Son 110 metros cuadrados de una vivienda perfectamente adaptada. Está en el número 80 de Fray Julián Garcés y tiene de todo: dos baños, dos dormitorios, vestidor, cocina y comedor. Eso sí, los lavabos son ajustables en altura automáticamente, los suelos antideslizantes ya que desaguan a través de la junta de baldosas, las lámparas se activan con el movimiento, los somieres tipo ‘mariposa’ se despliegan automáticamente, los armarios disponen de perchas y cajones abatibles, las puertas se abren solas desde el interior. «Vimos que no había ningún piso habilitado en Zaragoza al que personas con algún tipo de discapacidad, ya sea física, sensorial o cognitiva, pudieran acudir para ver y probar cómo adaptar su casa y no encontrar dentro de ella las mismas barreras que fuera», explica Javier Tomás Moros, fundador de la empresa Hogar+Vida.

Este empresario zaragozano con una experiencia de más de 15 años en el sector ha decidido dar un paso hacia adelante y centralizar los servicios de las dos empresas que tenía Hogar Tecnika Solutions y Desarrollos Integrales Lumijisa en una sola, Hogar+Vida, para dar respuesta a un nicho del mercado no atendido. «Hubo que buscar un local con las medidas adecuadas y finalmente en Torrero encontramos el espacio para montar este piso piloto con todas las soluciones que podemos ofrecer, amparadas por el criterio de Sandra Abad, la terapeuta del equipo, que integran 30 profesionales y atendiendo las necesidades que nos va planteando el cliente». Fue en febrero cuando inauguraron estas instalaciones y ya tienen varios encargos ejecutados, reconoce, si bien algunos se han quedado paralizados por la pandemia.

Uno de los proyectos que casi está terminando es la adaptación de una casa de dos plantas en el barrio de La Paz para una persona con problemas cognitivos y de movilidad. «La primera dificultad era el acceso, los seis escalones para entrar a la vivienda. Lo que se ha hecho es habilitar otra entrada de garaje contigua a cota cero para salvar esa barrera. Además, se han instalado en toda la planta baja puertas correderas para facilitar la movilidad del dependiente y la planta alta se ha acomodado para el cuidador».

Asimismo, Hogar+Vida ultima el proyecto para adaptar el acceso a la comunidad de propietarios de Independencia 25. «En esta finca había que salvar también tres tramos de escaleras en el acceso y se ha colocado una plataforma escamoteable que se acciona con un botón y que permite acceder al ascensor a pie llano desde la calle sin alterar la fisonomía del edificio», reseña.

Además de para particulares, Hogar +Vida ha trabajado también en proyectos de iluminación biológica para residencias, como la de Muniesa, y algún colegio de Toledo. «Hay muchos estudios en países del norte de Europa y EE. UU. que explican cómo una buena iluminación, acorde con los ritmos circadianos, mejora la salud, y lo hemos comprobado en la residencia de Muniesa, donde al instalar este tipo de luz, mas cálida por el día y que va cambiando hacia el atardecer, se han reducido niveles por ejemplo de azúcar entre los mayores». Son cuestiones de detalle, según este empresario, en «las que no reparamos habitualmente, pero que pueden mejorar la calidad de vida de personas con limitaciones de tipo físico o sensorial que pasan muchas horas en casa».

Acostumbrado a llevar el mantenimiento integral de muchas comunidades, este empresario decidió hace un par de años dar un giro a su negocio y especializarlo en dar soluciones personalizadas a personas con problemas de discapacidad, con poca visibilidad social y para las que en bastantes ocasiones representa un problema añadido hacer de su casa un espacio más habitable. «Hay soluciones si se tiene criterio», dice, convencido de que hay que poner la electrónica al servicio de quienes más la necesitan.

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