consumo

“Venimos de rebajas los que no hemos podido ir a la playa el fin de semana”

Animada afluencia en el primer domingo de apertura de centros comerciales con motivo de las rebajas. “Hay muchos más curiosos que compradores”, dicen en las tiendas.

“Hay bastante gente pero pocas bolsas; eso da una idea de cómo está la situación en muchos hogares”, apunta Concha Fuster, poco antes de confesar que ella ya ha ‘picado’ porque se ha comprado unas menorquinas que -dice- le hacían falta. El primer domingo de rebajas en los centros comerciales se ha vivido con animación pero sin agobios y con más curiosos que compradores. Dicen en las tiendas que muchos esperan a las llamadas segundas rebajas para aprovechar mayores descuentos porque -es algo que salta a la vista- hay “mucho stock”. La ropa y los complementos a los que durante tres meses no pudieron dar salida se ofrecen ahora al 40 o al 50% del precio original y lo cierto es que, con el parón de la crisis sanitaria, es complicado saber qué pertenece a la nueva temporada y qué a la de hace unos cuantos meses…

“Parece que las cosas se van normalizando, porque las primeras semanas tras el estado de alarma no había llegado nada a las tiendas. Ahora sí hay ropa nueva, quién sabe si de contenedores que llegan de China o de otros sitios”, elucubra Alicia Santos, que se ha acercado a Puerto Venecia con dos amigas. Mientras toman un café acaban de redactar la ‘lista de compra’, en la que figuran bikini, sandalias, un cinturón y “mascarillas monas”. “Es que llevamos quirúrgicas, pero hemos visto algunas con estampados muy chulos por ahí. A ver a qué precio están”, comentan.

En Puerto Venecia, a diferencia de otros domingos de rebajas, no hay filas ni atascos ni siquiera suben completos (al menos por la mañana) los buses de la línea 31. En la galería comercial cubierta sigue sin haber sillones en las zonas comunes, lo que da más sensación de espacio, y por el interior y el exterior del centro pasea un cabezudo, el Gondolero, que lleva una mascarilla tamaño XXL: le cubre los ojos y casi también su papada de cartón piedra. Se hace fotos con los chavales, que se entretienen también con unos cochecitos teledirigidos en la planta superior del centro, pero todo sin aglomeraciones. Por megafonía se suceden los avisos de las restricciones por motivo de la covid y donde no cabe un alfiler es en las terrazas a la sombra, ya sea por el tardano desayuno de unos o el tempranero vermú de otros.

“Estamos aquí los que no nos hemos podido escapar de la ciudad el fin de semana. Tengo muchos compañeros que se han ido a la playa o al Pirineo, pero nosotros queremos ir de vacaciones en agosto y, de momento, tenemos que ahorrar”, cuenta Felipe López de Alda. Dice predicar con el ejemplo porque no ha comprado aún nada y su propósito no es más que dar un paseo por el lago y ver las barcas recreativas. “Tal como está la situación, con la gente en ERTE y muchos de ellos sin cobrar, no creo que esta temporada de rebajas pase a la historia por su elevado gasto”, añade.

Solo el 3% de los españoles gastarán más este año que el pasado, según la OCU

Las cifras que manejas las asociaciones de consumidores le dan la razón, pues la OCU calcula que cuatro de cada diez españoles no comprará nada en rebajas y que los que sí lo hagan gastarán mucho menos que el año anterior. Los fantasmas de la crisis, el ahorro del miedo y el hecho de que se tenga ropa sin estrenar de la pasada primavera son los factores clave de esta contención del gasto. Según un estudio de la OCU, tan solo el 3% de los encuestados dicen que comprarán más en estas rebajas que en las del año pasado. Serán los consumidores de entre 40 y 59 años los que más gasten (hasta 147 euros), si bien la media se situará en unos 129 euros, con la ropa, la tecnología y también los productos de cosmética (aquí se incluyen las cremas solares) como los principales reclamos.

“En internet encuentro mejores descuentos que en muchas tiendas. Antes no compraba tanto ‘online’ porque prefería probarme la ropa, pero como ahora es un lío hacer uso de los probadores, me estoy soltando más”, explica Noelia Vázquez, que -como mucha gente de su generación, en torno a la veintena- prefiere ver el género físico antes de comprarlo luego en digital. La llamada ‘nueva normalidad’ en los centros comerciales se sigue viendo, sobre todo, en multitud de carteles que advierten que es obligatorio el uso de la mascarilla si no se puede mantener la distancia de seguridad y en la profusión de botes gel hidroalcóholico en la entrada de cada una de las tiendas. “Si vas solo a mirar, te tienes que echar igual, ¡voy a acabar con las manos destrozadas!”, dice Vázquez. 

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