Alfajarín contra el coronavirus a tres bandas: pública, privada y asociativa

Mari Carmen Fustero es la presidenta de la Asociación La Fondolaria, que agrupa a las mujeres de Alfajarín. Una localidad de poderoso tejido asociativo, con especial hincapié en la cultura y el deporte, que durante el estado de alarma se las ha arreglado para pelear contra el virus de una forma mancomunada, con apoyo municipal y de la empresa privada.

“Nuestro alcalde –comenta Mari Carmen– nos animó a hacer mascarillas, y enseguida comenzamos. Me puse en contacto con las que hacen ‘patchwork’ y por medio de nuestro Facebook lancé una convocatoria a quien quisiera sumarse. Al principio eran de tela de algodón, que fuimos consiguiendo; además, un chaval del pueblo se prestó a cortar las telas para prepararlas con máquina. Las primeras fueron a la residencia de mayores La Virgen de la Peña, y también a la Guardia Civil, además de llevarse a particulares. El Centro de Mayores y la residencia los cerraron muy a tiempo, antes del estado de alarma, y por eso no hubo casos allá”.

Luego apareció la empresa ZFoam, del polígono del Saco. “Les había contactado el alcalde. Donaron una tela plastificada de foam, con cuatro capas, muy resistente y eficaz. En total se hizo un equipo de 16 personas entre coser, desinfectar, empaquetar y repartir; se han hecho casi 3.000”.

Mari Carmen reflexiona sobre la realidad del mundo rural en esta terrible contingencia. “Es difícil para todos, pero en los pueblos no es lo mismo que en las capitales, ha habido tranquilidad; se han tomado las precauciones reglamentarias, el Ayuntamiento desinfectó las calles y el polígono con ayuda de los militares, ha dado buenas indicaciones... se ha suspendido casi todo, aunque aún no descartamos la comida que tenemos en septiembre por la Virgen de la Peña, y en la asociación estamos ilusionadas con un minicrucero en noviembre, Barcelona-Mallorca-Marsella-Génova. Ya veremos”.

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.