economía

"El estado de alarma nos ha pillado a los viveros los tres meses que más vendemos"

Esta semana han vuelto los clientes, pero el sector se juega el 70% de la facturación del año porque el parón por la pandemia ha coincidido con la época de más demanda en huertos y jardines.

Ir a comprar a un vivero es otra de las actividades que pueden hacer los aragoneses en la Fase 1 de la desescalada que se ha inaugurado esta semana, dentro de la situación de estado de alarma decretado por la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. En la anterior etapa ya se pudo acudir a los huertos, que sus dueños esperaban ansiosos para recuperar tras el abandono por el confinamiento. Los viveros que también cultivaban han podido continuar durante todo el estado de alarma por el coronavirus con el cuidado de sus plantas, aunque en algunos casos, como el de los planteros para hortalizas, se han visto obligados a tener que tirar a medida que pasaba el tiempo sin la ansiada vuelta de los compradores. 

"El estado de alarma nos ha pillado a los viveros los tres meses que más vendemos. Preparas las compras de primavera y justo te cierran", lamenta Juan Abascal, desde Viveros Montecarlo, en la carretera del aeropuerto de Zaragoza, a los que han llegado este miércoles clientes en busca de plantero para huertos y flores. Un 70% de la facturación del sector procede de las ventas que hacen entre marzo, abril y mayo. En su caso, también son productores y llevaban desde octubre preparando plantas.

En estos casi dos meses han podido seguir cuidando de su producción, "si no nos hubiéramos encontrado una selva", confiesa, mientras señala las malas hierbas que todavía les quedan por arrancar. Un trabajo que van haciendo a ratos porque ahora ha aumentado la afluencia de clientes. 

Durante la crisis han atendido pedidos a domicilio y luego comenzaron a recibir con cita previa. "Esta semana ha empezado bastante bien, pero como los proveedores tardan mucho en traer productos, vienen algunos clientes y aún no tenemos lo que pedimos. Es un poco complicado", explica sobre la vuelta a la actividad, junto a un carro con plantas de primavera y aromáticas como mentas, tomillos, claves y surfinias que han llegado de Valencia, una de las zonas productoras. El fondo, destinado a los árboles, está más vacío de lo normal porque no se ha pedido tanto como otros años. No sabe si la campaña se podrá alargar un poco más hasta junio para intentar recuperar algo más.

La orden SND/399/2020, de 9 de mayo, que regula la fase 1 de la desescalada, ha incluido la apertura con cita previa de los centros de jardinería y viveros de plantas "sea cual fuere su superficie útil de exposición y venta", ya que suelen superar los 400 metros cuadrados fijados en esta fase para el comercio.

"Vamos a arreglar el terreno ahora que vamos a ir todo el verano"

Ana Campo, clienta de Viveros Montecarlo.
Ana Campo, clienta de Viveros Montecarlo.
Laura Uranga

Los clientes que tienen huerto buscan entre planteros de todo tipo de tomates, sandías, pepinos, cebollas, pimientos. "Es el momento de plantar en el huerto todo lo que quieras", afirma Abascal. 

Entre las flores más buscadas están los geranios, margaritas y petunias. Una señora le pregunta dónde están los rosales trepadores, mientras su hija elige entre varias 'messem'. "Venimos a buscar flor para el jardín. Tenemos un terreno con una casa por aquí cerca, al que para invierno vamos poco, y queremos arreglar lo que hay ahora que vamos a estar todo el verano", comenta Ana Campo, que acude con mascarilla como el resto de clientes, sobre sus planes de cara al periodo estival con la familia. "Y afortunados de que tenemos el terreno hace unos 40 años, y con piscina. Nos quedaremos hasta a dormir", reconoce, ante la incertidumbre sobre las restricciones para desplazarse este verano y la situación económica. 

"Venimos a buscar flor para el jardín. Tenemos un terreno con una casa y queremos arreglar lo que hay ahora que vamos a estar todo el verano"

"Ha sido un lujo tener jardín"

Javier Segarra, actor y presentador, en Viveros Montecarlo.
Javier Segarra, actor y presentador, compra en un vivero.
Laura Uranga

En la suerte de pasar el confinamiento disfrutando de un jardín ha coincidido Javier Segarra, actor y presentador, que no solo se atreve con los fogones sino también con las plantas. "Hasta ahora solo he podido regar", explica, mientras espera para pagar en la fila de la caja de los viveros, en la que se marca en el suelo la distancia de seguridad entre cliente y cliente. Lleva dos macetas de margaritas. "Cuando llega la primavera compro unas flores de temporada, aunque sé que se me van a morir", confiesa. "Estas se llaman dimorfotecas y te van a aguantar más que la temporada", le asegura la cajera cuando va a pagar.

