temprana

Víctor Sampablo es ingeniero técnico agrícola y nada más acabar su formación académica comenzó a trabajar en diferentes empresas vinculadas con el sector, sin dejar de lado su proyecto ganadero familiar, que ha consolidado con el paso de los años: "Una de las máximas que han guiado siempre mi trayectoria personal y profesional es que el saber no ocupa lugar y que en la vida hay que intentar mejorar y luchar por los objetivos que quieres lograr. "En mi familia siempre hemos tenido relación con el campo y la ganadería, y yo encaminé mis pasos hacia esa dirección, primero en la antigua Escuela de Capacitación Agraria y más tarde estudiando Ingeniería Técnica Agrícola en la Escuela Politécnica Superior de Huesca –añade Sampablo-. Al matricularme en estos estudios nunca pensé en el amplio abanico de oportunidades que se abrían ante mí, dentro de un sector, el primario, que cada día es más competitivo y demanda más mano de obra especializada. Y es ahí donde los ingenieros jugamos un papel determinante, ya que somos piezas clave en el tablero agrario".

Sampablo asegura que nunca se imaginó la variedad de ofertas que se iba a encontrar en su camino laboral, algo que ocurre en la mayoría de los casos de los alumnos que se matriculan en especialidades relacionadas con el sector primario, como puede ser veterinaria de grandes animales, ingeniería técnica agrícola o ingenieros agrónomos.

Estas especialidades no figuran entre las grandes favoritas de los estudiantes españoles y aragoneses, pero pueden presumir de tener más ofertas de puestos de trabajo que demanda de estudiantes recién graduados.

"En nuestro centro tenemos una bolsa donde recogemos las ofertas laborales y en el año 2019 recibimos más de 50, lo que supone una media de una oportunidad de trabajo nueva a la semana. En la escuela se matriculan alrededor de 40 alumnos de nuevo ingreso al año y eso significa que la oferta laboral es de más de una plaza libre por cada uno de ellos", indica Mariano Vidal, coordinador del Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural de la Escuela Politécnica Superior de Huesca (EPS). "El sector agrario es muy importante en España y las posibilidades que ofrece son muy amplias para estos profesionales", concluye Vidal. 

Y para que los alumnos se familiaricen con el día a día de su sector, el 50% de las horas de carga docente son actividades prácticas, en las aulas y laboratorios y también en el campo, ya que, todos los viernes, los profesores planifican salidas a diferentes explotaciones ganaderas, fincas agrícolas o industrias agroalimentarias, sectores adonde van encaminados algunos de los alumnos que se matriculan en estas especialidades.

Esta formación les servirá para trabajar en un sector, el primario, que cada día exige mayor experiencia y formación. "En nuestro país contamos con explotaciones punteras que cuentan en su ‘staff’ con un valioso equipo de técnicos, algo que también ocurre en el resto de empresas. Pero, también hay que defender, y mucho, a los pequeños agricultores, esas microempresas agrarias que son la mayoría y que demandan modelos de asesoramiento que pueden encontrar en las cooperativas o las Atrias", matiza Ángel Jiménez, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco.

Veterinarios de campo

Dentro de este sector primario, la ganadería en Aragón juega un papel destacado. Pero, a pesar de la gran cantidad de alumnos que todos los años se matriculan en la Facultad de Veterinaria, todo un referente en España, sigue habiendo una falta de profesionales que quieran dedicarse a las tareas propias de la veterinaria de campo. Según una encuesta de la Federación Veterinaria Europea, en un futuro habrá una carencia de profesionales dentro de este sector.

"Es cierto que hay falta de veterinarios especialistas en vacuno y ovino. En el caso del porcino, hay más profesionales disponibles, que se especializan a través de másteres de Sanidad Porcina, como el que se imparte en nuestra facultad en conjunto con la Universidad de Lérida. En vacuno y ovino, la realidad es que no hay tantos estudiantes interesados en estos perfiles profesionales, ya que la gran mayoría de los egresados que se dedican a la práctica clínica lo hacen en el ámbito de pequeños animales, principalmente en clínicas de perros, gatos o animales exóticos», apunta Rosa Bolea, vicedecana de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.

