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Los árboles aragoneses más singulares
La Comunidad cuenta con 17 ejemplares curiosos por sus factores biométricos, morfológicos, de rareza y culturales.
Un enebro de más de 500 años, una sabina de unos 2.000, una carrasca de más de mil, un pino de 27 metros de altura, un tilo de casi 17 metros, un quejigo de grandes dimensiones... Aragón cuenta con 17 árboles singulares, según la orden de 17 de julio de 2015 del consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno autonómico. Los criterios para que un ejemplar sea incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad tienen en cuenta factores sanitarios, biométricos, morfológicos, de rareza y culturales. Estos son algunos de los árboles más curiosos que hay en la región:
Sabina de Villamayor de Gállego
Con un perímetro de 2,37 metros y más de 13 metros de altura, este ejemplar de sabina albar se encuentra en el término zaragozano de Villamayor de Gállego. Según el Catálogo de Árboles Singulares, su longevidad se estima en unos 2.000 años. "Es un ejemplar relicto de la vegetación potencial que hubo en el pasado, superando con creces a los pocos pinos que están a su alrededor y la cruz del fuste toma bastante altura con respecto a la base", se detalla. De color verde oscuro, esta sabina tiene una densidad de copa más laxa que otros ejemplares y sus hojas tienen forma escuamiforme e imbricadas. En cuanto a la ramificación, del tronco parten dos ramas madres ascendentes que van bifurcándose en ramitas largas que tienden a ser descendentes. Dicho ejemplar, figura dentro de la Red Natura 2000, 'LIC Sierras de Alcubierre y Sigena', y es muy admirado y protegido por los vecinos de Villamayor de Gállego.
Tilo de Benasque
Querido por sus vecinos, tal y como se recoge en la ficha de la DGA, este tilo de "grandes dimensiones y belleza" es protagonista de la plaza del Ayuntamiento de la localidad oscense. Además, alrededor de él se baila el Ball de Benás, baile típico que tiene lugar durante la fiesta mayor de la villa aragonesa -el 30 de junio- en honor de San Marcial. El tilo de Benasque tiene forma redondeada a irregular, de copa amplia y follaje apretado característico de esta especie; y sus hojas son grandes, redondeadas en forma de corazón propias de la especie y con un olor verde intenso por el haz y verde claro por el envés. Su altura total es de 16,72 metros y la altura del fuste, de 4,02, según datos de octubre de 2017. En cuanto a los tilos en general, se trata de un árbol imponente, con una altura que puede alcanzar hasta los 30 metros y un diámetro de copa de hasta 10. Es una planta perfecta para tener como ejemplar aislado en jardines amplios.
Enebro de Sabiñán
Pertenece a la Asociación Sabinius sabinianus. Con casi 9 metros de altura y un tronco dividido desde la base, posee un aspecto general grandioso, por encima de las medidas biométricas de su especie. Se estima que tiene unos 500 años de antigüedad por su morfología retorcida, que indica su edad centenaria. Cuenta con un tronco robusto del que, a menos de metro y medio, se ramifican tres grandes brazos que se van retorciendo dando lugar a una configuración tortuosa propia de individuos añosos. En cuanto a su singularidad, es admirado y protegido por los vecinos de Sabiñán. Es un enebro de miera "testigo de la vegetación potencial en un paisaje transformado por la mano del hombre". Para poder admirarlo hay que dar un pequeño paseo a pie por el paisaje del valle del Jalón.
Pino del Escobón
Con más de 27 metros, posee la mayor altura de todos los inventariados en Teruel y longevidad (más de 400 años). Cuenta con tres ramas maestras centrales, de las que se disponen las ramitas de forma verticilada, "poco común en esta especie, que le confiere una morfología particular en su copa otorgándolo de gran belleza". El pino del Escobón se encuentra en el término turolense de Linares de Mora, en el paraje Peña Ave María, Barranco del Pino. Su copa tiene forma columnar-aparasolada, característica de individuos añosos, y sus hojas son aciculares de 10-16 centímetros de longitud de un color verde intenso propio de esta especie. Este ejemplar se encuentra en un hábitat de vegetación de montaña típica mediterránea continentalizada. Además, el entorno del río Linares está considerado como un punto de interés fluvial.
