La pyme y la gran empresa prevén una recuperación gradual por los rebrotes

Juan Lanaja, director de Bilstein Group en España, y Alfonso Fernández, gerente de Taquillea, coinciden en que habrá que esperar a 2021 para recuperar los cien días perdidos por la pandemia

Dos operarios trabajando en el almacén de Bilstein Group en Plaza.
Dos operarios trabajando en el almacén de Bilstein Group en Plaza.
S. E.

La incertidumbre complica hacer pronósticos, pero pequeña empresa familiar y gran empresa en Aragón coinciden en que la salida de esta crisis va a ser bastante más lenta y gradual que la caída. Preguntadas por cómo ven la evolución de la pandemia dos compañías que se ajustan a estos perfiles, como Taquillea y Bilstein Group, su respuesta es coincidente. La salida, dicen, no será en ‘V’, sino poco a poco y muy condicionada a los posibles repuntes de la crisis sanitaria.

«El miedo a nuevos rebrotes por la covid-19 va a ralentizar la recuperación», asegura Alfonso Fernández, directivo de la pequeña empresa familiar Soluciones Técnicas Fernández Cucalón, especializada en fabricación de taquillas fenólicas comercializadas con la marca Taquillea. Un criterio que comparte Juan Lanaja, que lleva la dirección general del grupo alemán Bilstein en España, dedicado a la distribución de piezas de automoción y camión: «Será muy difícil recuperar en facturación este año lo que se ha perdido en cien días. Desde nuestra central en Alemania se está trabajando al 100%, mirando a lo que queda de año, aún sabiendo que el cierre de 2020 será muy diferente al que todos esperábamos hace 6 meses».

«Pensamos que la normalidad real llegará más bien en 2021, seguramente de la mano de la vacuna o del debilitamiento del virus», entiende el responsable de Taquillea. En el caso de su empresa, reconoce, todavía no están al cien por cien de la actividad productiva, si bien la flexibilización de los ERTE les ha permitido seguir contando con todos sus empleados. «No se prescindió de nadie, ni siquiera de los temporales. Nuestro objetivo como empresa al estallar la pandemia y decretarse el estado de alarma fue ante todo preservar los puestos de trabajo». 

«La pandemia hace casi imposible cumplir el objetivo ambicioso previsto al inicio del año aunque, a falta de dos trimestres para que acabe resulta difícil cuantificar si caeremos el 10% o más ya que dependerá de muchos factores», señala por su parte Juan Lanaja. Como buena parte del tejido empresarial aragonés, este ejecutivo confiesa estar «muy preocupado por los posibles rebrotes que pudiera haber y sobre todo por lo que pueda pasar a partir de septiembre».

En actividades no esenciales como la de Taquillea, «la caída en ventas ha sido irremediable», confiesa Alfonso Fernández. «Las semanas centrales del estado de alarma fueron francamente complicadas reduciéndose la actividad a niveles poco sostenibles en el tiempo para cualquier empresa sea cual sea su tamaño». Sin embargo, gracias a encargos previos y a que sirvieron producto para el hospital de campaña de la Feria de Zaragoza, pudieron sostenerse. «Las entregas canceladas durante el estado de alarma se están recuperando ahora», apunta, pero han tenido «un stock apalancado más elevado» del que les habría gustado. 

«El cambio que hemos observado en Bilstein es que el cliente se muestra mucho más a favor de la ‘compra diaria’. En lugar de pedir stocks grandes de piezas, optan por comprar lo urgente, las necesidades diarias, pero nuestro almacén en Plaza está especialmente preparado para este cambio de tendencia», asegura Lanaja, que ya tiene a todo su equipo trabajando al 100% y a plena capacidad, como antes de la crisis. 

«La actividad industrial necesita de presencialidad por lo que adoptando todas las medidas de protección e higiene adecuadas hemos reincorporado a casi todo el personal», señalan ambos empresarios. «A pesar de que la sociedad parece haber bajado algo la guardia en la desescalada, tanto en fábrica como en oficina se nota que hay temor al virus y se respetan las normas», precisa Alfonso Fernández que echa de menos más inversión en obra nueva sobre todo desde el sector público.

Mientras tanto, Juan Lanaja , esperanzado al estar en un grupo con presencia global y buena salud financiera y en un sector «agradecido» como el de la automoción, confía en que ya este año se note cierta reactivación. De hecho, concluye, "no hemos parado ni un día de distribuir nuestros productos y es que desde que empezó la crisis, hasta hoy, hemos estado abiertos atendiendo a los clientes con un servicio idéntico al precovid" gracias a la digitalización.

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