Trabajo más duro

Y una de las razones de esta falta de interés por el campo puede estar motivada por la dureza del trabajo y por el hecho de que la mayoría de estos profesionales tienen que vivir en los núcleos rurales donde hay ganado para poder atender sus necesidades las 24 horas del día. "En ocasiones es muy complicado cubrir la demanda de veterinarios libres en el campo. Las cifras hablan por sí solas. Todos los años se gradúan alrededor de 1.500 veterinarios en toda España y el 70% se dedica a pequeños animales y clínicas. Del 30% restante, muchos van a la enseñanza, otros a la Administración y unos pocos al campo", explica Fernando Carrera, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Huesca, que cuenta con 475 colegiados.

Un colegio donde, su máximo responsable asegura que reciben muchas peticiones de trabajo que, en ocasiones, tienen "grandes dificultades" para cubrir. "Es un trabajo mucho más duro porque el ganadero te puede llamar a cualquier hora del día para atender una urgencia y tienes que vivir muy cerca de donde está el ganado para atenderlo correctamente. Algo que también tiene su vertiente positiva ya que permite fijar población en estos lugares", concluye Carrera.

Entre ovejas trashumantes y plagas vegetales

"La mayoría de los alumnos que entran nuevos a la facultad de Veterinaria de Zaragoza provienen de la ciudad y llegan interesados por los animales pequeños o exóticos, y raras veces piensan en la posibilidad de trabajar con grandes animales como cerdos vacas, ovejas o caballos. Pero, cuando acaban su formación académica y tras conocer de cerca el trabajo que se realiza en este campo, muchos de ellos se inclinan por trabajos en el medio rural. Se les abre un horizonte mucho más amplio y que, a la larga, les resulta muy gratificante". Esta es la conclusión a la que llega Luis Miguel Ferrer, profesor de Veterinaria y uno de los impulsores, hace siete años, del Servicio Clínico de Rumiantes (Scrum), una iniciativa pionera en toda España que surgió para que los estudiantes se familiarizaran con estos animales.

Todos los años, una veintena de alumnos de 4º y 5º curso del Grado en Veterinaria participan en las tareas del Scrum, cuidando a los animales y sirviendo de apoyo al diagnóstico clínico de los profesionales del sector, siempre con la vista puesta en ayudar a los ganaderos y hacerlo de una manera totalmente gratuita.

De esta manera, los estudiantes se familiarizan con especies en las que no habían pensado al matricularse en el centro y les entra el gusanillo por ellos. "Esto también ocurre en el caso de los alumnos que participan en la Vereda, que les lleva a conocer la trashumancia gracias a la colaboración de un grupo de pastores que lleva sus ovejas desde la sierra de Guadalaviar a Vilches", indica Ferrer.

Unas prácticas que les permiten conocer de primera mano cómo funciona el sector. Algo que también ocurre en el caso de los estudiantes de la Escuela Politécnica Superior de Huesca, donde insisten en la importancia de este tipo de formaciones para que los alumnos se familiaricen con las distintas salidas laborales que pueden encontrar al finalizar sus estudios de grado o máster. "Creemos que hay un desconocimiento muy grande dentro de la sociedad de lo qué es y qué hace un ingeniero técnico agrícola o un ingeniero agrónomo. Es un tema difícil de abordar porque cuando eres niño sabes a qué se dedica un médico, un profesor o un panadero, pero no sabes lo que hace un ingeniero agrícola. Por eso, se echa falta que en Aragón, con un sector agrícola y ganadero tan potente, no haya más información sobre estas titulaciones», matiza Mariano Vidal, coordinador del Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural.

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