Los pilotos más jóvenes de vuelo sin motor se forman en el aeródromo de Santa Cilia

Fly-Pyr Santa Cilia y el Aeroclub Nimbus imparten clases este mes de julio.

Los jóvenes pilotos de vuelo sin motor

Joaquín Plaza, Fernando Sarasola y Ulises Pérez son tres chavales de 14, 16 y 18 años que están realizando un curso de vuelo sin motor en el aeródromo de Santa Cilia, impartido por Fly-Pyr Santa Cilia y el aeroclub Nimbus. Cuando lo finalicen, serán los pilotos más jóvenes del país. Joaquín ya ha volado sólo por primera vez este martes, y el resto lo harán en los próximos días, ya que ese es uno de los objetivos finales del curso, que se imparte durante todo el mes de julio.

Realizan clases prácticas y teóricas y se trata de un programa oficial de formación, lo que les permite volar desde los 14 años, aunque no podrán tener la licencia oficial hasta los 16. Luis Ferreira, director-gerente del aeródromo de Santa Cilia explica que “podemos enseñarles y soltarles, y vuelan bajo supervisión”. Una vez que hagan 45 vuelos y 15 horas de práctica, realizarán un examen teórico en Madrid y el práctico en el aeródromo de Santa Cilia. De esta manera podrán tener la licencia oficial. La normativa permite poder iniciar la formación e incluso volar solo en calidad de alumno (supervisado por un instructor desde el suelo) con 14 años aunque el título de piloto no se les puede expedir antes de los 16.

Dos de los chavales la podrían tener al finalizar el verano, porque ya tienen o superan los 16 años, pero el más joven, de 14 años, tendrá que esperar algo más. Sin embargo, ya se ha soltado y ha volado en solitario. Se llama Joaquín Plaza, es de Almería, y su padre es piloto, por eso ha querido iniciarse en este mundo. “Es una maravilla”, ha reconocido, así que su intención es seguir con la formación.

Junto a él, este mes de julio están en Santa Cilia Fernando Sarasola, de 16 años, y Ulises Pérez, de 18. Fernando explica que llegaron el 1 de julio al aeródromo “sin saber pilotar y en este mes aprenderemos para poder sacarnos la licencia”. Aunque los otros dos tienen claro que quieren ser pilotos, “yo no lo tengo tan claro”, reconoce, pero “me encanta”, así que su formación no quedará sólo con este curso en Santa Cilia.

A Ulises sí que le gustaría ser piloto en un futuro, y el vuelo sin motor “es un tipo de vuelo más asequible para ir pillando conceptos de aeronáutica”. Reconoce que ya tiene ganas de volar solo y que nunca había estado en el aeródromo de Santa Cilia. “Había volado en planeadores en Ocaña, pero acompañado”, añade.

Este curso puede suponer el inicio de una carrera profesional aeronáutica en cualquier ámbito, “pueden ser pilotos y dedicarse a la aviación comercial, mecánicos o ingenieros y diseñar aviones”, asegura Ferreira. “Siempre ha sido un excelente inicio para cualquier carrera profesional aeronáutica”, añade.

El aeródromo de Santa Cilia siempre imparte este curso, pero es la primera vez que se hace con gente más joven. La idea en un principio era hacerlo como un campamento de verano, “y que los chicos hicieran la vida en el aeródromo”, pero la crisis sanitaria tumbó los planes “y lo hemos reencaminado hacia el turismo rural de Santa Cilia”. No obstante, esta idea no se descarta para otros años.

Para Fly-Pyr Santa Cilia y el aeroclub Ninmbus “es una experiencia muy positiva y ya estamos pensando en cómo organizarlo el año que viene, volviendo a la idea del campamento y con un número algo mayor para el próximo verano. Ya nos están llegando nuevas solicitudes”, subraya Luis Ferreira.

Iniciar a un chaval de esta edad en el mundo de la aeronáutica “supone inculcarle valores personales muy interesantes, especialmente porque les hace sentirse responsables de su propia seguridad, trabajo en equipo y por supuesto es un excelente punto de inicio para una futura carrera profesional”, concluye.

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