La falta de médicos y la covid asfixian a los centros de salud de zonas rurales y turísticas

La DGA asegura que los refuerzos serán "dinámicos" y se moverán a donde lo requiera la situación epidemiológica

Pablo de Lora lleva 18 años en la zona de salud de Ateca y 16 como coordinador del centro que atiende a unas 2.580 personas.
Pablo de Lora lleva 18 años en la zona de salud de Ateca y 16 como coordinador del centro que atiende a unas 2.580 personas.
Macipe

La falta de médicos complica cada verano el funcionamiento de numerosos centros de salud y consultorios rurales de Aragón, especialmente en las zonas turísticas. Un problema crónico que, denuncian los sindicatos del sector, se "agudizará" este periodo estival y será mucho más delicado de lo habitual si persisten los brotes y goteos de casos de coronavirus. A ello hay que sumar una mayor afluencia de personas que ante la crisis sanitaria pasarán las vacaciones en sus pueblos o domicilios habituales.

El Departamento de Sanidad contrató a inicios de junio a un centenar de enfermeras y una treintena de médicos de Atención Primaria. Los Sindicatos Médicos de Atención Primaria (Cesm Aragón y Fasamet) recuerdan que sacó 125 plazas para reforzar las plantillas, a las que solo concurrieron una treinta de facultativos, de los que algunos finalmente no se incorporaron al tener la oportunidad de trabajar en urgencias.

Lo que está claro, confirman desde Sanidad de la DGA, es que los refuerzos en sitios turísticos se plantean de forma diferente por la pandemia. Serán "dinámicos" e irán destinados a los lugares "donde sea necesario por la situación epidemiológica del municipio".

El propio gerente del Salud, Javier Marión, reconocía esta semana que en estos momentos la disponibilidad de médicos y enfermeros para contratar es "prácticamente nula". La incorporación de trabajadores sociales al rastreo de casos positivos y sus contactos liberará a otros profesionales.

Los sindicatos médicos vuelven a recriminar a la Administración que no ofrezca contratos con mejores condiciones como hacen otras comunidades autónomas. Merche Ortín, secretaria general de Cesm Aragón, critica que no tienen "ninguna información oficial" sobre este tema. Señala que el déficit de facultativos es tal que para las sustituciones se está contratando a licenciados que todavía no tienen la especialidad. Asun Gracia, delegada sindical de Fasamet, apunta que la covid hay profesionales que han anulado la prórroga y otros se están acogiendo a la jubilación anticipada. "Solo entre nuestros asociados tenemos más de 20 en los próximos dos o tres meses", pone como ejemplo.

"No quiere venir nadie"

En el llamamiento que se celebró este año para cubrir plazas en Aragón de Médico de Atención Continuada (MAC) –trabajan en guardias de fin de semana, festivos, vacaciones, bajas laborales y moscosos– nadie se interesó por la provincia de Teruel y en cuanto a contratos eventuales para sustituir a los médicos de plantilla que cogen vacaciones, la Administración solo ha podido suscribir con los dos centros de salud de la capital turolense y con el de Báguena, en la zona del Jiloca.

"Al medio rural no quiere venir nadie y este verano muchos centros de salud se han quedado sin refuerzos", lamenta el doctor Mariano Lozano, responsable del sindicato médico Fasamet.

En el centro de salud comarcal de Cantavieja, en la zona del Maestrazgo, los médicos están solventando la situación asumiendo los pacientes de los compañeros que cogen vacaciones. "No tenemos personal de apoyo y la única solución es doblar el trabajo", explica una fuente del ambulatorio. "No hemos cortado servicios, pero eso es gracias al notable esfuerzo que estamos haciendo", señala la misma fuente.

Desde el centro de salud de Cantavieja indican que "los pocos contratos" que han salido este verano para personal sanitario de refuerzo "han ido a parar a las zonas de Aragón donde tienen más casos de coronavirus".

La comarca duplica la población durante los meses estivales, pasando de 3.000 a 6.000 personas sin contar con el turismo de fin de semana. El centro de salud de Cantavieja tiene 5 médicos por la mañana y 4 por las tardes-noches. Uno de los problemas que revela el personal sanitario de este ambulatorio es el envejecimiento de los profesionales, "bastantes de ellos por encima de los 50 años y necesitados de la ayuda de los jóvenes".

"La situación ya nos desborda"

"La situación ya nos desborda en estos momentos. Con el rastreo de tres positivos que se han dado en el consultorio el trabajo se nos multiplica de una hora a otra", cuenta José Manuel Cucalón, médico del consultorio de Pina de Ebro. En la zona de salud de Fuentes de Ebro, de la que depende, hay 9 médicos, dos pediatras y 10 enfermeros. Estos meses estivales cuentan con dos facultativos más pero "hay otras dos plazas vacantes que no se han cubierto nunca". Las vacaciones entre junio y noviembre se las cogen de 10 en 10 días "para que se pueda ir la gente".

En Canfranc, por ejemplo, van a contar con un enfermera que ayudará el médico habitual del consultorio, apuntó su alcalde, Fernando Sánchez. El centro de salud de Biescas también dispondrá de una enfermero más, pero sigue faltando un médico.

"En verano el número de consultas se duplican"

Pablo de Lora lleva 18 años en la zona de salud de Ateca y 16 como coordinador del centro de salud que incluye a otras seis localidades del entorno (Moros, Villalengua, Torrijo de la Cañada, Castejón de las Armas, Carenas y Valtorres). Junto a él trabajan otros seis médicos (dos de ellos de Atención Continuada), siete personas de enfermería (3 de Atención Continuada) y la responsable de admisión. De forma habitual, según los datos del Salud y contando los siete municipios, atienden a unas 2.580 personas. Una cifra que en verano cambia exponencialmente.

"Hablamos de gente que tiene sus raíces aquí, pero que se tuvieron que ir fuera por razones familiares o laborales y que mantienen una segunda residencia. Por ejemplo en Carenas, el incremento de la población supone que a nivel de consultas haya más del doble que las normales. Y se nota mucho más ambiente en la calle", apunta de Lora. En su caso concreto, explica que no está previsto ningún refuerzo de los que anticipó el Gobierno de Aragón. "Imagino que si la situación nos desbordase, contactando con Dirección de Atención Primaria y teniendo en cuenta los recursos humanos disponibles, nos echarían una mano", indica.

Reconoce que "gracias a la receta electrónica, nos hemos descargado de bastante trabajo". Así, el responsable del centro concreta que "la gente que venía a renovar su receta y que no estaba controlada nos suponía un trabajo importante, pero ahora al aparecer en la base de datos y tener la renovación de receta hecha en cualquier farmacia nos ha ayudado".

Sobre cómo vivieron el pico de la pandemia, de Lora explica que por la escasez de espacio del centro tuvieron que "habilitar el garaje y un baño de minusválidos para atender a quien llegaba con patologías". En este sentido subraya que una de las demandas es ampliar las instalaciones, petición aliviada en parte con la adecuación de un antiguo almacén con la ayuda del Ayuntamiento y el Gobierno aragonés.

Con vistas a los próximos días, de Lora pide que la ciudadanía "se lo tome más en serio". "El otro día, cuando estaba de guardia, oí mucho jaleo en la plaza del pueblo y vi cosas que no tenía que ver: críos jugando, que es normal, pero sin protección". Así, asume que "en el tema de las recomendaciones, como la de reducir la movilidad desde Zaragoza capital, unos pocos nos lo tomaremos en serio, pero los demás hasta que no pongan la garrota y la libreta de multas…".

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