vitivinicultura

Vino convertido en alcohol de uso industrial

Destilerías San Valero pone nombre a la única solicitud presentada en Aragón para realizar la destilación de crisis. 

Instalaciones de Destilerías San Valero, alcoholera situada en la localidad zaragozana de Cariñena.
Instalaciones de Destilerías San Valero, alcoholera situada en la localidad zaragozana de Cariñena.
H. A.

Destilerías San Valero es la única fábrica de alcohol de origen vínico de Aragón y está formada en su accionariado por las principales bodegas cooperativas de Aragón. Produce alcohol de más de 92% para la fabricación de bebidas alcohólicas y biocarburantes. Pero, desde el momento mismo en que comenzó el confinamiento y fueron evidentes las necesidades de materiales de desinfección, esta cooperativa de segundo grado decidió sumarse a la lucha contra la covid-19. Lo hizo dando un giro al destino de su materia prima para orientarla hacia aquellas empresas dedicadas a la producción de hidrogeles desinfectantes.

Ahora vuelve a ser protagonista en la destilación de crisis, voluntaria, aprobada para hacer frente a la crisis que la emergencia sanitaria ha provocado en el sector del vino. Porque, tal y como establece el real decreto aprobado por el Ministerio de Agricultura, son los destiladores autorizados los beneficiarios -y por lo tanto los solicitantes- de las ayudas que permitirán retirar del mercado dos millones de hectolitros (200 millones de litros). Un vino que se convertirá en alcohol, pero cuyo destino sera única y exclusivamente el uso energético e industrial, incluida la fabricación de desinfectantes y productos farmacéuticos.

Destilerías San Valero ha solicitado la destilación de crisis para 7,4 millones de litros (74.000 hectolitros), aunque su director general, Alberto Arellano, asegura que están a la espera de conocer cuál el volumen total que recibe el visto bueno. Una decisión que conocerán a partir del 12 de julio, ya que aunque la petición se ha presentado ante la Comunidad autónoma, es el FEGA quien tienen que aprobarla una vez recibidas las solicitudes de las distintas comunidades autónomas, que ya superan (con mucho) las cifras aprobadas por el Ministerio -una ayuda total de 65,5 millones de euros para destilar 2 millones de hectolitros.

Y esos 74.000 hectólitros solicitados por la alcoholera situada en la localidad zaragozana de Cariñena, una cooperativa de segundo grado que integra a más de 40 socios distribuidos por las distintas denominaciones de origen de Aragón, proceden de sus bodegas asociadas.

"Hemos tenido que dejar fuera a bodegas que nos han preguntado y que habrán que tenido que buscar destilerías en otras comunidades para llevar su producción", señala el directivo.

Con todo, Arellano asegura que no es quién para determinar si el volumen de vino solicitado por Aragón para la destilación de crisis es mucha o poca ni si pone o no de manifiesto las dificultades que tienen las bodegas para dar salida a sus vinos por las circunstancias que la crisis sanitarias ha provocado en los mercados. Pero reconoce que no es habitual que el vino se destine a estos usos. "En el pasado sí sucedía, pero desde que en 2008 dejó de haber ayudas para este fin es muy poco el que llega a destilación, porque incluso aquel que no ha salido del todo bien porque ha fallado algún componente tiene mejor salida para la industria del vinagre", señala.

La destilación de crisis no cambiará su operativa de trabajo, pero sí su habitual calendario vacacional. Dado que las ayudas se han convocado con premura y la medida tiene que llevarse a cabo en los próximos meses "este año tendremos que dedicar el verano a la destilación, especialmente el mes de agosto, que era un mes de menos faena con el problema que supone por el intenso calor", destaca el director. En cualquier caso señala que no es una queja, sino todo lo contrario. "Para eso estamos, para ayudar a las bodegas, porque también somos parte del sector", matiza.

Si su compromiso está con la bodegas, no menos lo ha estado, desde el momento mismo en el que se decretó el estado de alarma, con el sector sanitario y la salud. De hecho, recuerda Arellano, salvo lo que se había vendido antes del pasado mes de marzo, toda la producción de esta empresa ha sido destinada a las empresas que fabrican hidrogeles, tan demandados no solo durante los momentos más duros de la crisis sanitaria sino también ahora donde la ‘nueva realidad’ exige su continuo uso.

Por eso, reconoce, "la producción y las ventas de este año serán como las de un año normal".

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