aragón es extraordinario

El Santuario de la Virgen de Sancho Abarca, enclave fundamental para Tauste

La profunda devoción por la patrona de la villa taustana se materializa en este espacio limítrofe con Navarra, subido a una meseta, que vivió historias increíbles.

Es burgalés, pero lleva tantísimos años en Tauste que ya se siente de allá; “sigo siendo forastero –ríe– aunque adoptado ya”. Javier Núñez es el actual presidente de la Asociación Cultural El Patiaz, guardesa e impulsora de la historia e historias de Tauste. Ha sido maestro toda la vida, y habla con pasión de pasajes de la historia taustana; por ejemplo, la infancia de Ramón J. Sender en la villa (vivió en ella entre 1910 y 1913) y la presencia del Santuario de Sancho Abarca en la obra del escritor de Chalamera, especialmente en ‘Crónica del alba’ y ‘Monte Odina’, amén de la compilación en dos tomos ‘Solanar y lucernario aragonés’, publicada por HERALDO.

“El Patiaz –explica Javier– sacó un libro de Ana Longás sobre el tema. En sus páginas también se aclara lo que significa el Santuario de Sancho Abarca para los taustanos. El año pasado celebramos el 450 aniversario de la aparición de la imagen de la Virgen que daría lugar con el tiempo a la ermita y el propio Santuario. Una imagen que hoy en día está en la capilla que tiene la virgen en la iglesia parroquial de Santa María en Tauste”.

La vista desde el Santuario, instalado en una meseta a 15 kilómetros del pueblo de Sancho Abarca (pedáneo de Tauste) es impresionante; alternando miradores se puede ver el Moncayo a un lado, los montes de Castejón y Zuera en dirección Zaragoza, y los primeros regadíos de las Bardenas, con algunos pueblos de colonización incluidos en el municipio de Tauste; Santa Engracia, que llego a estar deshabitado 10 años, y Sancho Abarca, que se fundó en 1959. Al norte, el Pirineo completa la acuarela visual, emotiva e impactante.

La nueva carretera de subida al Santuario se inauguró el pasado 1 de marzo; antes había pista en el último tramo. Debajo del santuario hay un montón de galerías. “En un principio se pensaba que el Santuario era parte del castillo de Sancho Garcés Abarca, pero no estaba aquí, sino en el Cabezo del Fraile, que se divisa desde aquí arriba en plena Bardena negra, ya en Navarra. Estamos en el límite”, aclara Javier.

Una historia con gancho

El hallazgo de la talla de la virgen (de origen gótico y francés, con apenas 27 centímetros de altura) tiene su miga. La encontró un pastorcillo roncalés apellidado Ibar el Jueves Santo de 1569, en el Cabezo del Fraile; se lo dijo a un cazador taustano que andaba por y éste salió raudo en su caballo a decírselo a sus vecinos en la iglesia de Tauste. “Subieron rápidamente los taustanos; mientras, el pastor hizo lo propio en su pueblo, Fustiñana, donde también se aprestaron a subir. Lo que pasa es que los de Tauste subían en procesión y con la cruz, y los navarros en plan más desordenado. Cuando llegaron arriba hubo sus más y sus menos, pero al final fueron los de Tauste quienes se la llevaron”.

Se trata de una talla gótica del siglo XIV, labrada en madera policromada de excepcional calidad; se cree que venía de Sarranza (en el sur de Francia) y alguien la extravió. ¿Cómo se resolvió la pugna entre Tauste y Fustiñana? Hay una leyenda que explica ese hecho. “Se cuenta –dice Javier– que para dirimir el asunto, se sacrificó un cordero y se decidió que si la sangre iba para Tauste, la imagen se iría para allá, y si lo hacía para Fustiñana, sería para los navarros. Dice la leyenda que a pesar de que la inclinación natural del terreno era para Fustiñana, la sangre avanzó cuesta arriba, hacia Tauste; de hecho, ya se le atribuyen dos milagros a laVirgen antes de llegar a la villa”.

Hablar en Tauste de la Virgen de Sancho Abarca es generar devoción instantánea, un sentimiento que casi trasciende la confesionalidad para encuadrarse en el sentir vecinal. De hecho, el nombre es común en Tauste. está Marisancho Menjón, directora general de Patrimonio de la DGA, por ejemplo, o Marisancho Francés, hija del actual alcalde. Es común que se les llame ‘sanchicas’ a las que tienen este nombre.

