Cariñoso paseo entre vítores y saludos reales con el codo
Vecinos y visitantes derrocharon cariño a don Felipe y doña Letizia en su paseo por Jaca. Antes inauguraron un nuevo espacio dedicado al conde de Aranda en San Juan de la Peña.
En su segunda visita a la ciudad de Jaca como Reyes de España –habían viajado una vez más antes de contraer matrimonio para inaugurar la ampliación del Museo Diocesano en 2010–, don Felipe y doña Letizia pudieron volver a sentir el afecto tanto de jaqueses como de turistas. Fueron apenas 500 metros de paseo y saludos en su recorrido por las calles Mayor, Echegaray y Bellido además de las plazas de la catedral y San Pedro, pero suficiente para recibir cientos de gestos de cariño con muchos aplausos y vítores al Rey, a la Reina y a España.
A las habituales medidas de seguridad que acompañan a este tipo de visitas reales, se unió esta vez la obligación de extremar aún más la distancia social con los monarcas para seguir las recomendaciones sanitarias. Pese a ello, unos pocos niños y mayores privilegiados lograron ‘saltarse’ el cordón para hacerse una foto de recuerdo con los monarcas, que también aceptaron las flores que les regaló una pequeña espectadora. Además, saludaron con el codo, como dicta el distanciamiento, a algunas de las personas del público visiblemente emocionadas.
Más de dos horas de espera llegaron a soportar Carmen Muñoz y su marido, un matrimonio de Zaragoza con segunda residencia en Jaca. "Hemos venido pronto a coger sitio pero merece la pena. Es un orgullo que vengan los Reyes a Aragón, es fabuloso", sentenció esta mujer que era la primera vez que los veía en persona.
También acudieron a la plaza de la Catedral para poderlos ver de cerca Julio Roberto Astudillo con su mujer y su hija, los tres vecinos de Jaca. "Para la ciudad, esta visita es muy importante a nivel turístico para que vengan más visitantes porque aquí dependemos mucho del sector y ha sido un golpe. Y que vengan los Reyes es un aliciente que seguro que nos vendrá muy bien", valoró.
Una visita "muy oportuna"
Otros, sin embargo, se encontraron con la comitiva real por sorpresa. Fue el caso de Mila Collado, una valenciana con apartamento en Panticosa vestida con su equipación de montaña. "Ayer llegamos a Canfranc después de hacer una travesía desde Formigal por Canal Roya y el autobús nos ha dejado hoy aquí. Y al ver que había mucha Policía, nos hemos imaginado que había algo importante y nos hemos quedado a verles", explicó. A su juicio, esta gira de los monarcas "es muy oportuna para reflotar todo el movimiento turístico después del parón que ha sufrido el sector, que es uno de los más importantes que tenemos en España".
El interés que despiertan los monarcas es tal que hay quien cambió incluso sus vacaciones, como Brígida Zarco, una vecina de Ciudad Real que había estado pasando unos días en Jaca "y me he esperado uno más para verlos porque para mí era importante".
Ismael Alustiza también viajó desde su segunda residencia en Villanúa a Jaca para poder ver a los Reyes. "Estamos pasando la semana y aprovechando que venían al lado de casa, nos hemos acercado. La verdad es que se agradece que visiten pueblos pequeños de Aragón y que nos tengan en cuenta", subrayó. Además, se marchó feliz porque saludó a don Felipe y el Rey se lo devolvió. "No se puede dar la mano ni hacerte fotos pero al menos me ha mirado", señaló.
Otra zaragozana que está de vacaciones en Jaca y que no podía "perderse" la visita los monarcas fue Arancha Serbial. "Nos gustan mucho tanto él como ella y los he visto muy simpáticos, saludando e incluso hablando con niños".
También reconoció estar "emocionada" Soledad Soria, de Pamplona, al ver pasar a los Reyes tan cerca. "Me ha encantado. Tenía pensado venir a Jaca, así que he aprovechado la visita para verles a los dos. Y la espera ha merecido la pena", aseguró.
Regalo de Lambán
Además de todo ese cariño, don Felipe y doña Letizia se llevaron algunos recuerdos de esta nueva visita a Aragón. Aprovechando su estancia en el Monasterio Viejo, el presidente Javier Lambán les regaló el libro miniatura (10,5 x 7, 5 cm) de la ‘Crónica de San Juan de la Peña’, un voluminoso tomo de 860 páginas que contiene la transcripción del manuscrito 1335 en su versión aragonesa y que se ha enriquecido con más de un centenar de miniaturas, grecas y capitulares medievales procedentes de códices de la época. Una edición de la que solo hay 100 ejemplares numerados y que pertenece a la colección del Pequeño Bibliófilo Aragonés nº 2.
Asimismo, desde la Asociación Huesca Cuna de San Lorenzo consiguieron hacerle llegar a don Felipe a través del departamento de protocolo un dossier con documentación sobre la Ruta del Santo Grial y la memoria valorada de la restauración del santuario de Loreto. "La receptividad de Felipe VI supone para nuestra asociación un extraordinario aliciente", manifestaron.
Precisamente durante su breve recorrido por el exterior de la catedral de Jaca, la directora del Museo Diocesano de Jaca, Belén Luque, explicó a Sus Majestades el capitel de San Sixto, que narra el momento en que entrega a su diácono, San Lorenzo, el Santo Grial, "que según la tradición estuvo aquí hasta que fue a San Juan de la Peña y desde allí en 1399 se trasladó a Valencia, donde se custodia en la catedral", recordó. Asimismo, les enseñó la vara jaquesa de 77 cm que se conserva en un muro desde la época medieval, además del ajedrezado jaqués que surgió en la catedral y que posteriormente se difundió por todo el camino de Santiago.
Sus inicios como piloto
Tras la reunión con el sector turístico en Jaca, los Reyes se desplazaron en vehículo hasta el cercano aeródromo de Santa Cilia, desde donde regresaron a Madrid en helicóptero sobre las 14.30 después de tres intensas horas de visita. Pero antes, Felipe VI tuvo tiempo de saludar a tres chavales de entre 14 y 17 años, que están realizando un curso de vuelo sin motor en esta instalación, impartido por el aeroclub Nimbus. El Rey se interesó por cómo llevaban las clases y les comentó que él con 14 años, la misma edad que tenía el más pequeño de los tres alumnos, también pilotaba.
