Empezaré con un simple ejemplo que siempre pongo a los estudiantes de veterinaria. Todos los años comento que el peso medio de los estudiantes de veterinaria es notablemente inferior a los de ingeniería. No es que comamos mal en la facultad, todo lo contrario. La explicación es que en veterinaria el 77% de los estudiantes son mujeres frente al escaso 26,5% en la escuela de ingeniería. Y como las mujeres pesan menos que los hombres, el promedio baja bastante.

Para comparar de forma justa los pesos de ambos centros deberíamos estandarizar los resultados tomando una población de referencia, por ejemplo 50% de cada sexo y multiplicaríamos el tamaño de cada estrato por su peso promedio. De esa forma descartamos el efecto del sexo en el peso.

De forma similar podemos proceder con otros factores que están asociados con cualquier variable que queramos estudiar. En la covid-19 sabemos que además del sexo también influye la edad.

Por eso para comparar prevalencias y letalidades de los envejecidos países europeos con China o Brasil, con una población mucho más joven, estandarizamos esos resultados tomando una pirámide de población de referencia. Una vez estandarizado el impacto de la covid-19 sigue siendo superior en Europa, así que no sólo es un problema de envejecimiento.

He leído estos días algunos artículos que estandarizan las prevalencias en Estados Unidos considerando sexo y edad, pero también grupos étnicos, renta per cápita y densidad de población. Una vez compensados estos factores se observa que hispanos y afroamericanos presentan más del doble de prevalencia que blancos y asiáticos. El siguiente paso es determinar si es por predisposición genética o está relacionado con factores culturales.

*Nacho de Blas, profesor titular de la Universidad de Zaragoza.