Lambán: "Hay muchas medidas antes de llegar a un confinamiento que sería trágico"

Resalta que Zaragoza no es Totana (Murcia) y asegura que restringir la movilidad en la capital supondría "gripar el motor económico y cultural de Aragón".

Javier Lambán, presidente de Aragón, en su despacho
Javier Lambán, presidente de Aragón, en su despacho
Oliver Duch

Quién le iba a decir que, al hacer balance del primer año, un virus haría que el principal problema fuera el sanitario.

No lo esperaba nadie. La covid ha irrumpido en nuestra vida de una forma brutal alterando previsiones, obligándonos a afrontar cada día una situación nueva y desconocida; pero a la vez estamos intentando que la lucha contra el virus, que es la prioridad, no nos impida trabajar en el resto de las necesidades y las urgencias o en los compromisos que adquirimos en el pacto de investidura. Creo que el Gobierno trasversal y pluripartito ha sido muy importante para que esa trasversalidad se ampliara con la práctica totalidad de las fuerzas políticas, agentes sociales y ayuntamientos.

A pesar de que ideológicamente las diferencias en el Gobierno son evidentes, durante estos meses ha mostrado unidad en la acción contra la covid.

Absolutamente, porque desde el principio tuvimos claro a qué nos íbamos a dedicar. A lo único a lo que nos comprometíamos era a procurar que esas diferencias a ser posible se salvaran, y si no era posible, se dirimieran de una manera inteligente. En todo lo demás hemos funcionado de una manera homogénea.

¿Sufre Aragón una segunda ola de covid?

No soy epidemiólogo y no me atrevo a hacer afirmaciones categóricas. No sé si estamos exactamente en una ola o es que no hemos dejado de estar anegados por la primera aún.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dice que no es una ola, sino rebrotes.

Ya le digo que no soy epidemiólogo. Lo cierto es que nosotros durante toda la fase del estado de alarma colaboramos lealmente con el Gobierno de España. Hicimos hospitales de campaña, centros covid para las personas mayores, nos gastamos dinero y buscamos material de protección en China. Al acabar el estado de alarma, asumimos nuestras competencias y no hemos dejado de tomar decisiones de manera casi ininterrumpida. A los tres días de volver a la nueva normalidad tres comarcas del Aragón oriental regresaron a la fase 2, fuimos los primeros que tomamos esta decisión en en España, porque veíamos que teníamos un foco en los temporeros.

Con 370 aragoneses en el hospital, una treintena en la UCI, y más de un centenar de mayores infectados en las residencias, ¿considera necesario ordenar un nuevo confinamiento?

En estos momentos si tuviera la posibilidad de hacer un confinamiento no lo haría. Le he pedido al presidente del Gobierno que nos provea de mecanismos que, en un momento determinado y de forma justificada, nos permitan confinar. Pero hoy no haría un confinamiento. Sigo pensando que las medidas que estamos adoptando son las razonables, creo que tenemos detectado el origen del problema. Ahora bien, decir que se descarta la adopción de otras medidas sería una temeridad por mi parte. Deseo no tomarlas, pero igual que hemos sido en España pioneros en medidas que otras comunidades han tomado después, si tenemos que adoptarlas lo haremos.

¿Preferiría retroceder a las restricciones de aforo de la fase 1?

Entre la fase 1 y la 2 puede haber múltiples medidas que no se tengan por qué asimilar a las de esas fases. Lo que estoy haciendo es ser muy respetuoso con los criterios emanados del Salud, y trato que las decisiones estén impregnadas de un cierto sentido de preservación de la economía. Seguramente desde el punto de vista sanitario confinar Zaragoza sería lo más eficaz, aunque creo que atendiendo a la letalidad y la hospitalización no estamos en la necesidad de hacerlo. No es igual confinar Totana, aunque creo que el presidente de Murcia hizo lo correcto, que confinar Zaragoza, que es gripar el motor económico y cultural de Aragón. Y eso son palabras mayores. Queda mucho recorrido para la adopción de medidas antes de llegar a un confinamiento que sería trágico.

Dice que el foco, sin criminalizar a nadie, estuvo en los temporeros que se movían tanto por Cataluña como por Aragón. ¿Ha sentido que en Cataluña se reaccionó tarde?

Voy a seguir siendo absolutamente respetuoso con las decisiones que adopte todo el mundo. La consejera de Sanidad, Sira Repollés, habló con su homóloga en Cataluña planteándole que, en nuestra opinión, lo que pasaba en nuestra zona era prácticamente inevitable que pasara de manera mimética en la suya, y comunicamos que pasarían las tres comarcas a la fase 2. No digo yo que les animáramos a hacer lo mismo pero, en cierto modo, sí subyacía en nuestro mensaje la conveniencia de que actuáramos de manera acompasada. Cataluña dijo que no tenía esa situación de gravedad que justificara una decisión y no la adoptó.

¿Debería haber arbitrado el Ministerio de Sanidad medidas conjuntas entre Aragón y Cataluña en este caso?

No sé si en otras circunstancias la pandemia hubiera evolucionado de otra forma. La posibilidad de concertar medidas y de hacer cosas similares ha existido. De hecho, Cataluña poco a poco ha ido tomando las medidas que nosotros habíamos adoptado con anterioridad.