"Ha sido un lujo tener jardín", asegura el presentador, que piensa en las familias que pasan las horas de encierro en un pequeño apartamento. "Esto es terrible. Estamos atravesando la peor época de nuestra vida", lamenta. "Hay casi 30.000 muertos. Cuando oyes hablar de una de las grandes catástrofes, esto es una". Y apela a la responsabilidad de todos.

Compras con mascarilla

Un empleado coloca plantas en Jara Garden.
Un empleado coloca plantas en Jara Garden.
Laura Uranga

Los clientes tienen que acudir con mascarilla, se les proporcionan guantes y se desinfectan los carros, entre las medidas de prevención del sector, aunque las amplias instalaciones de los viveros permiten mantener las distancias de seguridad para evitar contagios.

"Pueden estar hasta 60 personas en una finca de 1.000 metros cuadrados, y nosotros tenemos casi 6.000 metros cuadrados", explican desde Viveros Garden,  situado en el que fuera parking de la Expo en Zaragoza. Allí también se empiezan a animar las ventas. "La acogida ha sido muy buena porque nuestros clientes estaban deseando, sobre todo, reponer sus plantas para jardines y no habían podido hasta ahora", afirma el gerente, José Valera. 

En este tiempo han recogido pedidos a través de internet "pero no es lo mismo, porque el cliente quiere tocarlo, verlo. Es como irse al parque de paseo". Reconoce que la venta 'online' había sido su asignatura pendiente y ha tenido que llegar una situación como la actual para que terminaran de implantarla. "Nunca era buen momento, la vorágine de todos los días no te dejaba ver un poco más allá del bosque y nos hemos dado cuenta que hay que aprovechar", señala.

"Esto no es una oficina que la cierras y dices  dentro de dos meses que vuelves a encender los ordenadores"

La tienda de venta al público cerró, pero la actividad de producción de arbolado continuó en las instalaciones junto al cercano Parque deportivo Ebro. "Esto no es una oficina que la cierras y dices dentro de dos meses vuelvo a encender ordenadores", pone como ejemplo sobre la necesidad del cuidado durante todo el estado de alarma.

Coincide en que la declaración del estado de alarma llegó en "el peor momento" porque "la temporada es la temporada, el clima no va a variar por la pandemia. Quizás se pueda alargar por la gente que no ha podido plantar, pero lo perdido, perdido está", sentencia, aunque mira con esperanza la actual reactivación de las ventas.

De tirar plantas en marzo a escasear algunas ahora

La incertidumbre es compartida en el sector por lo que ven difícil hacer previsiones. "Ha perjudicado que no hubiese un criterio demasiado claro sobre cuándo se podía abrir", añaden desde la Asociación de profesionales de la horticultura de Aragón. Su presidente, Luis Aliaga, considera necesario seguir reforzando la venta por internet porque para lo que queda de año puede ayudar a mejorar las cifras, que permitan "aguantar hasta la primavera del año que viene".

Este año nota que "mucha gente que tiene su jardín en su casa no ha contratado a los jardineros para que hagan los tratamientos". Espera que se pueda mantener el empleo con los ERTE que se han pedido y se retome con más calma "y calidad" la puesta en marcha de la venta por internet. Pide apoyo para el sector, que tiene un papel de "salud pública" ya que solo una planta "depura el aire de una habitación".

Los viveros siguen echando cuentas. "Llevamos dos semanas vendiendo bastante, aunque no vamos a recuperar lo de otros años, pero confío en recuperar gastos porque la gente plante más tarde", afirma Manuela Pérez, desde Viveros Delicias, en Monzalbarba que se dedica solo a plantero de huerta. 

Incluso viven situaciones paradójicas. Han pasado de tener que tirar planta (plantero de hortaliza) que no se pudo vender en marzo y abril a tener dificultades para conseguir algunas variedades "injertadas" como la sandía, el melón o la berenjena, que llegan de Valencia y Murcia.

Sin embargo, ahora "estamos comprando porque no te llega casi con lo que tienes plantado porque vienen todos los clientes de golpe". 

"En los huertos aún hay gente que está preparando su terreno, cuando a estas alturas ya se había puesto todo", reconoce. Lamenta que los clientes no hayan podido recoger lo del invierno como coles o habas, pero asegura que todavía están a tiempo para poner las variedades de primavera. "Confiemos en que acabe la temporada medio salvada".

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