gente de la tierra

Bocados de queso en perfecta armonía con la naturaleza

Irene Latre y su pareja, Jorge Ezquerra, son los responsables de La Cañabla de Broto, que ahora, además del espacio educativo, incluye una quesería.

Jorge Ezquerra e Irene Latre, con sus cabras con las que producen diferentes variedades de queso.
Jorge Ezquerra e Irene Latre, con sus cabras con las que producen diferentes variedades de queso.
C.B.

Hace doce años, Irene Latre y su pareja, Jorge, decidieron dejar su Zaragoza natal y trasladarse a vivir a Broto, a la casa donde nacieron su abuelo y su padre. La idea de esta maestra de educación infantil y de su compañero de vida, ingeniero técnico agrícola, era poner en marcha un espacio educativo donde niños y adultos pudieran compartir aprendizajes vivenciales en la naturaleza.

Su meta era aprovechar estas actividades para lograr una convivencia más armónica entre las personas y el entorno natural. Y de ese sueño surgieron iniciativas tan originales como ‘Pastores por un día’, que este año se ha cancelado como consecuencia de la covid-19, pero que se retomará en cuanto sea posible con el fin de que las personas que lo deseen comprueben en vivo las labores que son necesarias para cuidar un rebaño caprino.

Una docena de años después de su llegada a Broto, Irene ha hecho suya esa apuesta por lograr la armonía con el ambiente que le rodea. Y su vida y su trabajo se funden de tal manera que es difícil diferenciar una parte de la otra. En su casa de Broto atiende a las gallinas, da de comer a los conejos y ayuda a cuidar de las 70 cabras de su rebaño, con las que ahora elaboran diferentes tipos de queso con leche cruda. Un proyecto que es muy raro de ver en España, donde normalmente las ganaderías que transforman la leche lo hacen con un número mayor de ejemplares, pero que es muy habitual en Francia.

Todo este proceso de ciclo productivo lo enseñan en las visitas guiadas que programan con grupos muy reducidos de personas. Un recorrido didáctico que les permite conocer de cerca la granja que posee esta pareja y en la que conviven gallinas, conejos y cabras.

También pueden ver en acción a Jorge trabajando con los perros pastores y comprobar in situ cómo se ordeña una cabra. Después, la pareja les explica la manera de elaborar el queso y se hace una pequeña degustación para ver las bondades de las diferentes variedades de La Cañabla de Broto.

Quesos cuyo nombre hace alusión a una doble acepción. Por una parte, al collar de madera de fresno que se colocaba en el cuello de los animales antes de que llegaran los herrajes de hierro y, por otra parte, a los moldes donde antiguamente se elaboraban los quesos.

"Cuando llegamos a Broto nuestro objetivo era ser responsables con la naturaleza, con nosotros mismos y con los demás y sentirnos parte del lugar en el que decidimos asentarnos. Somos conscientes de la importancia de la agroecología y de cerrar el ciclo. Por eso, el paso natural después de contar con el rebaño de cabras era hacer nuestro propio queso y venderlo en nuestra tienda", concluye Irene.

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