Está bien que las comunidades asumamos nuestra responsabilidad y que gestionemos la sanidad, pero quizá habría que reforzar algo más los mecanismos de coordinación entre nosotros y el Ministerio, y que las comunidades podamos confinar y tener instrumentos en contratación de suministros y de personas. Y algo que me parece absolutamente fundamental: información homogeneizada entre todas. Nosotros seguiremos contando lo que pasa y soportando los días que haga falta el baldón de que esto es una especie de Bérgamo, cosa que en absoluto compartimos.

El presidente de Aragón dice que es el motor cultural y económico de la comunidad

¿A qué atribuye que los datos no sean homologables?

No tengo ni idea. La consejera Repollés me dice que desde que dejó de funcionar el estado de alarma las comunidades no tenemos ninguna obligación de suministrar los datos. Ha habido quien de manera amistosa me ha preguntado por qué decimos nosotros la verdad. Yo estoy convencido de que este tipo de cosas se acaban sabiendo y la realidad es tozuda y acaba por imponerse. Creo que le haríamos un flaco favor a la salud de los aragoneses que es ahora lo que intentamos recuperar.

Pero el daño a la marca Aragón es grande.

En este momento sin duda. Espero que alguna vez ese daño se trueque en beneficio

En la primera ola fallecieron 750 personas en las residencias. ¿Prevé endurecer aún más las medidas de control?

De todo lo que ha venido ocurriendo es lo que más me preocupa. A los directores de las residencias les hemos pedido que extremen las medidas al máximo, hemos conocido casos absolutamente escandalosos de residencias que han tenido a trabajadores ejerciendo su labor sin mascarillas y en algunos casos con acreditados síntomas de estar enfermos, y eso me parece intolerable. Denunciaremos a las residencias donde se constate que la actitud de la dirección y la gestión está siendo irresponsable y atentatoria contra la salud.

En este escenario, ¿cómo se plantea el inicio del curso escolar?

Como desiderátum sería preferible la presencialidad a todos los niveles. Ahora bien, esa presencialidad habrá que ir acomodándola a la seguridad sanitaria y al cumplimiento de exigencias como la conciliación de la vida laboral y familiar. Todo lo que se aleje de ir al colegio no es bueno ni para el niño, ni para la familia, ni para absolutamente nadie.

Acaba de iniciar los trámite para configurar el presupuesto de 2021, marcado por el desplome de los ingresos y una economía en recesión. ¿Cuáles serán las principales líneas de actuación?

El problema de los presupuestos no es tanto cuáles van a ser las prioridades, sino cómo se financiarán. Tienen que seguir fortaleciendo los servicios públicos, pero la caída de los ingresos proveniente de los impuestos propios y los estatales puede rondar los mil millones de euros, y eso solo se arregla con una aportación extraordinaria o permitiendo que el déficit se múltiple por diez y pase del 0,2% al 2%.

Hablemos de su Gobierno. El único movimiento ha sido la salida de la consejera de Sanidad, Pilar Ventura. ¿Tiene prevista alguna reestructuración?

Soy estrictamente conservador y estoy satisfecho. Creo que ahora es más recomendable que nunca esa máxima jesuita de "en tiempos de cambio no hacer mudanza".

¿Le preocupa la debilidad política de Podemos en las Cortes con dos diputadas críticas que podrían bloquear proyectos del cuatripartito como ya ocurrió con el Ingreso Mínimo Vital?

A mí la consejera Maru Díaz, en estos momentos máxima responsable orgánica de Podemos, me ha dado garantías de que ese tipo de situaciones no se van a repetir.

¿Cómo se imagina dentro de un año?

Espero que por fin haya una vacunación masiva contra la covid al menos para las personas vulnerables. A los responsables públicos, preocupándonos de una manera casi obsesiva, no nos tiene que ocupar todo el espacio de nuestro trabajo. En estos momentos para mí es igual de importante ir sacando adelante la estrategia de recuperación social y económica e impulsar los sectores estratégicos. Pongo en los objetivos del Gobierno la recuperación y el combate a la covid. No podemos dejar caer la economía. Hemos de acostumbrarnos a que el virus está entre nosotros, tenemos que aprender a combatirlo.

Amazon, BonÁrea... ¿Tiene algún otro proyecto estratégico en cartera?

Tanto la consejera Marta Gastón como Arturo Aliaga tienen muchos contactos con empresas. La última visita que recibí aquí fue la de una empresa muy importante que podría plantearse instalar en Aragón la primera fábrica de baterías para coches eléctricos. Proyectos hay, y muchos. Si algo es fundamental en Aragón es el acuerdo social y político, ese caldo de cultivo para la atracción de inversiones y para ofrecer seguridad tanto a los de dentro como a los de fuera, que es una tarjeta de presentación que difícilmente se puede superar.

¿Podemos estar tranquilos respecto al material sanitario? ¿Tenemos suficientes mascarillas, respiradores…?

Tengo la absoluta seguridad. Nos pasarán cosas que no nos hayan pasado, pero desde luego sería imperdonable que nos volvieran a pasar cosas que ya nos pasaron.

Puede leer la entrevista completa a Javier Lambán, presidente de Aragón, este domingo en las páginas de HERALDO.
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