Covid-19

Los cerealistas almacenan su cebada ante el "especulativo" desplome de los precios

UAGA exige transparencia a la Lonja de Ebro y el sector amenaza con movilizaciones tras la desescalada.

Recolección de cereal en una explotación de la provincia de Huesca.
Recolección de cereal en una explotación de la provincia de Huesca.
Asaja

Era práctica habitual en los años 80, que dejó de utilizarse con carácter generalizado con la entrada de España en la Unión Europea, pero este año, los agricultores aragoneses están dispuestos a volver a dejar sus producciones de cereal en los almacenes y no sacarlos al mercado hasta que los precios se estabilicen. "A la fuerza ahorcan", señala David Solano, agricultor y ganadero oscense y miembro de UAGA, que dice son muchos los agricultores que disponen de instalaciones para retener la producción. "Los que no tienen están pensando en alquilar almacenes e incluso se barajan distintas alternativas para evitar vender a precios ruinosos", detalla.

También las cooperativas se están sumando a esta medidas, señala el secretario provincial de la organización agraria en Zaragoza, Toño Romé, que explica que "no tiene sentido sacar cebada al mercado a precio no rentable".

Romé asegura que "hay capacidad de almacenamiento", aunque reconoce que a pesar de que se guarde cereal, "se continuará vendiendo, con menos operaciones y a un precio medio, pero habrá venta".

La decisión llega justo al principio de la campaña de recolección y cuando apenas han comenzado a hacerse operaciones. Pero muestra la "indignación" que siente el sector ante el "injustificado" desplome de los precios de la cebada. La "sorpresa" llegó con las cotizaciones de la pasada semana en la Lonja del Ebro, cuando el precios de la cebada apenas alcanzaba los 132 euros/tonelada para un peso específico de más de 64 maltería y de 126 euros para un peso de entre 60 y 64. "Se trata de una cotización muy por debajo de la fijada en años anteriores al inicio de la campaña", advierten los responsables de UAGA. Ha sucedido así en lonjas de otras provincias, "pero la bajada no ha sido tan acusada", insisten, al tiempo que critican las actuación de la Lonja del Ebro, "que parece que se ha convertido en un mercado de futuros".

Y es que, según señalan ambos sindicalistas, la función de la lonja es informar sobre los precios. Unas cotizaciones, que deberían formarse siempre teniendo en cuenta los costes de producción, que sirven para orientar a compradores y vendedores de la situación del mercado a la hora de hacer operaciones comerciales. "Lo que no se entiende es que se fijen esos precios cuando aún no se han realizado dichas operaciones", insiste Solano, que critica que "con estos precios queda en entredicho la función de este organismo y nos hace sospechar de la existencia de movimientos especulativos de los grandes operadores".

No se entiende tampoco, recuerda Romé, que las cotizaciones estén tan bajas cuando el consumo interno de cereales sigue una tendencia alcista. Y aunque los representantes de UAGA reconocen que ante las expectativas de una buena cosecha pueden ser un factor que explique una cierta caída de los precios, critican "que el mercado quiera aprovecharse de un cierto nerviosismo por vender ante el aumento de la oferta".

Por eso, la organización agraria no solo insta a los agricultores y cooperativas a almacenar sus cosechas hasta que los precios del mercado se estabilicen, sino que además exige transparencia a la Lonja del Ebro, "que explique el cómo y el por qué de estas cotizaciones", dicen. Y advierten que "si no se corrigen estas operaciones especulativas", UAGA está dispuesta a emprender acciones jurídicas "para evitar este abuso de compradores hacia los agricultores y ganaderos".

Movilizaciones

Las críticas no solo se escuchan en UAGA. El resto de organizaciones agrarias aragonesas también denuncian las incomprensibles bajadas en las cotizaciones de la cebada, el cereal que ocupa la mayor superficie en Aragón. De hecho, de las algo más de 800.000 hectáreas que ocupan estos cultivos extensivos, la cebada se extiende por cerca de 450.000 hectáreas.

"La producción podría aumentar este año entre un 20% y un 30%, pero con una caída del 13% de los precios, los agricultores no solo no vamos a tener beneficios sino que incluso acumularemos pérdidas", señala Fernando Luna, presidente de Asaja en Huesca, unas de las principales provincias productoras de Aragón. Así lo destacan también el secretario general de UPAen Aragón, José Manuel Roche, y el máximos responsable de Araga, Jorge Valero.

Y todos ellos advierten que si había motivos para sacar los tractores a las calles a comienzo de año –protestas que quedaron suspendidas por la declaración de la pandemia–, "ahora todavía hay más razones", insisten los representantes agrarios que amenazan con nuevas movilizaciones tras la desescalada. "Buscaremos el formato que permita la crisis sanitaria pero volveremos a las protestas", coinciden. 

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