sanidad

El Miguel Servet hace en un mes 4.000 pruebas de seroprevalencia con una nueva técnica

El diagnóstico Eclia tiene como base el test Elisa, pero amplifica la señal y mejora los resultados.

El personal comprueba las muestras para posteriormente analizarlas.
El personal comprueba las muestras para posteriormente analizarlas.
José Miguel Marco

Desde el pasado 4 de mayo el hospital Miguel Servet de Zaragoza cuenta con una nueva técnica serológica con la que ya se han obtenido unos 4.000 resultados. Se trata de la prueba denominada Eclia, que toma como base el test Elisa, y que utiliza la electroquimioluminiscencia para detectar si un paciente ha estado expuesto al coronavirus. Además, explica Emilio David Valverde, facultativo especialista de área de microbiología y responsable técnico de Serología del hospital Miguel Servet de Zaragoza, dependiendo del tipo de síntomas y "de manera complementaria a la PCR" podría ayudar a identificar si el paciente está contagiado.

Con esta nueva técnica se han llevado a cabo alrededor de 4.000 pruebas. "La mayoría han sido a personal de los sectores 1 y 2 de Zaragoza, aunque también se ha utilizado para pacientes", especifica Lourdes Roc, facultativa especialista de área de microbiología y responsable técnico de Serológica del citado hospital. A los empleados, que en un principio se les hicieron test rápidos o PCR –dependiendo de su situación– se les está citando para este nuevo estudio de seroprevalencia, que es totalmente voluntario. Por lo que si algún sanitario no quisiera hacerlo, no estaría obligado.

Entre los pacientes, sus usos son muy diversos. "Puede utilizarse en todas las personas que van a ingresar en el hospital porque es importante conocer su estado y se podría complementar con una PCR", detalla Roc. Pacientes que van a ser operados, que se les van a hacer pruebas invasivas, aquellos a los que se les somete a tratamientos quimioterápicos o que van a inmunodeprimirlos y además los que, debido a su patología, están continuamente entrando y saliendo del hospital. Estos serían algunos de los ejemplos de candidatos para hacerles este tipo de pruebas.

El Hospital Miguel Servet de Zaragoza lleva a cabo una nueva técnica para detectar si trabajadores y pacientes han pasado el coronavirus. Se trata de una tecnología basada en la electroquimioluminiscencia.

El primer paso de este nuevo proceso es igual que en Elisa: un análisis de sangre. Cuando la muestra llega al área de microbiología, se recepciona y se registra en el ordenador. Después se traslada a la zona de centrifugación y antes de introducirla en el dispositivo, se vuelve a corroborar la identificación de la muestra.

Finalmente, se lleva a la máquina de electroquimioluminiscencia, que analizará la presencia o no de anticuerpos en la sangre a través de una reacción química que es detectada por electrones. Este último proceso tiene una duración de 18 minutos por muestra, aunque el dispositivo para guardar muestras que se prepara puede incluir hasta 150.

"En el supuesto de que llegue un caso de mayor urgencia, seguirá una vía alternativa y se incluirá tras la muestra que está en ese momento pipeteando la máquina. No se puede paralizar el proceso a mitad", especifica Antonio Rezusta, jefe del servicio de Microbiología y Parasitología.

Una vez acabado, explica Valverde, habría que comprobar que no se haya generado ningún coágulo y que la muestra de sangre era suficiente, entre otros aspectos. "Cuando sale del aparato hay que revisarlo porque puede haber fallos", recalca. Si el resultado es positivo, indica Roc, se haría un cribado para comprobar qué tipos de anticuerpos se han generado.

Esta técnica supone mejoras en la sensibilidad –menor posibilidad de falsos negativos– y especificidad –menos posibilidad de falsos positivos–. "La fiabilidad varía dependiendo del tiempo y alcanza el 100% tras los 14 días", detalla Roc.

Cambio en la forma de trabajar

La irrupción de la pandemia provocó que el modo de trabajar en los laboratorios de los centros hospitalarios cambiara radicalmente, además de que se incrementara de manera exponencial el volumen de trabajo. "Antes de la covid había unas 230 o 240 muestras diarias de serología, la última vez que revisé la estadística eran 750", recalca Roc. Un incremento que ha afectado a la logística del laboratorio, que no estaba preparado para este volumen de trabajo. "Tenemos que intentar optimizar los recursos para que haya gradillas para todos los sueros", ejemplifica. También los facultativos han aumentado las labores que llevan a cabo con el objetivo de incrementar los análisis.

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