aragón es extraordinario

Calcena mide sus pasos para conservar la calma

Con la famosa Calcenada de agosto en el alero y los huertos necesitados de asistencia urgente, la localidad se está organizando para recuperar la logística adecuadamente.

Imagen de la localidad de Calcena
Calcena quiere recuperar el pulso cotidiano sin acelerarlo en exceso.
Laura Uranga

Calcena tiene actualmente 13 casas abiertas, una media de edad alta y ningún caso diagnosticado de covid-19. Mariano Miguel, su alcalde, pasa el confinamiento en Zaragoza por razones de salud; así se lo han pedido familiares y médicos. No obstante, permanece alerta todos los días en lo tocante a las necesidades del pueblo. “Nos hemos ido apañando, pero lo que viene ahora es preocupante; si entra un solo caso allá, tenemos que cerrar el pueblo. Cuando vaya volviendo la gente tendrá que ser de la manera más responsable posible; y me aplico el cuento, porque intentaré ir esta semana para tratar con el resto de responsables las medidas que debemos adoptar en las próximas semanas”.

A pesar de tratarse de un municipio pequeño, Calcena siempre ha destacado por su actividad deportiva, con mención especial para la andada de los ciento y pico kilómetros cada verano: la Calcenada. Este año, por desgracia, comparte la suerte de muchas otras localidades con afición a montar iniciativas. “Tuvimos que cancelar el trial puntuable para el campeonato de Aragón, una pequeña Calcenada con Trasobares de ida y vuelta, unos carnavales tardíos... ahora venía la romería de san Cristóbal el 13 de junio, justo después del Corpus, que tampoco va a poder ser... y la Calcenada, que estaba marcada el 7 y 8 de agosto, pues imagínate. Se antoja casi imposible. Vamos a hacer una romería virtual –comenta Mariano– con la rondalla de Valdeplata, habrá vídeo... llevamos días recopilando material”.

Como en otros pueblos, los vecinos han apañado un grupo de Whatsapp para organizarse con los abastos y también compartir todo tipo de inquietudes, fotos y anécdotas. El pan y la leche los trae Chus desde Trasobares, los hermanos Aznar se acercan con la fruta y verdura desde Tierga los sábados, los congelados que venían dos veces al mes de Calatayud llegan ahora cada semana... el esquema funciona. Ahora toca afrontar la logística cotidiana. “Con la fase 1 estamos preocupados; teníamos un sistema para cuidar los huertos desde Semana Santa a septiembre, un fijo discontinuo de flujo de gente, y naturalmente no se ha podido mantener, estamos tarde para sembrar; ha llovido muchísimo, hay un tempero tremendo... tendremos que ponernos de acuerdo. Vamos llamándonos, controlando que no haya nadie mal, y los más delicados de salud reciben atención personalizada... en fin, confío en que saldremos adelante”.         

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.

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