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Petilla ‘vuelve’ a Aragón 800 años después... solo para la desescalada

Este enclave navarro en plena provincia de Zaragoza lamenta tener que seguir el proceso de desconfinamiento con el territorio aragonés y no con la comunidad foral, como pretendía.

Petilla de Aragón es una pequeña isla navarra en tierras aragonesas, en plena provincia de Zaragoza. Lejos quedan las batallas entre ambos reinos que durante siglos vieron aquí derramar sangre. Ahora se cantan jotas navarras “pero también aragonesas”, según cuenta su alcalde, Florentino Aguas. Se juega a la pelota vasca, pero el médico viene de Sos del Rey Católico, a 18 kilómetros. “Hay más cosas que nos unen de las que nos separan”, añade.

Esta localidad, de apenas 37 habitantes censados, pasó de Aragón a Navarra en el siglo XIII por una deuda entre reyes. Ahora, casi 800 años después, Petilla de Aragón vuelve a depender de Zaragoza… aunque solo sea para la desescalada que tiene que ir terminando con el confinamiento provocado por la crisis del coronavirus. En principio, Petilla tenía como referencia a su comunidad, Navarra, para este proceso. Así se lo transmitieron verbalmente a su alcalde desde la Delegación del Gobierno en la comunidad foral.

Sin embargo, el Congreso de los Diputados aprobó el pasado miércoles una enmienda presentada por el PNV por la que todos los territorios de estas características deben recibir “el tratamiento propio de la provincia que les circunda”. Una maniobra pensada por los nacionalistas vascos para el Condado de Treviño (territorio burgalés insertado en Álava), pero que ha afectado de rebote a Petilla de Aragón y a otros 24 enclaves más por toda España, incluido el Rincón de Ademuz, la comarca valenciana insertada entre Teruel y Cuenca.

Con la ley en la mano, este cambio hace que sus vecinos solo puedan desplazarse por el interior de la provincia de Zaragoza, salvo en casos muy excepcionales. Esto supone un problema para quienes hacen la compra en Sangüesa o para los que viven en Pamplona pero tienen su segunda residencia en Petilla. Si hicieran la desescalada con Navarra, estos podrían viajar al pueblo en la fase 2, pero ahora solo podrán hacerlo cuando se entre en la bautizada como “nueva normalidad”, es decir, hacia finales de junio.

Carolina Carbó vive en Pamplona, pero el estado de alarma le pilló en Petilla y aquí se quedó con su hija Micaela, de 4 años. Cree que estos casos “se deberían estudiar individualmente”, y que se tendría que adoptar “la decisión más lógica” y “más conveniente” para los vecinos. “Lo lógico sería que hiciésemos la desescalada con Navarra, que está aquí al lado y que es con quien tenemos los vínculos”, añade Sagrario Abadía, otra de las vecinas.

A Carolina Carbó y a su hija Micaela, de 4 años, el estado de alarma les pilló en su casa de Petilla de Aragón.
A Carolina Carbó y a su hija Micaela, de 4 años, el estado de alarma les pilló en su casa de Petilla de Aragón.
Laura Uranga

En Petilla estos días viven exactamente 27 personas. No ha habido ningún caso de coronavirus, ni siquiera alguna sospecha. Su sinuosa carretera, que termina en el mismo pueblo, hace que se cuenten con los dedos de las manos las personas que han entrado o salido durante estas últimas semanas. El Ayuntamiento contrató un servicio para que una furgoneta suba la compra desde Sangüesa una vez por semana a los vecinos que lo piden. Además, un panadero llega desde Sos los martes y los sábados.

El alcalde prefiere no mojarse en exceso sobre la decisión de la desescalada, pero pide aplicar “el sentido común”. “Aquí viene el médico de Sos, que es Aragón, pero si nos pasa algo podemos bajar al consultorio de Sangüesa, que es Navarra. Son cosas lógicas”, señala. Por eso, no entiende que tengan que llevar el proceso con Zaragoza y confía en la buena voluntad de todos para aplicar la ley “con un poco de lógica”. Eso sí, lamenta que nadie le haya comunicado nada y que se haya tenido que enterar del cambio de criterio “leyendo el BOE”.

La historia de una deuda no saldada

La antigua fortaleza de Petilla, ahora casi totalmente destruida, fue aragonesa hasta el siglo XIII. Sin embargo, una deuda hizo que pasara a pertenecer a Navarra. El rey Sancho VII el Fuerte había prestado 20.000 maravedíes a Pedro II de Aragón, que puso como fianza el castillo de Petilla, junto a los de Peña, Escó y Gallur. En 1232, Jaime I el Conquistador no pudo devolver el préstamo, por lo que este castillo se convirtió en un enclave navarro rodeado por tierras aragonesas. Posteriormente hubo varios intentos de devolver a Petilla a Aragón (algunos pacíficos y otros violentos), pero no fue posible. 

El pueblo se levantó prácticamente de cero en los años 60. Ahora, a cada paso que se da se encuentra alguna huella de su vecino más ilustre, el premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. Su casa natal muestra la habitación donde nació y varios trabajos originales. Sobre el carácter navarro o aragonés de Ramón y Cajal, el alcalde de Petilla señala que “lo que es seguro es que nació en Petilla, eso nadie lo puede negar”.

Petilla de Aragón, un territorio navarro en la provincia de Zaragoza.
Habitación donde nació Ramón y Cajal, en la casa natal de Petilla de Aragón.
Laura Uranga

A principios del siglo XIX, la localidad llegó a tener 600 habitantes, pero ahora apenas quedan una veintena de vecinos, todos ellos pensionistas. En verano se llenan todas las casas con personas que habitualmente viven en Pamplona, Zaragoza, Valencia o Barcelona. Algunos de ellos para estas alturas del año ya estaban en Petilla, pero el estado de alarma lo ha paralizado todo. Una situación excepcional que, para algunos, podría prolongarse algo más en el tiempo por haber pasado a depender de Zaragoza para la desescalada.

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