coronavirus en aragón

Sariñena idea un sistema para que puedan verse internos de la residencia y sus familiares más de 100 días después

El Ayuntamiento ha creado un habitáculo anexo a una habitación, de la que está separada por una mampara de metacrilato. La residencia fue una de las más golpeadas por la pandemia de coronavirus.

Rosa Gerbás ha sido una de las primeras en estrenar el nuevo espacio de visitas.
Rosa Gerbás ha sido una de las primeras en estrenar el nuevo espacio de visitas al ver a su padre en la residencia de Sariñena.
Ayuntamiento de Sariñena

Los familiares de los internos de la residencia municipal de Sariñena, una de las más golpeadas por la pandemia de coronavirus, ya pueden volver a visitarlos, aunque a través de una pantalla de metacrilato y sin acceder al interior del centro, que sigue cerrado, al contar todavía con algún usuario positivo.

"Aunque el anhelado abrazo tendrá que esperar, ha sido un momento muy bonito y emotivo. Estaba deseando volver a ver a mi padre", ha señalado Rosa Gerbás, de Sariñena, que ha sido una de las primeras en estrenar el nuevo modelo de visitas. Al otro lado de la mampara, ha estado su padre, José Gerbás, de 89 años, que, según ha explicado su hija, ha vivido con extrañeza esta 'nueva normalidad'.

"Se ha hecho raro vernos de esta forma, pero se le notaba feliz y bien. Por suerte, él se ha mantenido fuerte durante todos estos días y ha podido esquivar el virus", ha señalado. Gerbás ha querido agradecer además el "impagable" trabajo así como la valentía y dedicación de las trabajadoras de la residencia municipal, que, junto a los internos, accedieron a confinarse con el fin de contener el brote de covid detectado. En total, fallecieron nueve usuarios con PCR positiva. También murieron otros cinco sin ser sometidos a la prueba.

"Aunque el anhelado abrazo tendrá que esperar, ha sido un momento muy bonito y emotivo. Estaba deseando volver a ver a mi padre" 

"Todos los implicados han realizado un trabajo encomiable. Los familiares nos sentimos muy agradecidos", ha insistido Gerbás. "Han sabido responder a cada necesidad y adelantarse a los problemas", ha añadido.

El último ejemplo es este sistema ideado para permitir las visitas, ya que se calcula que el centro continuará cerrado alrededor de mes y medio más. De hecho, deben pasar 28 días desde el alta del último caso positivo.

Para ver a los internos, los familiares acceden a un habitáculo de nueva construcción adosado a una habitación que da al exterior, lo que permite entrar desde la calle, sin acceder al centro. El habitáculo y la habitación están separados por una pared con una amplia mampara de metacrilato. Los residentes y las familias hablan a través de interfonos.

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