Lambán: "Me preocupa la política nacional en términos de confrontación y de conflicto"
El presidente de Aragón dice que le preocupan las caceroladas y advierte de que sin acuerdos de Estado entre los que creen en España "es imposible que el país salga adelante"
El presidente de Aragón, Javier Lambán, quiso dejar constancia este domingo de su preocupación por la evolución de la política nacional que se está produciendo en términos de confrontación, de enfrentamiento y de conflicto. "Haciendo abstracción de mi ideología y de mi militancia, que evidentemente existen y son públicas y notorias, puedo entender los reproches que nos hacemos unos a otros en política, las críticas, pero no entiendo se produzcan de manera tan encarnizada como se están produciendo, de tal forma que hacen imposible la existencia de puentes entre unos y otros, en definitiva la existencia de acuerdos", reprochó.
Sus declaraciones llegaron un día después de que unas 1.500 personas participaran en el centro de Zaragoza en un ‘paseo por España’ y una cacerolada para mostrar su disconformidad con el Gobierno central y con la gestión que está realizando de la crisis sanitaria y económica. Y coincidieron, además, con la aparición de pintadas en la sede del PSOE de Calatayud. A estos dos incidentes se refirió Lambán para señalar que le preocupan las caceroladas contra el Gobierno "exactamente igual» que si se hicieran contra el gobierno del PP en la Comunidad de Madrid". En su opinión, este tipo de conductas "enturbia y trata de hacer casi imposibles las relaciones positivas entre los partidos para buscar grandes acuerdos". Eso, además, va en perjuicio del país pues, según quiso recalcar el barón socialista, "sin grandes acuerdos de Estado, sin grandes pactos entre los que creemos en España es absolutamente imposible que este país tenga futuro".
Quiso Lambán marcar diferencias entre lo que ocurre a nivel nacional y la situación que se da en Aragón. Agradeció, por ello, la colaboración de todas las fuerzas políticas porque con ello "se está encauzando el tratamiento de los problemas de la crisis de una forma mucho razonable, democrática y civilizada". Sería el camino a seguir pues, tal y como compartió con los demás presidentes autonómicos y con Pedro Sánchez, "o los que creemos en este país, en España, nos ponemos de acuerdo para salvarlo de la formidable crisis social y económica que se viene encima, o directamente nuestro país no tendrá futuro". Y manifestó, rotundo, que en su caso le asusta "mucho" el coronavirus pero le asusta "mucho más el clima político que se está instalando en nuestro país que puede arruinar su futuro".
A pesar de la unidad a la que instó para afrontar la crisis, exigió un reparto justo de los recursos para poder hacer frente a la pandemia, y declaró que los 16.000 millones de euros previstos ahora serán insuficientes. Confió en que lleguen "muchos más millones" gracias a la negociación entre Sánchez y la UE en forma de "financiación, de ayudas no reembolsables, porque si no es así va a ser absolutamente imposible que superemos esta gravísima crisis sanitaria, pero sobre todo que superemos la crisis social y económica que van a venir después".
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