El fiscal de Teruel dice que la falta de EPI ha puesto en peligro la vida de los sanitarios

El Primer juicio en Aragón contra la DGA por la carencia de medios de protección.

Juicio telematico en teruel contra la DGA por no proporcionar material de autoproteccion contra el coronavirus a los sanitarios. foto Antonio garcia/Bykofoto. 21/05/20 [[[FOTOGRAFOS]]]
La vista oral -en la imagen, la juez del Juzgado de lo Social- se desarrolló por vía telemática.
J. A. /Bykofoto

La Fiscalía de Teruel considera que la falta de equipos de protección individual (EPI) para los sanitarios que trabajan en la lucha contra la covid-19 ha supuesto una "vulneración de los derechos fundamentales" de estos trabajadores y ha puesto en peligro "su vida e integridad física". Así lo manifestó ayer en el primer juicio que se celebra en Aragón por la escasez de mascarillas, batas y otros elementos entre el personal de centros de salud y hospitales, y que tuvo lugar en el Juzgado de lo Social de Teruel.

El Ministerio Público fue muy crítico con la Administración sanitaria, encargada de dotar de elementos de protección al personal que atiende a los enfermos de coronavirus. Dijo que durante la pandemia "ha habido desabastecimiento", a pesar de que desde enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) venía alertando de la gravedad de la situación. Según afirmó el fiscal, a principios de año la OMS ya pidió a los países que llevaran a cabo una "vigilancia activa" y los consejeros de la comunidad autónoma "lo sabían". "La pandemia era previsible y lo previsible es evitable", subrayó.

Las conclusiones de la Fiscalía de Teruel coinciden con las del sindicato médico Fasamet, (Federación Aragonesa de Médicos Titulares ), que demandó a la DGA, al Salud y al Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) por la carencia de material de protección entre los trabajadores sanitarios durante la pandemia. Fasamet atribuye a este problema el contagio de 118 sanitarios en la provincia de Teruel, un 20% de la población afectada, y estima que todo se debió a una falta de previsión.

Fasamet pide que se condene a los tres organismos -dependientes del Gobierno aragonés- por haber incumplido la legislación en materia de prevención de riesgos laborales. Reclama también que se les obligue a observar dicha normativa proveyendo de las EPI suficientes, y acordes con la situación y servicio de cada profesional, a las plantillas de sanitarios. En este proceso judicial no se solicitan indemnizaciones económicas para los facultativos, sino que se declare que el Ejecutivo aragonés no ha respetado la ley.

"Hubo desabastecimiento"

El abogado del sindicato médico, José Manuel Aspas, sostuvo en su intervención en la vista oral que la Administración sanitaria incumplió su deber de prevenir los riesgos laborales entre el colectivo de sanitarios. Según afirmó, documentos aportados por el propio Sistema Aragonés de Salud revelan que hubo quincenas en las que la carencia de equipos de protección fue "absoluta". Añadió que esos mismos informes "reconocen que hubo desabastecimiento" al romperse el vínculo con el vendedor habitual, lo que obligó al Gobierno aragonés a recurrir a donaciones y a la confección de material por los propios sanitarios para suplir las carencias.

Aspas afirmó que entre febrero y marzo el Gobierno aragonés "fue consciente de la falta de equipos de protección, por lo que racionó su uso. Explicó que la DGA dotó a cada equipo de Atención Primaria con solo cuatro EPI, "cuando algunos de esos equipos tienen muchos más integrantes". A juicio de esta parte, la escasez de material se apreció ya en febrero -hasta mediados de marzo no se decretó el estado de alarma- y, aunque la situación ha mejorado "no ha habido diligencia en el aprovisionamiento y acopio de EPI".

"Hemos volado a ciegas"

Por su parte, el abogado que defiende al Gobierno aragonés declaró que la información procedente del primer país que sufrió la enfermedad, China, "no fue fidedigna", por lo que difícilmente pudo saberse cómo iba a ser la transmisión del virus. «La pandemia nos ha cogido a pie cambiado; hemos volado a ciegas y nos hemos pegado una castaña», señaló. El letrado destacó que la pandemia "ha llegado a 200 países, con 300.000 fallecidos y tres millones de contagiados" y que el índice de infectados entre los sanitarios de España no es superior al que presentan otras naciones.

Ortillés negó que haya habido falta de previsión por parte de las instituciones sanitarias, pues las últimas epidemias por los virus del Sars, gripe aviar o peste porcina no hacían prever tal cantidad de contagios. "¿Alguien, en su sano juicio, esperaba tantos afectados?", preguntó a la sala. El abogado del Gobierno aragonés subrayó que en los meses de enero y febrero de este año había suficiente material de protección en los almacenes de los centros de salud y hospitales. Relató que fue en marzo cuando, al aumentar el número de contagios y surgir el miedo entre la población, los centros sanitarios se quedaron sin ‘stock’. Añadió que, no obstante, pese a las dificultades aparecidas, la Administración siguió comprando "cantidades ingentes" de equipos de protección que se distribuyeron entre los sanitarios.

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