El Patiaz revela que en el libro sobre la historia del Santuario escrito por el padre Basilio Iturri del Roncal se detalla que “desde el mismo momento del hallazgo de la imagen de la Virgen se habilitó una cueva como recuerdo del suceso, poniendo un ermitaño encargado de su adecentamiento; empezó siendo un roncalés, que fue seguido por Miguel Coscolla, de Tauste. y siguió otro roncalés. Al faltar este último en 1665, solicitó la plaza un francés, Juan de Novallas, que acometió la obra de construcción del santuario”.

El Patiaz, siempre al quite: todo rigor y cariño en la investigación

En 1999, durante la celebración de las primeras ‘Jornadas sobre Historia de Tauste’, empezó a cristalizar el interés de un grupo de taustanos por conocer a fondo el pasado del pueblo. Así se gestó el germen de El Patiaz, primero grupo dependiente del Patronato de la Casa de Cultura desde diciembre de 2000. A partir de 2003 es Asociación, y el Santuario de la Virgen de Sancho Abarca es uno de sus temas predilectos.

El docente Enrique Galé, uno de sus miembros más activos, explica con detalle lo que la Virgen de Sancho Abarca significa para Tauste. “No ha tenido solo una repercusión religiosa y devocional, siendo esto ya de por sí importante. En torno a la devoción por la Virgen se ha ido construyendo buena parte del propio tejido social de nuestra localidad, como la antigua y desaparecida cofradía de ermitaños que habitaba el Santuario o la todavía pujante Esclavitud de la Virgen, que tanta importancia tiene en nuestros días en el desarrollo de las fiestas de Tauste”.

Galé explica que “al convertirse en la patrona de la localidad, desplazando incluso a San Miguel a partir del siglo XVIII, la Virgen de Sancho Abarca ha pasado a dar forma a buena parte de nuestras más enraizadas tradiciones, primero en torno a la fecha de su propia festividad, el día 21 de abril, y desde septiembre de 1969, conmemorando también su coronación canónica”.

Javier Núñez también recuerda otra actividad a la que se le tiene mucho cariño; el Memorial Benjamín Gracia, una carrera pedestre desde el pueblo de Sancho Abarca hasta el santuario, unos 15 kilómetros. “Cuando era pista era una subida exigente. Ahora, algo menos –sonríe– pero sigue siendo una buena paliza. Yo he sido y soy más de bici, pero antes la cogía en casa y ahora la cargo en el coche para hacer tramos concretos”.

El hotel del Santuario, la opción lógica para disfrutar de las vistas

Miguel Ángel Gómez y su esposa Pilar llevan el hotel Santuario de Sancho Abarca desde su inauguración en 2012. “Tenemos –comenta Miguel Ángel– 14 habitaciones, más bar y restaurante como zonas comunes. La capacidad es de 35 personas alojadas; las habitaciones son grandes y hay algunas grupales”.

Tradicionalmente, el establecimiento cierra en diciembre, enero y principios de febrero, por el frío extremo en el alto, pero hay una excepción: Nochevieja. “Ese día siempre hay fiesta aquí; suele venir un grupo fijo de amigos de Tauste, que alquila el hotel entero para venir con sus familias. También tenemos bastante clientela belga y francesa”.

Una curiosidad del hotel es el horno antiguo sin chimenea, excavado en la piedra del monte; lo usaban los monjes para poner ahí las brasas (hacían el fuego en otro sitio) y hacer el pan o la carne.

SANCHO ABARCA

Comarca. Cinco Villas.

Cómo llegar. Desde Zaragoza hasta el pueblo de Sancho Abarca hay 55 kilómetros por la A-126 y A-127 hasta Tauste, cogiendo luego la CHE-1501. Desde el pueblo hay aproximadamente 15 kilómetros hasta el Santuario.

Para comer y dormir. Hotel Santuario de SanchoAbarca; 14 habitaciones. Reservas en el 692 602 665 o en el correo pilarmar61@gmail.com.

Una historia inquietante y su cómic. Realizado por José Luis Pallarés y difundido por El Patiaz, el cómic sobre la historia del Emparedado de Sancho Abarca recoge la narración oral –transmitida por Mariano Terraz– del hallazgo en los años 30 del siglo pasado de un cadáver momificado en una de las galerías ocultas bajo el subsuelo de las edificaciones modernas.

Reloj de sol. En una pared de la ermita hay un curioso reloj de sol, de tipo ‘camiseta’, que no necesita de varilla o gnomon (aunque la tiene) para marcar la hora, ya que lo hacen sus lóbulos interiores.

Reportaje de la serie ‘Aragón es extraordinario’.

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