naturaleza

La 'invasión' de tres especies exóticas pone en jaque al cangrejo autóctono en Aragón

La población de cangrejo de río común ha quedado reducida a pequeñas poblaciones que se encuentran en las cabeceras de los ríos, y que por tanto sufren fuertes variaciones de temperatura y de caudal.

Es en la provincia de Teruel donde, el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, ha conseguido localizar el mayor número de poblaciones de cangrejo autóctono.
Es en la provincia de Teruel donde, el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, ha conseguido localizar el mayor número de poblaciones de cangrejo autóctono.
DGA

“La introducción de especies alóctonas, es decir, de una especie no nativa del lugar, es la segunda causa de extinción de especies”. Con estas palabras Chesús Ferrer, coordinador del área de Conservación de la naturaleza de Ecologistas en Acción, pone en relieve lo peligroso que puede resultar introducir especies. El cangrejo de río común (Austropotamobius pallipes), tan habitual en los ríos de Aragón hasta finales de los años 70, ha sido una de las especies que ha sufrido y está sufriendo estas consecuencias debido a la introducción del cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), del cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) y de un cangrejo australiano, el yabbie (Cherax destructor), si bien este último es muy raro en la Comunidad. “La población de cangrejo autóctono ya estaba desapareciendo de sus zonas históricas por la contaminación de los ríos en los años 70, pero el detonante de la pérdida de muchas de sus poblaciones fue la introducción del cangrejo rojo americano”, explica el coordinador del área de Conservación de la naturaleza de Ecologistas en Acción.

El cangrejo rojo americano se sabe que se introdujo en España con fines comerciales, y es que, como apunta Ferrer, “siempre ha habido una gran actividad económica en torno al cangrejo autóctono”. Sin embargo, este cangrejo americano se introdujo sin saber que portaba una enfermedad, denominada afanomicosis, más conocida como peste del cangrejo, que aunque no es mortal para él, sí que lo es para el cangrejo de río común. “El cangrejo americano se adaptó muy rápido y muy bien a las cuencas de los ríos aragoneses y portó esta enfermedad por muchas de las poblaciones del autóctono, lo que desembocó en la práctica desaparición de esta especie que se distribuía por todo Aragón”.

En la actualidad, según se detalla en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón, quedan “unas decenas de poblaciones de cangrejo común, muchas de las cuales son de pequeño tamaño”. Así, el cangrejo autóctono, catalogado en peligro de extinción, ha pasado de ocupar la mayoría de las cuencas fluviales del sistema Ibérico y del Prepirineo “a quedar reducido a algunos pequeños cauces generalmente situados en la cabecera y sometidos a fuertes fluctuaciones de caudal”. Es en la provincia de Teruel donde, el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, ha conseguido localizar el mayor número de poblaciones, mientras que en la de Huesca su presencia es casi testimonial y en la de Zaragoza ha desaparecido prácticamente, a excepción de en algunas zonas del sur y del noroeste. “El problema principal es que estas zonas, las cabeceras de los ríos del sistema ibérico y de algunas zonas del Prepirineo, donde se encuentran ahora estas poblaciones del cangrejo autóctono, cuentan con cambios muy importantes de caudal y de temperatura, que además cada vez son más bruscos debido al cambio climático”.

De hecho, las zonas en las que permanecen todavía los autóctonos son también las más aptas para el cangrejo señal, una especie que aunque no se encuentra tan extendida como el cangrejo rojo americano resulta ser mayor competencia para este. “El cangrejo señal es de la misma familia que el cangrejo autóctono por lo que compiten por los mismos hábitats”, indica el mismo. “Y teniendo en cuenta que en estos momentos las poblaciones de cangrejo autóctono son muy sensibles porque han quedado reducidas a las cabeceras de los ríos, donde sufren importantes variaciones de caudal y temperatura, el señal resulta, además, estar más adaptado que el autóctono a estos cambios”.

Las presas, un factor limitante, pero a la vez esencial

A esto se une el hecho de que aunque el cangrejo rojo americano no suela ocupar las cabeceras de los ríos, la enfermedad que porta, y que acaba con el autóctono, puede llegar aguas arriba. “Por ejemplo, lo pueden transportar especies migratorias”, añade Ferrer. “Por fortuna, en este caso, las poblaciones de cangrejo autóctono están aisladas generalmente por presas, que impiden que llegue esta enfermedad a las zonas que ocupan. De hecho, se puede decir que de no existir esas presas el cangrejo de río estaría prácticamente extinguido en Aragón”.

“Pero la construcción de presas es a su vez un factor limitante para la población de cangrejos porque queda reducida a sitios muy pequeños y expuesta a cualquier variación lo que puede suponer su extinción”, apunta el mismo. “Y es que a la vez es lo que impide que esas poblaciones puedan ampliar su zona. Además de que al no relacionarse con otras poblaciones la variabilidad genética es escasa”.

Durante los últimos años, desde el departamento de Medio Ambiente, se han llevado a cabo sueltas de cangrejo autóctono para aumentar la población de este, unas sueltas que a pesar de que han conseguido aumentar ligeramente las poblaciones no han logrado revertir la tendencia regresiva de las poblaciones naturales. “Las sueltas que se han llevado a cabo consiguen aumentar ligeramente las poblaciones, pero no se extienden a otros tramos de los ríos en parte porque estas poblaciones se encuentran aisladas”, detalla el coordinador del área de Conservación de la naturaleza de Ecologistas en Acción.

Y es que revertir las consecuencias que conlleva la introducción de estas especies invasoras parece misión imposible. “A efectos prácticos que desaparezca cualquier especie invasora tiene una dificultad tremenda”, concluye Ferrer. “Siempre las medidas tienen que ser de prevención y ahora hay que tomar medidas, y se están tomando, para que estas especies al menos no sigan llegando a las zonas sensibles donde todavía habita el cangrejo de río común”.

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