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Una enfermera aragonesa "celebra" su boda por sorpresa en un hospital de Barcelona

Los compañeros de trabajo de la enfermera turolense Andrea Alegre le prepararon en el Clinic una sorpresa muy especial el 9 de mayo, día en el que tendría que haberse celebrado el enlace en Zaragoza.

La sorpresa que recibió una enfermera aragonesa el día de su boda en el hospital de Barcelona
La sorpresa que recibió una enfermera aragonesa el día de su boda en el hospital de Barcelona
Heraldo.es

La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha dejado historias únicas, algunas impensables hace unos meses e incluso inolvidables. Al menos, así lo siente la enfermera aragonesa Andrea Alegre quien pasó de querer borrar una fecha del calendario a, seguramente, no poder olvidarla nunca. Natural de Andorra, Teruel, esta enfermera de 31 años se trasladó a Barcelona en 2012 para cursar el Máster en Enfermo Crítico y Emergencias en el Hospital Clínic Barcelona. Allí trabaja desde entonces en el servicio de Urgencias.

En esta misma ciudad conoció a Pablo, su actual pareja, con quien tenía previsto casarse el pasado 9 de mayo de 2020 en el Palacio de los Duques de Villahermosa de Pedrola, en Zaragoza. Sin embargo, se convirtieron en una de las miles de parejas que se han visto obligadas a cancelar su enlace debido a la pandemia. Hoy, Alegre es capaz de ver el lado positivo de esta historia. “No habría imaginado celebrar uno de los días más importantes de mi vida sin los besos y abrazos de mi gente”, reconoce.

No obstante, y aunque ella solo deseaba que ese día pasase pronto, sus compañeros de trabajo decidieron organizarse para ayudarle a convertir esta fatídica fecha en algo inolvidable. “Aquel 9 de mayo tenía turno de noche y recuerdo que llovía, en el fondo me alegraba pensar que eso podría haber estropeado la boda”, bromea. Sin embargo, esa noche todos actuaban como si nada. “Estaban como un día normal aun sabiendo qué día era. Reconozco que a medida que avanzaba la noche estaba un poco más triste”, admite.

Boda por sorpresa en el hospital
Boda por sorpresa en el hospital
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Aquella noche era la primera en mucho tiempo en la que la sala de espera de urgencias estaba vacía así que tampoco le extrañó que le llamaran para una reunión de última hora para hablar de las vacaciones. “De repente, me hicieron un pasillo sensacional y me llevaron hasta un box donde me esperaba un precioso vestido de novia hecho con bolsas de basura, una mascarilla con lentejuelas y un velo”, rememora Alegre. También contó con un liguero, pétalos de flores, un precioso ramo y hasta un improvisado banquete con tarta nupcial incluida. No faltó ningún detalle, bueno, casi. Tan solo faltaba el novio.

Fueron muchos los culpables, entre ellos su inseparable compañera de turno Meritxell Cascán, o Vicente, quien se encargó de vestir a la novia en esta velada tan especial con lo que tenían a mano. La turolense explica con todo lujo de detalles el momento que quedó grabado en su retina, aquel en el que, tras vestirse con la ayuda de algunas compañeras que lloraban de la emoción –todas, asegura, sabían lo que suponía ese día para ella- corrieron las cortinas y pudo ver al personal de su turno aplaudiendo y lanzándole mensajes de ánimo.

Es lo mejor que me voy a llevar de este 9 de mayo. Me sentí como si estuviera en familia, me decían que estaba muy guapa y que iba a brillar. A pesar de que quise olvidar esta fecha han conseguido que me vuelva a ilusionar”, recuerda, notablemente emocionada.

Una aragonesa se casa por sorpresa gracias a sus compañeros del hospital
Una aragonesa se casa por sorpresa gracias a sus compañeros del hospital
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“Faltabas tú, pero me he casado”

La turolense recuerda cómo, al llegar a casa, su prometido le preguntó por lo que había pasado. “Le dije: me he casado, me faltabas tú pero me he casado”, relata. Fue un momento muy emocionante que sirvió como broche de oro de dos meses tremendamente complicados debido, sobre todo, a su trabajo en primera línea durante los momentos más duros de esta pandemia. “Ninguno estábamos preparados para lo que nos venía encima. A lo que nos dimos cuenta teníamos la tragedia en nuestros pasillos y aunque de normal intentas dejar los problemas en el hospital esta situación nos desbordaba”, reconoce.

Sin embargo, todavía le quedaba la peor parte. “En marzo me contagié como otros muchos compañeros y pasé aislada 20 días en una habitación de mi casa”, relata. La enfermera lo recuerda con una extraña mezcla de dolor y alegría, sobre todo debido a la distancia de sus seres queridos que, desde Aragón, parecían estar más lejos que nunca. Tampoco podía ver a Pablo, su prometido, quien desde el otro lado de la puerta le repetía una y otra vez que todo iba a salir bien. “Desde entonces es mi héroe. No solo me cuidaba sino que me levantaba el ánimo en la distancia”, explica.

Finalmente, tras recuperarse se reincorporó con el resto de su equipo, sin embargo reconoce que la lección ha sido lo más importante de esta experiencia. “Tenemos que vivir el día a día porque la vida es esto. Espero que todo esto nos sirva de lección para valorar lo que verdaderamente importa”, explica. Alegre suena esperanzada y hoy, lo que comenzó siendo una auténtica tragedia vuelve a recuperar color. Incluso cuentan con nueva fecha para su enlace que será el 14 de mayo de 2021, “si todo va bien”, añade, precavida.

Boda por sorpresa en el hospital
Boda por sorpresa en el hospital
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Volver a ilusionarse

A pesar de que para la primera fecha lo prepararon todo ellos mismos, en esta ocasión han decidido contar con el apoyo de una wedding planner, la zaragozana Rebeca Tabernas. Ésta asegura que debido a las fechas se han visto obligados a cancelar el 80% de los eventos –tanto bodas como comuniones- que tenían previstos para este año: “Son muchas las parejas, como Andrea y Pablo, que deciden contar con nuestros servicios tras haberse visto obligados a posponer la cita sobre todo para evitar el estrés que esta situación les ha ocasionado”.

En cuanto a las bodas previstas entre los meses de abril y agosto, Tabernas asegura que todas han decidido aplazar el evento al año que viene. En cuanto al resto, permanecen pendientes de la evolución de la pandemia. “Para las parejas es importante saber si vamos a tener que seguir manteniendo la distancia social pues una boda no se puede celebrar sin besos ni abrazos”, añade. Su labor se basa en coordinar los servicios que entran en juego en este tipo de citas, entre maquillaje, peluquería, fotógrafos y videógrafos, músicos, restaurantes y un largo etcétera.

Sin embargo, el mayor reto es otro: “El verdadero reto es volver a ilusionar a las parejas, sobre todo a las novias. Muchas de ellas llevan más de un año trabajando con nosotros mano a mano en los preparativos y se desilusionan por completo. Andrea y Pablo son un buen ejemplo de que puede recuperarse la ilusión”, concluye.

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