informe del cesa

Bandrés prevé que el PIB caiga un 9,6% en Aragón y una recuperación gradual si se recobra la confianza del consumidor

El catedrático de Economía Aplicada ha hablado del impacto del coronavirus en la economía aragonesa en la presentación del informe anual del Consejo Económico y Social de Aragón (CESA) que ha presidido Lambán

El presidente aragonés, Javier Lambán, en la presentación del informe del CESA en la sala de la Corona del edificio Pignatelli.
El presidente aragonés, Javier Lambán, en la presentación del informe del CESA en la sala de la Corona del edificio Pignatelli.
LUIS CORREAS

En solo dos trimestres, la economía aragonesa ha sufrido una caída del 22% respecto al Producto Interior Bruto que tenía la comunidad a finales de 2019 y aunque rebote algo en el tercer trimestre, luego se moderará el crecimiento y hasta finales de 2022 o 2023 no recuperará lo que había antes de la pandemia. Este es el pronóstico que ha realizado el catedrático de Economía, Eduardo Bandrés, al presentar el informe anual del CESA (Consejo Económico y Social de Aragón) en un acto en la sala de la Corona del edificio Pignatelli que ha estado presidido por Javier Lambán y que ha contado con la participación de los agentes sociales. 

Tras repasar lo sucedido (con el shock inicial de la oferta de y la demanda con cadenas de suministro interrumpidas, el cierre de actividades no esenciales y la caída del consumo por el confinamiento) Bandrés ha reconocido que "la situación sigue siendo muy grave y delicada, pese a ver ciertos síntomas de recuperación" y ha pronosticado, en base a las previsiones del Banco de España dadas a conocer recientemente, tres escenarios: el de una recuperación temprana que supondría para Aragón una caída del PIB del -7,5 (frente al -9 de España), el de una recuperación gradual en que la bajada sería del -9,6 (en España del -11,6) y el de mayor riesgo que supondría un batacazo del -12,5 en Aragón y del -15,1 en el país. Unas previsiones, ha dicho, condicionadas a la evolución sanitaria de la pandemia ya que si persisten los rebrotes, podría implicar una mayor afección en términos económicos. 

Poniendo el foco en un sistema bancario más saneado que tendrá que ser el "eje de la recuperación por el efecto multiplicador de los préstamos", el catedrático y exconsejero de economía del Gobierno aragonés, ha subrayado que el elemento determinante, además del sanitario, será la confianza del consumidor. "Si no la recuperarmos, no recuperaremos el crecimiento", ha advertido. Asimismo, ha insistido en la necesidad de estimular la demanda. "Puede producirse un shock de incertidumbre y con miedo la gente no gasta". Y lo ha evidenciado con el dato de que la previsión de tasa de ahorro de las familias este año es de un 16% o 17%, más elevada incluso que en la anterior crisis de 2009 en la que llegó al 13% mientras que el año pasado, en 2019, estaba en el 7,4%. "El ahorro tiene mucho que ver con la precaución y el miedo", ha insistido. 

Bandrés ha recordado también la situación de partida de nuestra economía, que ya venía de una desaceleración, sin poder embridar el déficit y con una deuda galopante, y otros asuntos como la menor competitividad de nuestras empresas (el 37% del empleo está en micropymes de cero a 9 trabajadores) y la dualidad del mercado laboral con una temporalidad muy alta, que lastran la recuperación. "Necesitamos impulso fiscal", ha dicho, advirtiendo de que los 80.000 millones que le pueden llegar a España de Europa no vendrán de golpe sino en cuatro años (solo en ayudas directas ya que en prestamos habría otros 58.600 millones) y animando a utilizar recursos ya disponibles como los 100.000 millones de euros del fondo, bautizado como SURE, con el que la UE pretende ayudar a mantener la mayor cantidad de empleos posibles o los 240.000 millones del MEDE, de los que España podría recabar 25.000 millones.

"No nos volvamos locos", ha dicho, con "la digitalización, la transición ecologica o la resiliencia" sino que "lo que Aragón debe hacer es recuperar los proyectos que ya tenía en marcha en sectores estratégicos y darles un nuevo impulso. Aún así, ha reconocido, habrá secuelas (empresas que desaparecerán y el empleo que se destruirá), a la vez que ha reivinciado el "papel del Estado ante los riesgos globales".

Por su parte, el presidente aragonés Javier Lambán ha hecho un llamamiento a la unidad: "De la encrucijada en la que estamos atrapados no se sale por la derecha ni por la izquierda sino de frente dándonos la mano" y ha recordado la movilización de 510 millones, aprobados ayer en las Cortes, para favorecer la recuperación. Ha abogado también por la coordinación con las ocho o nueve comunidades más despobladas de España para hacer presión en Madrid cuando el Gobierno reparta los fondos que lleguen de Europa. 

Desde la parte empresarial, el presidente de CEOE Aragón, Ricardo Mur, ha apelado a la "fragilidad de la memoria" para que a nivel individual se sigan respetando las medidas de prevención frente a la covid-19 ya que ha habido muchas víctimas y "no sabemos qué puede pasar". Se ha preguntado en voz alta qué pasará cuando se acaben los ERTE a la vez que ha pedido prorrogarlos desde finales de septiembre a final de año ya que es mucha la incertidumbre en algunos sectores productivos. 

Desde la parte sindical, Daniel Alastuey, secretario general de UGT Aragón, ha recordado que Aragón ha perdido ya 30.000 empleos por la pandemia y que "llueve sobre mojado" ya que esta crisis viene de nuevo a golpear a los trabajadores que todavía ni en empleo ni en poder adquisitivo se habían recuperado de la anterior. 

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