Un pernil de la empresa de Calamocha Jamones Casa Vieja quedaba hace unas semanas finalista en el ‘Concurso Alimentos de España 2020. Mejor Jamón’, que organiza el Ministerio de Agricultura. "Se trata de un jamón de D.O. de Teruel de unos diez kilos, que salió muy veteado", explica José Luis Gómez, fundador de Jamones Casa Vieja, quien reconoce que se habían planteado presentarse a este certamen en otras ocasiones, pero "los trámites son tan complicados que lo íbamos dejando".

Sin embargo, no es este el único reconocimiento que Jamones Casa Vieja ha recibido. En numerosas ocasiones han conseguido elevadas puntuaciones de publicaciones gastronómicas de prestigio como la Guía Peñín, que este año les ha dado la segunda puntuación más alta. Unos reconocimientos que para José Luis Gómez "son fruto del trabajo de todas las personas que componen Jamones Casa Vieja".

Cuatro décadas de trabajo

Jamones Casa Vieja nació hace cuarenta años. Elabora sus productos de forma artesanal, lo que unido a una materia prima "excepcional" y la climatología de Calamocha da como resultado un producto de calidad.

El cuidado proceso de elaboración de los jamones Casa Vieja comienza con una minuciosa selección de los cerdos, cuidados en granjas controladas y cuyos sistemas de crianza se rigen por estrictas normas de la Denominación de Origen. Un secado lento y natural del jamón y rigurosos controles de sanidad son la clave de la calidad de sus productos.

En la actualidad, Casa Vieja cuenta con dos tiendas especializadas y un secadero natural, fundado en 1986, con más de 3.000 metros cuadrados. "Entre la tienda y el secadero, nos hemos pasado 40 años en un trabajo del que podemos sentirnos muy orgullosos", incide Gómez, quien recientemente jubilado ha cedido el testigo de la empresa a su hijo para "al menos, seguir otras cuatro décadas".