tendencias

Mercerías y tiendas de tejidos, ungidas por el 'milagro' de la mascarilla

El accesorio, de momento obligatorio, ha sido una bendición para el sector, que gracias a la fabricación casera está vendiendo miles de metros de tela o de gomas y hasta un 70% más que el mismo mes del año pasado.

Ana y Belén Morales, de mercería Emperador.
Ana y Belén Morales, de mercería Emperador.
José Miguel Marco

Si la mascarilla fuera una santa, sería para hacerla patrona de las mercerías y las tiendas de tejidos. El accesorio llegado con la pandemia ha servido de inesperada y providencial tabla de salvación de este gremio en uno de los momentos más duros que ha atravesado el comercio en su historia reciente. Se puede hablar de oportuno capote, pero, incluso, de Gordo de la lotería, porque el furor por la fabricación casera de mascarillas está multiplicando las ventas a niveles nunca vistos, de hasta un 70% más con respecto a junio de 2019.

La demanda genera hasta desabastecimiento. El material para hacer mascarillas es el producto estrella de la 'nueva normalidad' como durante el confinamiento lo fueron el papel higiénico o la levadura.

Las telas de mascarilla se venden "como chucherías".
Las telas de mascarilla se venden "como chucherías".
José Miguel Marco

"Estamos vendiendo más que para los Pilares, que es mi época fuerte", cuenta sin ocultar su estupor Belén Morales, de la Mercería Emperador, en el zaragozano barrio de las Delicias. Ya desde el 11 de mayo, el día en que reabrió tras el encierro, "la fila ocupaba toda la calle, era de foto", recuerda. Desde entonces, la demanda, en su caso sobre todo de gomas, no ha parado: "Estamos vendiendo miles y miles de metros. Menos mal que me pilló bien surtida. Pero he tenido que reponer varias veces. En el almacén me conocen y no tengo problema. El otro día me mandaron un carrete de 500 metros de goma y pensé: '¡Pero adónde voy'. Resulta que no duró nada".

No solo vende gomas. También alambre para sujetar las mascarillas. Para los filtros TNT "hay lista de espera". Y se hincha a vender cintas y pegatinas de la bandera de España (y de Aragón) que, dice, "normalmente solo vendo para las Fiestas del Pilar". Por  si fuera poco,  este año que muchas comuniones se trasladan a julio, con lo que comienzan a pedirle material para decorar las mascarillas de los comulgantes.

Pilar del Val, de Tejidos San Miguel.
Pilar del Val, de Tejidos San Miguel.
José Miguel Marco

Igual de sorprendida está Pilar del Val, de Tejidos San Miguel (en la calle Hermanos Ibarra), un negocio familiar que, en 56 años de historia, no ha vivido cosa igual. "No me lo esperaba. Tras el confinamiento estaba con temor a la vuelta, de que no entrara nadie", recuerda. Pues todo lo contrario. Desde el primer día las ventas han ido como nunca, con cifras de largo por encima de los mismos meses del año anterior. "Las mascarillas están ayudando muchísimo", asegura Del Val.

"Estamos vendiendo mucho tejido. Mucho. Mucho...", atestigua Asun Burrial, junto a Pepa Benedí, de la Algodonera Platero, en la céntrica calle zaragozana de Méndez Núñez. Tanto, que lo que preveían como un arranque flojo para desembocar, directamente, un "verano angustioso", se ha convertido por obra y gracia de la fiebre por la mascarilla en un "panorama despejado" que les va a permitir hasta cambiarse en breve a un local más grande.

Una mascarilla de Mercería Emperador.
Una mascarilla de Mercería Emperador.
José Miguel Marco

Y, sin embargo, Asun confiesa que tiene un sentimiento "agridulce". Primero, por sus compañeros comerciantes que no están en la misma situación. Segundo, porque es consciente de que "esto se acabará". "En cuanto la mascarilla deje de ser obligatoria veremos que pasa", se plantea. A la vez que señala el hecho de que a las otras líneas de negocio que de normal sostienen la tienda les costará arrancar: "Ya hicimos la inversión de tejidos para unas Fiestas del Pilar que no se van a celebrar y también vendemos mucho para grupos de mujeres que se reúnen en centros cívicos y otros locales que aún no tienen fecha de apertura".

Pepa Benedí (en primer término) y Asun Burrial, preparando la reapertura de Algodonera Platero.
Pepa Benedí (en primer término) y Asun Burrial, preparando la reapertura de Algodonera Platero.
A. U.

Del Val, por contra, nota que se su clientela habitual se va a animando mientras no para de vender telas que la gente "compra como chucherías": de calaveras, cochecitos o "hipsters barbudos".

De rondón y además del 'milagro de la mascarilla', el confinamiento también le ha traído a este sector un "repunte exagerado" en las ventas de material para hacer labores en casa. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión