Por
  • Nacho de Blas

Inmunidades

Trabajo con test de coronavirus en un laboratorio italiano.
Trabajo con test de coronavirus en un laboratorio italiano.
Ciro Fusco / Efe

El sistema inmunitario se encarga de luchar contra los ataques que recibe nuestro organismo. La complejidad de la respuesta inmune convierte a la inmunología en una de las disciplinas científicas más difíciles.

Se acaban de publicar algunos artículos muy relevantes que despejan algunas incógnitas y abren nuevos interrogantes. Hasta ahora se asumía que los anticuerpos neutralizantes iban a ser la clave en la protección frente a SARS-CoV-2. Los resultados del estudio ENE-COVID19 (el más importante realizado hasta ahora) sembraron dudas preocupantes debido a la baja proporción de individuos con anticuerpos IgG. En otro trabajo se ha observado que la mitad de los pacientes con síntomas leves apenas desarrollan anticuerpos y en la mitad de los casos no son capaces de neutralizar al virus. Esta protección basada en producir anticuerpos se denomina inmunidad humoral adquirida, y la mayoría de las vacunas han depositado sus esperanzas en estimularla.

Pero hay otro mecanismo basado en la actividad de las células defensivas, concretamente los linfocitos T CD4+. Ese nombre tan extraño corresponde a las células que coordinan la respuesta inmune en la que participan otras células como macrófagos y linfocitos B. Otro trabajo determina que los CD4+ son fundamentales en la lucha contra SARS-CoV-2 y, lo más importante es que la mitad de las personas expuestas a los coronavirus estacionales tienen CD4+ con un efecto protector específico frente al nuevo coronavirus. Esto explicaría que muchas personas sean inmunes pese a no tener anticuerpos frente al virus. Este resultado abre nuevas vías de desarrollo de vacunas que potencien la respuesta inmune celular.

*Nacho de Blas, Profesor Titular de la Universidad de Zaragoza

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