Dr Schär Alagón se juega una inversión de 12 millones según la evolución que tenga la pandemia

La marca, líder en alimentos sin gluten, prevé llegar a unas ventas de 50 millones frente a los 45 de 2019, señala su director gerente en España, Pablo Bazco

Treinta nuevos empleos y una inversión millonaria en una nueva línea de fabricación de pan. Es lo que se está jugando la fábrica de Dr Schär en Alagón. «Tenemos un proyecto de inversión en nuestra planta de 12 millones, pero la central se está pensando si hacerlo aquí», aseguró Pablo Bazco, director gerente de la empresa en España. «Hemos de tener garantías de que los impuestos no van a subir y de que va a haber una estabilidad política. Los inversores arriesgan su dinero y necesitan ciertas garantías», dijo, convencido de que la decisión la tomará la multinacional ante de final de año en función de cómo evolucione la economía en España.

«Exportamos el 85% de lo que fabricamos, pero el momento es muy preocupante. Hay que ser autocríticos. No se puede esperar a la vacuna sino que hay que aprender a convivir con este virus y en política tienen que ponerse a la altura y ser capaces de llegar a acuerdos ante Europa porque si no la imagen que estamos dando es pésima», advirtió.

Con presencia en 86 países, la fábrica de Alagón, adquirida por Dr Schär en 2011, sufrió, según Bazco algunos problemas de stock y también logísticos al principio de la pandemia para atender todo lo que les pedía el mercado . Salvado ese momento, la producción se ha estabilizado y han visto cumplido en junio más de la mitad de su objetivo en ventas al superar los 25 millones. «Se han vendido sobre todo panes, harinas y congelado y en menor medida galletas snacks y bollería. Y ha sido más la demanda en el comercio de proximidad que en las grandes superficies lo que se ha debido a que durante el confinamiento no se podía coger el coche». 

La previsión de facturación en 2020 es llegar a 50 millones frente a los 45 del pasado año y en producción sacar al mercado 17 millones de unidades de productos –de las doce referencias que tienen en la planta– frente a los 15 millones de 2019.

Al trabajar en el sector alimentación, «no se ha parado, no hemos tenido que hacer ningún ERTE», señaló. Además, «nuestro pulmón financiero nos ha permitido no cargar al Estado con este coste a la vez que dar confianza a los trabajadores». En cuanto a las medidas de seguridad, indicó, que al producir alimentos sin gluten y no utilizar conservantes ni colorantes, sus instalaciones parecen casi un laboratorio. «Antes de la covid-19 ya utilizábamos guantes,mascarillas, batas, con lo que nos pilla acostumbrados». Además, recordó, al estar su sede en Burgstall (Italia) y viajar allí habitualmente ya se dieron cuenta en febrero de lo que venía. « Medidas que había que tomar como control de temperatura, geles, mamparas, desinfección diaria y PCR las impusimos antes que el Gobierno», manifestó, al entender que «en España se actuó tarde».

Donde sí ha impactado la pandemia es en el retraso de diez meses a la hora de poner en marcha una parte de la nueva línea para la que ya hubo una fuerte inversión hace tres años. «La parte de hacer baguettes, medias baguettes y pan dulce lleva funcionando varios ejercicios, pero no la que se ocupa del pan de hamburguesa. Comenzamos ahora las primera producciones en agosto», indicó. La razón, que «técnicos de fuera vinieron en febrero pero ya no pudieron volver y ha costado arrancarla». En la actualidad, señaló, la fábrica, que emplea a unas 146 personas (unos 120 fijos) está al 50% de su capacidad productiva

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