aragón es extraordinario

Solidaridad transoceánica desde Minneapolis

Peter Ronza, originario del municipio guadalajareño de Milmarcos, hizo una donación de 1.000 euros al albergue de transeúntes de Calatayud, ciudad en la que estudió de joven.

Peter Ronza, con el equipo de la EFB Calatayud, en 2017.
Peter Ronza, con el equipo de la EFB Calatayud, en 2017.

La vida suele trazar caminos inesperados. Es el caso del periplo que ha ido escribiendo Peter Ronza a lo largo de los años y que le ha llevado desde sus orígenes familiares en el municipio guadalajareño de Milmarcos, rayano con la comarca bilbilitana y dependiente de alguno de sus servicios, hasta asentarse en Minneapolis, la ciudad más poblada del estado de Minnesota (EE.UU.). “Me mandaron a España en 1964 y estudié en el colegio de Claretianos de Calatayud entre 1969 y 1973”, recuerda.

Todo ocurrió con sus padres ya instalados al otro lado del Atlántico. “Nos fuimos a Estados Unidos cuando yo tenía seis meses. Mi padre era chef, y le ofrecieron trabajo. Mis padres pensaban trabajar unos años, volver a España y abrir un restaurante”, detalla. Estuvieron primero en Memphis y luego en Las Vegas, donde las cosas les fueron bien. “Decidieron quedarse, hacerse ciudadanos y yo volví a Estados Unidos; también me hice ciudadano”, indica. Ronza se enroló como voluntario en la US Air Force y sirvió cuatro años en vuelos de reconocimiento por todo el mundo.

Cuando bajó del avión, se sacó una licenciatura y un máster en Finanzas y Recursos Humanos “trabajando por el día y estudiando por la noche”. Luego pasó a trabajar durante 20 años en el sector sanitario, bancario y de educación superior; hace 15 creó Pontifex, su compañía. “Somos una consultora que apoya negocios y gobiernos en recursos humanos y temas legales”, explica.

Manda el corazón

A pesar del tiempo y los más de 7.000 kilómetros que le separan de Calatayud, Ronza no ha olvidado el vínculo que le une con España y hace unos días concretó una donación de 1.000 euros al Ayuntamiento bilbilitano que se destinarán para comprar nuevos colchones en el albergue de transeúntes. “En 2018 conocí al alcalde. Estos días veía lo que estaba haciendo la población: apoyarse entre todos. Así que quería dar un poco de ayuda a la cuidad que tanto me dio cuando estudié allí”, defiende, al mismo tiempo que subraya que “en los momentos duros nos necesitamos más”.

No es la primera vez que tiene un gesto con la ciudad. En 2017 sufragó el viaje del equipo femenino de la Escuela de Fútbol Base Calatayud para participar en la USA Cup (uno de los torneos de fútbol base más prestigiosos del planeta) en Blaine, localidad de Minnesota. “Quería ver un equipo español en el torneo”, recuerda Ronza. Y las chicas no le defraudaron: salieron campeonas de la competición en la categoría 19U Girls A-Flight. En 2018 viajó a España de visita y pasó una jornada en Calatayud. “Fue una visita breve, pero fantástica. Vimos a mucha gente”, asegura.

Con un océano de por medio, Ronza reconoce que ha sido “doloroso ver lo que pasaba en España y luego aquí. Aunque estamos volviendo a abrir, no tuvimos la misma parada total que en España, porque en este país ha habido zonas en que no vieron nada, y otras en las que hubo mucho impacto; en la economía ha afectado mucho a negocios pequeños, han tenido un impacto enorme. Tenemos fe en que vamos a volver a alguna normalidad”.

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.

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